Techint y los ñoquis deñ 29.La argentinidad al palo
Horacio Verbitsky
Pagina 12 [x]
Mayo de 2009
La transnacional italiana Techint, el presidente de FIAT Auto y las Cámaras de transnacionales alimentarias, petroleras y petroquímicas, encabezan la ofensiva argentinista contra el Gobierno. Sectores que no habían apoyado a las cámaras agropecuarias se suman ahora a la lucha por las esencias nacionales. El patronato gaucho hace saber así a CFK que la estrategia de la tensión no cesará después de las elecciones.
Agostino Rocca fue presidente del grupo hasta que murió en 2001 . Paolo es el jefe actual y Gianfelice vive en Milán y dirige el negocio de salud de la familia. |
El súbito brote de nacionalismo que aqueja a la cúpula empresarial, donde el proceso de extranjerización pegó más fuerte en las últimas dos décadas, fue contraído durante un vuelo desde Luxemburgo hasta Buenos Aires, con escala en Milán, las tres sedes del holding Techint. El virus tiene dos efectos complementarios: procura forzar un nuevo salto de superganancias como los que desde 1975 se producen una y hasta dos veces por década, siempre a expensas del salario de los trabajadores, y disuadir al Estado de cualquier medida de control de los oligopolios que hacen y deshacen en la economía local. El contagio fue iniciado por los industriales italianos Paolo Rocca y Cristiano Ratazzi Agnelli y acompañado por el presidente de la Cámara que reúne a las empresas alimenticias transnacionales, Jorge Zorreguieta, ex secretario de Agricultura de Jorge Rafael Videla y por José María Fumagalli, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Química y Petroquímica, cuyos bastiones de la nacionalidad son Shell, Repsol, Petrobrás, DuPont, Dow y Monsanto. Zorreguieta es además el puente con las cámaras patronales agropecuarias, cuya Mesa de Enlace presidió. Las declaraciones de las diversas cámaras patronales que se sumaron al tropel no dejan lugar a dudas: le están cobrando al gobierno la decisión de recuperar el manejo del sistema jubilatorio, que durante tres lustros estuvo manejado por los grandes bancos, y de designar directores en aquellas empresas endeudadas con la administración del nuevo Sistema Integrado Previsional.
Estrategia de la tensión
Por cierto, la imprevisión política del presidente de Venezuela, que estatizó tres empresas de un holding con fuertes intereses en la Argentina pocas horas después de una visita al Calafate, durante la que no reveló sus propósitos, y apenas a un mes de las elecciones generales, contribuyó a colocar al gobierno en una postura incómoda, frente a la cual reaccionó con titubeos. El tono casual con que la presidente lamentó que Techint hubiera depositado en un banco de Alemania los primeros 400 millones de dólares que cobró de indemnización por la expropiación de su Siderúrgica del Orinoco, SIDOR, reforzó la irritación, pese a que primero se había allanado al reclamo de considerar a Techint una empresa argentina. Esa concesión, que no alteró la inquina en su contra, se basa en datos erróneos. Pero es obvio que la incuria del teniente coronel Hugo Chávez fue sólo un pretexto para una operación que había comenzado antes y que unifica a los distintos sectores del gran capital en contra de CFK. La devaluación de 2002 puso fin al patrón de acumulación basado en la valorización financiera. Los cinco años de fuerte crecimiento que le sucedieron postergaron la definición sobre un nuevo bloque de poder. Pero ese período de transición parece estar llegando a su fin y es cualquier cosa menos casual que esto ocurra en vísperas electorales. La operación se lanzó pensando en el lunes 29 de junio. Queda claro que la estrategia de la tensión que comenzó en cuanto CFK fue electa la acompañará por el resto de su mandato.
