John Weeks: “El caso argentino muestra claramente que la salida de una situación de crisis económica viene de la mano de una mayor acción del sector público”.


Espacio Iniciativa
Reportaje de Telémaco Subijana y Federico Ghelfi
Entrevistamos en exclusiva a John Weeks, reconocido economista estadounidente de orientación keynesiana que participó del Congreso de Economistas Heterodoxos organizado por la Universidad de Quilmes en el pasado mes de marzo. Profesor Emérito de la Universidad de Londres, en esta oportunidad opina sobre la situación económica de EE.UU. y analiza la crisis económica que vive Europa en la que, afirma, los partidos socialdemócratas han sido incapaces de instalar propuestas alternativas a las medidas de ajuste. También analiza el papel de los países que componen el BRIC y resalta la orientación económica que lleva adelante la Argentina. Leer más.
¿Cómo analiza situación económica de Estados Unidos?
Se trata de una cuestión muy importante para interpretar porque, en realidad, Estados Unidos, durante la crisis del subprime, fue el único gobierno que inicio un estimulo económico fiscal que fue suficiente para prevenir un mayor decrecimiento. Esto no fue un gran éxito pero por lo menos la situación económica va a ir mejorando, no va a empeorar. Es posible que el año que viene la tasa de crecimiento sea de 2,5%, esto es muy importante no solo para los norteamericanos sino también en términos ideológicos. Esto, en el contexto de la crisis actual, genera un gran debate en Europa y en Estados Unidos sobre como se saldrá de esta situación. Una posición postula que es necesario reducir el déficit fiscal del sector público para mejorar la inversión privada. Considero que es una locura pero, sin embargo, es la posición predominante. Sin embargo, el crecimiento de EE.UU. -aunque lento- estaría indicando que hay otro camino, una alternativa positiva que muestra que no es necesario que la población sufra más para lograr una recuperación de la economía. Esto es lo que hizo, en mayor medida, la Argentina. Se trata de una posición que entiende que la salida de una situación de crisis viene de la mano de una mayor acción del sector público.
¿Qué opina en relación a la incapacidad de proponer medidas alternativas frente a la crisis por parte de los partidos socialdemócratas europeos?
Comienzo por las malas noticias, que son bastantes. En 2007-2008 entramos en una gran crisis que fue el resultado de las acciones irresponsables del sector financiero en los Estados Unidos, Inglaterra y España, especialmente. En ese momento, muchos economistas -entre los cuales me incluyo- pensamos en el regreso a una política socialdemócrata. Por el contrario, nos encontramos con el gran fiasco de que en los países controlados por los socialdemócratas -como España y Grecia-, este tipo de iniciativas no fueron contempladas. Por eso la izquierda en España y Grecia está totalmente desacreditada. En esos países, la oposición es la derecha -ultraderecha en el caso de los griegos. En Inglaterra, por su parte, el Partido Laborista es solamente una sombra de su pasado socialdemócrata. Su posición difiere de la de los conservadores solo en que es de menor intensidad. En este contexto, creo que sí hay alguna esperanza. La misma tendrá que ver con un triunfo de Hollande en Francia y, tal vez, en Alemania, en las próximas elecciones. De darse esto, es posible que las políticas vuelvan a tener una influencia mayor por parte de los sectores progresistas. El problema, en el caso de Alemania, es que ante un posible triunfo de los socialdemócratas, éste no sea lo suficientemente importante como para evitar una coalición -por ejemplo con los demócratas-cristianos. En este caso, no creo que vayan a cambiar mucho las políticas. En Europa, Alemania es el problema. En relación al caso de Francia, considero que Hollande es un candidato legítimo de la izquierda -espero no equivocarme-, pero la fuerza de acción y el poder de la prensa es muy grande. Creo que esto fue la base de la derrota de Ségolène Royal y puede ocurrir lo mismo con Hollande. En definitiva, hoy el proyecto socialdemócrata es muy débil. No va a jugar un rol importante en España, Italia o Grecia. Ojalá si lo haga en Francia o Alemania, hoy la esperanza más fuerte esta en Francia.
¿Cómo analiza el hecho de que quienes más sufren las medidas de ajuste son las clases medias y bajas y, a pesar de esto, en diferentes países triunfan los partidos de derecha?
El caso más obvio es el de España. Ocurrió que un gobierno socialdemócrata fue la salvación de los bancos, cosa que significó el origen de este déficit. Luego, los bancos empezaron a especular con los bonos. Finalmente triunfa el conservador Partido Popular español, que comenzó un proceso de implementación de ajustes en los que ni se salvan los gastos sociales. Se trata de una ironía.
