Argentina “K”: proyecto sí, “Arcadia” no

José Steinsleger
La Jornada


El domingo pasado, por enésima vez, me propuse empezar con el aikido, ejercicio de origen japonés que sus promotores elogian como método para “… neutralizar al contrario en situaciones de conflicto, dando lugar a la derrota del adversario sin dañarlo, en lugar de simplemente destruirlo o humillarlo”.
Difícil. La noche anterior había leído la pesadillesca y nada inocente entrevista realizada por la revista española Cambio 16 al general genocida Jorge Rafael Videla. Y por la mañana, taza de café y cigarro en mano, oí al viejo vendedor de periódicos gritando por las calles de la colonia: “¡salió La Jornada! ¡No se pierda la réplica de Bonasso a Steinsleger!”
Titulada “La Arcadia de los K”, la susodicha “réplica” recurre a naipes marcados y dados cargados para complacer a los que el autor fustigó durante 40 años de militancia: el infantilismo izquierdista y pequeñoburgués del “anticapitalismo now”. Tal fue su postura, hasta que Néstor Kirchner le hizo saber que no sería jefe de gabinete, canciller o, siquiera, embajador en Cuba.
Entonces, Bonasso decidió ser “opositor”, y empezó a revistar en las filas de la “revolución mundial”, alineándose con los pelotones perdidos de las izquierdas sin pueblo que, no sólo en Argentina, reclaman a los gobiernos “progres” la expropiación de las corporaciones económicas imperialistas y, ya que estamos, la expulsión de los ingleses de Malvinas.
El trabajo del periodismo consiste en informar a muchos y en otorgar espacio a comentaristas que, sin abusar de la paciencia del lector, sitúan la información en su contexto. Lo demás (el know-how de las cosas) compete a las publicaciones académicas o partidarias y a los seminarios que organizan los institutos de investigación especializada.
Trabajo que el nuevo héroe del ultraizquierdismo a la carta desestima, omitiendo las realizaciones de un gobierno que en diciembre pasado fue refrendado con 54.11 por ciento de los votos. Por lo demás, la filosofía del aikido desalienta las analogías maliciosas. Sin embargo, ahí están los textos referidos.
Veamos. En la entrevista a Videla (destituido de su grado militar, juzgado y sentenciado en 1985, y nuevamente juzgado y sentenciado en diciembre de 2010 a prisión perpetua en cárcel común), el genocida acepta que el “peor momento” de los represores les llegó con “los Kirchner”. Y en su “réplica”, Bonasso mete en el baile al premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, quien “…tiene que recordar cada tanto a la presidenta que los derechos humanos no son cosa del pasado”.
Al lector común (y no necesariamente obligado a estar al corriente de todo) se le dibuja una interrogante sobre la cabeza. De un lado, le hemos dicho que desde diciembre de 2007 a octubre de 2011 (tras la derogación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida) el número de represores condenados durante el gobierno de “los K” aumentó de 41 a 243. Y por el otro, Bonasso sostiene que Argentina (así como México) “… tampoco sería ajena a la criminalización del conflicto social”.
Otorguemos al novelista el beneficio de la duda: basta con un solo muerto, un solo torturado, un solo herido o víctima de la violencia política y social en democracia, para entregar las riendas de un país al club del Dalai Lama. Pero eso de endosar a un gobierno de clara raigambre nacional y popular los contados y condenables crímenes ocurridos desde 2003, equivale a oportunismo político y deshonestidad intelectual.
Bonasso (a quien para su tranquilidad ya elogié por sus méritos literarios), sostiene que mi enfoque sobre la realidad argentina sería el de una “Arcadia” (sic), habiendo pecado de idealismo (“visión idílica”, dijo), y ponderando un estado de derecho “bonaerense” (sic) con “perfiles nórdicos” (sic).
¿Cuál Arcadia? ¿La del mito renacentista de Lope de Vega, y la de Cervantes en La Galatea, o la evocada por el Adriano de Marguerite Yourcenar, cuando deplora la alianza de sus pastores con “la Persia refinada y la salvaje Tracia” para combatir el poder imperial romano?
Nada de “perfiles nórdicos”. El propio FMI reconoció que Argentina se ubica entre las tres economías más dinámicas de todo el continente americano, a más de tener el mayor ingreso per cápita de América del Sur y de ser el país con menor nivel de desigualdad de toda la región (Perspectivas económicas: las Américas, vientos cambiantes, nuevos desafíos de política, octubre 2011).
Bonasso y yo somos hombres del pasado. La diferencia es que él se disfraza ahora de fauno ideológico, y este servidor celebra al gobierno más justo, soberano y digno de la historia política argentina.
Concluyo el “debate” con una sugerencia al “viejo amigo”: el aikido puede ser la solución contra la oxidación cerebral. Pero si no le entra, podría tomar Gerovital H3, medicamento inventado por la célebre doctora rumana Ana Aslan para renovar las células envejecidas y dañadas. Personalidades de fama mundial como la de Bonasso (De Gaulle, Kennedy, Adenauer, Neruda, Franco, Kruschev, la duquesa de Windsor, etcétera) lo tomaron, y permanecieron lúcidas hasta el fin.