Como una puesta en escena bien orquestada


La Presidenta llegó ayer luego de su viaje a Estados Unidos. En el kirchnerismo hablaron de una campaña coordinada para intentar utilizar políticamente su presentación en Harvard. Curiosa derivación a propósito de una frase sobre La Matanza.
La presidenta Cristina Kirchner se fotografió con alumnos de Harvard luego de la presentación del jueves a la noche. Imagen: Télam.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner regresó ayer al mediodía a la Argentina luego de su viaje por los Estados Unidos cuando todavía resonaban los ecos de su disertación en la Universidad de Harvard, la última de sus actividades públicas que incluyeron un discurso ante la Asamblea General de la ONU, reuniones con empresarios y otra charla ante estudiantes, en la Universidad de Georgetown. Mientras que desde el kirchnerismo salieron a reivindicar la tarea de la jefa de Estado en su rendez-vous con universitarios de una de las casas de estudio más prestigiosas del mundo y denunciaron la existencia de una campaña coordinada para utilizar políticamente el momento de las preguntas, la oposición criticó las intervenciones de la mandataria, en particular respecto del comentario que hizo la Presidenta comparando Harvard con La Matanza (ver aparte).
Desde el kichnerismo le apuntaron al tono de las preguntas de los estudiantes de Harvard, en su mayoría argentinos, que hicieron pensar en algo previamente armado. Sobre todo cuando se supo que uno de los encargados de interrogar a la Presidenta era hasta hace un mes funcionario del Ministerio de Educación en el gobierno de Mauricio Macri. “Hicieron las peores preguntas que nos hubiera hecho el peor enemigo nuestro, incluso de ese país”, fue el comentario, por ejemplo, del secretario de Derechos Humanos bonaerense, Guido Carlotto.
En una de esas intervenciones, un estudiante hizo una chicana a la Presidenta al considerarse un “privilegiado” porque tenía la posibilidad de hacerle una pregunta. “Chicos, estamos en Harvard, por favor, esas cosas son para La Matanza”, le respondió. El retruque, de tono jocoso, sirvió ayer a medios y políticos opositores para descalificar la presentación presidencial, y hasta el rector de la Universidad de La Matanza, Daniel Martínez, manifestó “una sensación de tristeza” por las declaraciones presidenciales.
Esos dichos le valieron una respuesta de varios dirigentes kirchneristas. El intendente de La Matanza, Fernando Espinosa, interpretó que los dichos de CFK habían sido en “tono irónico” y cargó contra los medios de comunicación que “distorsionaron las palabras de la jefa de Estado porque están desesperados”. Añadió que la de La Matanza “es una universidad por la que Néstor (Kirchner) y Cristina han hecho muchísimo”. El dirigente Luis D’Elía escribió en Twitter que “los matanceros desautorizamos las declaraciones del rector de la Universidad Daniel Martínez, que articulan con las preguntas del PRO en Harvard”. Y agregó: “Nos llenó de orgullo a los matanceros oponiendo nuestra raigambre popular a la pedantería pavota de las elites en Harvard”.
El diputado del Frente Transversal, Edgardo Depetri, fue más allá y acusó a Martínez de “prestarse a una operación mediática montada por el Grupo Clarín. El colectivo Unido y Organizados, en su encarnación matancera, también se manifestó: “Resulta llamativo que el rector de una universidad nacional no comprenda que aquellos que anoche silbaron a nuestra Presidenta en los Estados Unidos defienden los mismos intereses que en nuestro país salen a golpear cacerolas”.
Durante el vuelo que la traía de regreso a Buenos Aires –por pocos días, ya que el lunes vuelve a volar a Lima, donde se realizará la Cumbre de Presidentes de América del Sur y Países Arabes–, la Presidenta aplicó diplomacia vía Twi-tter: “Un beso muy grande, de corazón, para toda La Matanza –escribió–. Ayer en Harvard me acordé mucho de ustedes. Cuando conozco otros lugares en vivo y en directo, cada vez los quiero más”.