¿Piensa que la estructura institucional de la Unión Europea se pueden implementar las medidas necesarias para enfrentar la crisis?
Considero que, en abstracto, hay cuatro posibilidades. La primera, la más racional y apropiada, sería llevar adelante un estímulo fiscal, especialmente liderado por los alemanes, en combinación con medidas temporarias destinadas a subsidiar exportaciones en los países que hoy tienen déficit en sus intercambios comerciales. Es decir, una expansión para incrementar la demanda de las exportaciones e importaciones de Alemania y, además, medidas temporarias en los países con problemas sociales en función de reactivar sus economías. La probabilidad de que ocurra esto es de una en un millón. La segunda posibilidad tiene ver con que -ante la falta de una expansión fiscal de Alemania-, los países débiles o en déficit como Islandia, Portugal, España, Italia o Grecia, salgan juntos del Euro. Esa posibilidad no se daría sin problemas pero es un proyecto practicable. Lo costos se minimizarían por el tamaño de la salida. Sin embargo, esto tiene una probabilidad de dos en un millón. La tercera posibilidad es la de una salida del Euro por parte de Grecia. Por su parte, los otros países seguirían en el Euro, en un proceso de estancamiento y decrecimiento. En la actualidad, el gobierno griego piensa que después de todos estos sacrificios la situación va a mejorar, pero en realidad nunca va a alcanzar. Por eso, creo que esto es posible. Hace unos meses no lo creía, pero ahora estoy más pesimista, especialmente si Sarkozy gana en Francia. Entonces la primera posibilidad sería un cambio de Alemania; la segunda, es la salida del Euro de los países débiles; la tercera, es la salida de los griegos; y, finalmente, la cuarta posibilidad tiene que ver con que siga habiendo más de lo mismo.
¿Entonces continuará la hegemonía del capital financiero o considera que hay alguna esperanza de que el capital productivo, más innovador, asuma un peso más importante?
Aparentemente es imposible pensar esto, pareciera que los banqueros, los criminales que nos llevaron a un desastre que tuvo como resultado el desempleo de 7 millones de personas y la pérdida de un año de ingreso nacional por las acciones especulativas de los bancos, seguirán teniendo mucho poder. En la actualidad, su poder, por lo menos, no es menor al que tenían al momento de iniciarse la crisis. Brevemente, en el 2008-2009, durante el primer año de administración de Obama, hubo una reducción en la influencia de los bancos, pero ahora, en el marco de esta ideología de la austeridad, es más poderoso. Es difícil de asumir, pero esa es la verdad. Es por eso que no hay muchos países como Argentina en términos de política económica. No se trata de que sea radical, es solamente inteligente, ni más ni menos. Por su parte, en relación al caso de Brasil, no todo es malo, tiene aspectos positivos como intervenciones en el sector externo para controlar el flujo de capital o manejar la tasa de cambio, por ejemplo. No se veía la posibilidad de iniciar un estímulo fiscal por lo que los recientes anuncios son auspiciosos. Entonces, creo que la combinación de Argentina en su política fiscal activa y en su modo de administración del tipo de cambio, es muy bueno. De todos modos, hay que ver qué ocurre con la recesión mundial. Puede que empeore y es posible que los precios de los productos primarios caigan. Si eso pasa, en ese contexto, la derecha va a decir que la política keynesiana es una locura y que hay que regresar al libre cambio. Finalmente, ante este escenario, considero que el gobierno argentino tiene que pensar más sobre la posibilidad de implementar medidas proteccionistas, aspectos sobre la cuenta corriente externa.
¿Cuál es el papel de los BRICs, especialmente China y cómo cree que van a impactar en la economía mundial?
La política del gobierno de China pasa por construir el país más poderoso del mundo, este es su objetivo. Considero que va a serlo, en 20 o 30 años. Por eso, creo que su relación con Brasil, Rusia y los otros países de ingreso mediano es contraria y con tensión porque ellos tienen su propia agenda. Por eso es posible hacer alianzas temporarias con el gobierno de China para lograr algunos objetivos específicos. Pero hay que tener mucho cuidado en este proceso, porque China tiene su propia idea sobre su país. Creo que las relaciones entre los EE.UU. y China van a derivar en un conflicto comercial. No se si ocurrirá este año o el que bien, pero va a llegar.
En este escenario, ¿cómo cree que se darán las relaciones económicas comerciales entre los diferentes bloques?
