El día en que se quebró la sociedad franco-germana

Diario BAE

La ruptura de la sociedad franco-germana, provocada por la llegada de los socialistas al Gobierno francés, quedó confirmada ayer en la cumbre que mantuvieron en Bruselas los líderes de la Unión Europea. El punto del conflicto: la emisión de eurobonos
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En su debut europeo, el nuevo presidente de Francia, François Hollande, desafió a la canciller alemana Angela Merkel, al levantar la bandera de la mutualización de la deuda como método para estabilizar la eurozona y reactivar el crecimiento.

Merkel, sin embargo, no dio ningún paso atrás en su postura. "Los tratados de la UE prohíben que se garantice mutuamente la deuda de otros Estados", sostuvo la canciller para justificar su rechazo a la propuesta a su llegada al Consejo Europeo. Luego de la cumbre, Merkel admitió las diferencias: "hubo una discusión desigual sobre el tema de los eurobonos, pero fue muy equilibrada y desde el punto de vista de las diferentes perspectivas", señaló la canciller alemana, quien explicó que Hollande ha defendido la emisión de deuda común en la eurozona tal y como había anunciado en los últimos días. "Fue un debate muy diferenciado", concluyó.

Merkel explicó, además, que las tasas de interés demasiado parecidas y bajas -previos a la crisis- llevaron a una "importante evolución en la dirección equivocada".

El presidente francés, por su parte, es el responsable de que en Bruselas se vuelva a hablar de los eurobonos, que ya parecían una opción descartada a corto plazo debido al profundo rechazo que generan en Berlín.

Merkel cuenta con el apoyo de otros países 'triple A' como Finlandia y Países Bajos, que temen que la mutualización de la deuda encarezca sus costos de financiación y disminuya la presión sobre los países con problemas para seguir realizando ajustes y reformas.

En un encuentro previo ayer a la mañana con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, Hollande dijo que su insistencia en los eurobonos no pretende entrar en conflicto con otros países, sino hacer reflexionar sobre modos de financiación que permitan a los Estados que han hecho esfuerzos poder acceder a ella con tasas de interés lo más bajas posibles.

Italia, mientras tanto, apoya claramente la postura francesa, pero su primer ministro, Mario Monti, reconoció ayer que no son ideas "digeribles" a corto plazo para varios Estados miembros.
"Hay ideas fuertes que se pueden mencionar (en la cumbre) y los eurobonos entran en esta categoría, pero sabemos que para varios países no son digeribles a corto plazo", indicó Monti a su llegada a la reunión informal de líderes de la UE.