El gobierno británico admite preocupación por el impacto en el resto de Sudamérica


BAE

Directora de Cancillería británica quiere “evitar bloqueo”
El gobierno de Cameron dijo que la posición argentina “no ayuda” al conflicto
El gobierno de Cameron dijo que la posición argentina “no ayuda” al conflicto
Londres, enviado especial 
Mientras el canciller Héctor Timerman anunciaba en Buenos Aires que demandará a las petroleras que busquen crudo en torno de las islas Malvinas con permisos británicos, la Foreign Office (Cancillería británica) admitía aquí por primera vez su “preocupación” por la escalada de medidas que impulsa la Argentina para forzar una salida negociada a la disputa por la soberanía sobre el archipiélago austral. Fue durante un encuentro entre periodistas latinoamericanos y la directora para las Américas del Ministerio de Relaciones Exteriores de David Cameron, Fiona Clouder. La funcionaria también protestó por el pedido informal de la Secretaría de Comercio a varias grandes empresas para que dejen de comprar insumos al Reino Unido, y pidió que el diferendo no afecte la relación de su país con el resto de Sudamérica.
“No es un tema que vayamos a discutir. Sí una preocupación”, respondió parcamente la diplomática, ante varias preguntas sobre Malvinas que formularon periodistas argentinos pero también uruguayos y chilenos. El reclamo ganó escala continental desde que el Mercosur y la Unasur decidieron dejar de permitir el ingreso en sus puertos de los barcos que lleven la bandera colonial de Malvinas. Aunque en el gobierno de Cameron sostienen que eso no tiene impacto económico, ayer Clouder habló de “evitar un bloqueo” y consideró “controvertida” la medida.
“Mi mensaje es que el Reino Unido quiere comprometerse con todos los países de América latina, incluido la Argentina. El tema Falklands (por Malvinas) sigue siendo muy difícil de tratar, eso lo tenemos que admitir ambas partes. Estamos ya una generación después del conflicto de 1982 y deberíamos ser capaces de hablar. Pero la Argentina debe admitir que hay un tercer actor en la disputa que son los isleños. Ellos tienen derecho a autodeterminarse”, insistió Clouder.
El argumento es el mismo que levanta Gran Bretaña aún desde antes de la guerra de 1982. “Nosotros no tenemos dudas sobre la soberanía de las islas: es de los isleños. Y ellos dejaron bien en claro que desean permanecer bajo la jurisdicción del Reino Unido”, sostuvo Clouder. Su jefe, el canciller William Hague, visitó Brasil a fines de febrero y busca “encapsular” el conflicto con la Argentina para que no afecte la relación con toda la región.
“A los argentinos les pido que consideren algo. ¿Esto está ayudando? ¿Está cambiando la posición de los isleños? Yo creo que no. Es equivocado mirar así el asunto. No es el marco de discusión correcto”, consideró.
Sobre los pedidos a empresas para que no importen más productos británicos, que ya fue denunciado formalmente semanas atrás por la Foreign Office, la diplomática también fue dura. “Yo no puedo entender esa medida. Si la balanza comercial es favorable a la Argentina, ¿por qué bloquearla?”, se preguntó.
Clouder no quiso entrar en detalles sobre las demandas que anunció Timerman contra las petroleras que buscan crudo en Malvinas, pero una de ellas –la Falkland Oil&Gas Company– es una de las que la Bolsa de Londres incluyó en una lista de las firmas que buscan financiamiento por estos días para expandir su actividad en América latina. La advertencia de la Cancillería argentina servirá al menos para dificultar el acceso a ese financiamiento, por el temor que disparará en los inversores a que el combustible nunca pueda extraerse.
El principal temor de los británicos es que la pelea por las Malvinas los aleje de Brasil, que acaba de superar su PBI, y al que ven como la principal potencia emergente del siglo XXI. “Esta diferencia no tiene por qué perjudicar nuestra relación con el resto de Sudamérica”, opinó Clouder. Sin embargo, hasta ahora, los países del Cono Sur –incluido Chile– acompañaron cada una de las recientes protestas argentinas y acompañaron las medidas para sentar a Londres a negociar.


Confian en resoluciones de la ONU

El vicecanciller Eduardo Zuaín reiteró la vocación diplomática nacional respecto de la soberanía de las Islas Malvinas y sostuvo que “la carta más fuerte que tiene el país son las resoluciones de las Naciones Unidas” que Gran Bretaña “no cumple a pesar de formar parte del Consejo de Seguridad”.
Durante su disertación en el Cabildo Abierto del peronismo porteño, el diplomático defendiendo el multilateralismo y la cooperación Sur-Sur. “Hemos cambiado la forma de ver la cooperación. Estábamos acostumbrados a la Norte-Sur, en la que nos transmitían, interesadamente, algunos ejes tecnológicos”, afirmó.
El funcionario del Palacio San Martín también hizo referencia a la política de intervención en países con pretextos "democráticos que esconden intereses económicos".
“No estamos de acuerdo con intervenciones militares, cuyo objetivo no es aconsejar la democracia en esos países, sino más bien, la expoliación de los recursos naturales”, agregó.