Considero que el mayor peligro en Europa, en términos del horizonte económico, es que el gobierno de Alemania piense que como todos los otros países están decreciendo, se crea que el futuro es el intercambio con China. Es decir, si Alemania va a pensar que no es necesario facilitar la recuperación de Europa porque su éxito es con China, esto finalmente le jugará en contra. En este sentido, en el caso del MERCOSUR, considero que Brasil no tiene que jugar el juego alemán. No debe hacerlo. También es posible que el gobierno brasileño evalúe que su éxito depende del desarrollo de un mercado regional, ya que es difícil competir con los chinos en Europa y EE.UU. Se puede construir una recuperación en ese área y llevar adelante políticas en este sentido. Hay un grado de acuerdo y pensamiento común entre el gobierno de Brasil y Argentina. Si Argentina y Brasil tienen un plan regional, los demás países van a cooperar con eso. En el caso de los Estados Unidos, no sabría que decir porque su economía es muy intensiva en las importaciones y la manera de financiarla es colocarle bonos de deuda a los chinos. Esta no es una política que se puede seguir siempre. Obama debería orientar la implementación de políticas pro-industriales, aunque esto parece poco probable.
Las economías de los países de América del Sur se han caracterizado por la importancia que adquiere la producción primaria. ¿Cuáles son los factores que usted considera necesarios para que los países de América del Sur puedan avanzar en procesos de industrialización?
Si bien muchos creen que el período denominado Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI) fue un fracaso, esto no es correcto. Caben señalar varias cuestiones: En realidad no fue un proceso de sustitución de importaciones porque muchos países, especialmente Argentina, tenían sus propias industrias antes de la Segunda Guerra Mundial. Entonces, durante los años ´60 y ´70, muchos países trataron de consolidar su industrialización, no fue un proceso inicial. Sí se puede decir que fue un éxito en Brasil porque este país incluso ostenta exportaciones industriales. Luego, la implementación del modelo neoliberal y el proceso de endeudamiento provocaron la desindustrialización y la reprimarización de la economía. Para mi es obvio un futuro positivo para países como Argentina, Brasil o Chile, es un futuro orientado a la profundización de sus desarrollos industriales. ¿Cómo lograrlo? Creo que con un tipo de proteccionismo inteligente, no general, como ocurrió en los llamado milagros del sudeste asiático. Esto implica una selección de industrias y la aplicación de medidas como lo son los subsidios y otros a las tarifas de electricidad, por ejemplo. Por otro lado, el uso consiente de la tasa de cambio para impulsar las exportaciones. Yo no pienso que la tasa de crecimiento sea una herramienta muy poderosa, pero es una herramienta que se puede usar en combinación con la política industrial. En tercer lugar, considero que hay que llevar adelante un control muy fuerte sobre el sector financiero. Esto es tan importante, que hasta quizás se a clave de este proceso. Hay que reducir radicalmente la tendencia de los bancos a especular y a usar sus fondos en actividades no productivas. La única manera para hacerlo es a través de la regulación. Y si los bancos encuentran la manera de evadir tal regulación, hay que nacionalizarlos. Para el capitalista industrial es obvio, la fuente de ganancia es obvia, tiene que producir. Para los banqueros, en cambio, solo se trata de hacer circular el dinero. Por eso hay que regularlo. En ese contexto, también creo importante volver a crear bancos de desarrollo. Esta combinación de política industrial, con el desarrollo de instrumentos fiscales, monetarios e intercambio para manejar y orientar el desarrollo económico.
¿Qué debates reaviva esta crisis capitalista?
Muchos creen que esta crisis es una crisis del sistema, del modo de producción -no en el sentido de la crisis final pero sí en el sentido de que se necesita un cambio importante. Desde mi perspectiva, creo que los problemas fundamentales del capitalismo tienen su origen en la especulación financiera. Esta crisis tiene que ver con una contradicción entre la producción y la circulación financiera. Es decir que el problema es que hay unimpasse productivo, los problemas no son más de los que había hace 10 años. Lo que es diferente es la liberación del capital financiero. Cabe destacar que el problema del capitalismo es la contradicción entre las fuerzas y las relaciones de la producción. Específicamente, la fuerzas son la producción, la necesidad de producir cosas para generar ganancias. Las relaciones, por su parte, son las relaciones entre estas ganancias, que son distribuidas entre los diferentes capitalistas. En la actualidad, nos encontramos con una hegemonía del capital financiero. Pero su solución no requiere una revolución, se necesita nada más que mayor presión, mayor regulación, sobre el capital financiero. Entonces, desde mi perspectiva, se puede reconstruir al capitalismo con un control del sector financiero.