Cristina y Obama acordaron abordar en conjunto los temas comerciales

Ana Clara Perez Cotten
Tiempo Argentino



  •  La mandataria argentina y su par estadounidense resolvieron impulsar el intercambio entre representantes de comercio exterior de ambas naciones. “Este asunto no es el centro de la relación”, subrayó el líder norteamericano.
Presidenta, y esto es on the record. Si le pregunta un periodista qué ocurrió en la reunión, dígale que no se planteó ninguna exigencia sobre ningún tema.” Con esa frase, el presidente estadounidense, Barack Obama, inició la reunión bilateral con Cristina Fernández ayer por la tarde en el marco de la VI Cumbre de las Américas. Y agregó: “De ninguna manera los temas comerciales son el centro de la relación entre ambos países”, según reconstruyó el canciller argentino Héctor Timerman. En el encuentro, ambos presidentes acordaron fijar una reunión entre los representantes del comercio exterior de ambos países.
Timerman fue el encargado de difundir anoche el contenido del encuentro bilateral que duró 30 minutos y se desarrolló en una sala del Centro de Convenciones César Turbay Ayala, a metros de donde deliberaban los presidentes. “Obama le pidió a la presidenta que se siga trabajando de manera conjunta como se hizo en Cannes durante el encuentro del G-20. Mantener e intensificar las relaciones bilaterales y que las situaciones comerciales que se presenten serán tratadas por los expertos de ambos países en esas áreas. Por eso coincidieron en convocar a los profesionales para que comiencen a trabajar en esas áreas”, contó Timerman, quien, junto al secretario de Legal y Técnica Carlos Zannini, acompañó a la mandataria. Obama, por su parte, llegó a la reunión junto a la  secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el asesor especial Dan Restrepo. 
Timerman también puntualizó que Obama dejó en claro que “de ninguna manera los temas comerciales son el centro de la relación entre ambos países”.
Enfático, el canciller negó que los mandatarios hubiesen abordado las denuncias estadounidenses ante la Organización Mundial de Comercio por las restricciones argentinas a las importaciones. “No se habló de eso, ni se lo mencionó. Obama sólo le pidió seguir trabajando por las pequeñas diferencias que existen en temas comerciales y como puede ser algún aspecto del déficit de la balanza comercial”, dijo Timerman.
La presidenta también planteó su agenda. Le pidió a Obama profundizar la relación en temas relacionados con el terrorismo internacional, en cuestiones vinculadas al ámbito científico y a ampliar el trabajo en el marco del G-20. Después, le comentó a Obama que la Argentina es el país del G-20 que más ha aumentado las importaciones en el último año.
El reclamo argentino por la soberanía de las Islas Malvinas no formó parte del diálogo. Lo que dejó en claro el canciller Timerman es que la declaración final de la Cumbre no fracasó por la diferencias sobre la cuestión del archipiélago sur sino que se debió exclusivamente al veto que hizo Estados Unidos a dos artículos sobre Cuba, uno referido a la necesidad de que la isla forme parte de los encuentros regionales en el futuro y otro que pedía el final del embargo estadounidense.
Además del encuentro con Obama, la mandataria mantuvo otras tres reuniones bilaterales. Una charla con el primer ministro de San Vicente y Las Granadinas Ralph Gonsalves, a quien le agradeció “la solidaridad de los países del Caribe con la cuestión Malvinas”. Después, se reunió con el primer ministro de Jamaica porque, según explicó Timerman, hay un gran interés por fomentar los vínculos y las relaciones comerciales entre ambos países. Y, finalmente, con el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, al que felicitó por “aportar nuevas medidas para combatir al narcotráfico”. Justamente, Pérez Molina lidera el grupo de países centroamericanos que sostienen la necesidad de despenalizar el consumo de estupefacientes como una nueva forma de combatir el narcotráfico. Esta postura generó, en el marco de la Cumbre, el fuerte rechazo del presidente estadounidense, quien ayer sostuvo que “existen alternativas distintas a la legalización para enfrentar la problemática de drogas que afecta al continente” durante un foro con la mandataria brasileña Dilma Rousseff y con su par colombiano Juan Manuel Santos. La mandataria argentina, que llegó a Cartagena ayer a la madrugada, continuará alojada en el Hotel Las Américas Torres de Mar. Ayer al mediodía compartió un almuerzo protocolar con el resto de sus pares y ocupó una mesa junto al anfitrión Juan Manuel Santos; Rousseff; el presidente boliviano, Evo Morales; y de Costa Rica, Laura Chinchilla; y con la secretaria estadounidense Hillary Clinton. Al cierre de esta edición, aún no estaba confirmada su participación en la cena que ofrecería Santos a los jefes de Estado, los empresarios y las delegaciones en el imponente Fuerte de San Felipe de Barajas.
Si bien no se firmará una declaración conjunta, se espera que, por la mañana, la presidenta se dirija a la explanada del Centro para participar de la típica foto de familia con el resto de los mandatarios, y en la comitiva argentina nadie descartaba que, antes de regresar a Buenos Aires, mantuviera alguna otra reunión, aunque habría deslizado que por la tarde quiere aterrizar en el país.  <
 
 
 
El reclamo por Malvinas
 
 
“Esta muralla se construyó, específicamente, para defenderse de los piratas ingleses”, señaló la presidenta Cristina Fernández  ante el resto de los mandatarios reunidos en Cartagena de Indias. La mención histórica siguió al profundo agradecimiento que la jefa de Estado hizo a los más de 30 países que se manifestaron en esta Cumbre en favor del reclamo por la soberanía sobre las Islas Malvinas. En su alocución en el primer día de deliberaciones presidenciales de la VI Cumbre de las Américas, la mandataria insistió con el reclamo argentino sobre las islas en poder británico, uno de los últimos enclaves coloniales del planeta. Agradeció la solidaridad de los 32 países presentes que insistieron con que el reclamo por la soberanía figurara en el documento final del encuentro. La ausencia de este documento en el final de la Cumbre no tiene que ver con la posición de los Estados Unidos sobre las islas australes, sino por el veto sobre los dos artículos que se referían a Cuba.