Los empleos generados por Tenaris: siete de cada diez fuera de la Argentina: |
De Mussolini a Forbes
Sólo en un país de fantasía la organización Techint puede liderar al supuesto empresariado nacional. Su fundador, el capitán de artillería milanés Agostino Rocca, fue el principal asesor siderúrgico de Benito Mussolini, quien le encomendó la conducción de una industria estratégica para el esfuerzo bélico. Terminada la guerra, Rocca estableció en la calle Matteotti 1 de Milán la Compagnia Tecnica Internazionale, Techint. Luego se trasladó a la Argentina donde, con capitales italianos y alemanes, retomó la tarea interrumpida por la invasión de los aliados. Murió en 1978 y lo sucedió su hijo, Roberto Rocca. En su libro de 1992 Los dueños de la Argentina, Luis Majul cuenta que Roberto Rocca le entregó un documento del que surge el carácter extranjero del grupo. “Todas las inversiones provienen de un Fondo de Inversión, al que yo llamo Huérfanos y Viudas, porque al principio aportaban a ese fondo los dueños de los grandes grupos italianos. Pero después quedaron los hijos de éstos, los nietos, y también las viudas”, le dijo. Rocca agregó que el 68,8 por ciento de las acciones pertenecían a inversores extranjeros, radicados en los paraísos fiscales de Panamá, Bermudas y Cayman. Roberto Rocca dividió las operaciones entre sus hijos Agostino, en quien delegó la producción de aceros planos y la presidencia del grupo, y Paolo, a cargo de los tubos sin costura. Los hermanos mantuvieron una permanente enemistad, hasta la muerte de Agostino en un accidente aéreo en 2001. El tercer hermano, Gianfelice, vive en Milán, donde está casado con una de las herederas de la editorial Mondadori, dirige el negocio de Salud de la familia, Humanitas, que presta servicios de alta tecnología a hospitales, y viene rara vez a la Argentina. El actual jefe del grupo, Paolo Rocca, de 57 años, se graduó en ciencias políticas en la Universidad de Milán. Allí sigue viviendo su esposa, Beatrice, aunque Paolo tiene una vida muy activa en Buenos Aires, donde es un protector de las bellas artes. La revista Forbes, que lo incluye entre los 300 hombres más ricos del mundo, identifica al holding como de nacionalidad luxemburguesa. Las estadísticas oficiales de México arrojan un gran desequilibrio entre las inversiones de cada país en el otro, porque México no incluye como argentinos los capitales de Techint. Una de las mayores preocupaciones de Paolo Rocca es que a sus dos hijos, especializados en matemáticas y medio ambiente, no les gusta Italia. Si Techint no puede considerarse un grupo argentino, la cúpula de las cámaras patronales que a su silbato se lanzaron al cuello del gobierno por su presunta indiferencia por el interés nacional tienen una enorme participación extranjera. Según la Encuesta Nacional a Grandes Empresas (las 500 no financieras más grandes del país, con representatividad sectorial), cuyos resultados difundió el INDEC hace tres meses, el 81,7 por ciento del valor bruto de producción, el 83,8 por ciento de su valor agregado y el 90,2 por ciento de las utilidades del panel fueron generados por empresas con participación extranjera, que crearon el 62,9 por ciento de los puestos de trabajo y pagaron el 69,4 por ciento de los salarios.
Principales empresas del grupo Techint controladas a través de TENARIS: |
Ternium y Tenaris
Respecto de la Organización Techint, la mejor fuente de información acerca de su carácter proviene de la base de datos Economatica y de las páginas institucionales de Tenaris y Ternium. Esos son los dos grandes consorcios en los que el grupo Techint agrupó sus empresas, perfeccionando los lineamientos de Roberto Rocca. El primer consorcio, para todas las empresas relacionadas con tubos de acero, y Ternium, para aquellas de aceros planos. Ambos fueron constituidos por Paolo ocho meses después de la muerte de su hermano, el 17 de diciembre de 2001, en las últimas horas de la presidencia de Fernando De la Rúa, y tienen sede en el principado de Luxemburgo. Esto es muy conveniente para no pagar el impuesto a las ganancias sobre el capital distribuido. Así lo explica la nota 7 del estado contable de 2004: “Conforme a las actuales leyes de Luxemburgo, mientras la Sociedad mantenga su estado como una compañía ‘holding billionaire’, no estaría sujeta a ningún impuesto a las ganancias, retenciones de impuestos (incluyendo los relacionados con dividendos), o impuesto a las ganancias sobre el capital pagadero en Luxemburgo”. En la cumbre del G-20 en Londres, en abril, Luxemburgo fue incluido en una lista de paraísos fiscales problemáticos, lo cual provocó la protesta del primer ministro Jean-Claude Juncker, quien dijo que Alemania y otros países europeos habían faltado a la palabra que habían comprometido en Bruselas”, durante una cumbre en marzo, en la que se habría acordado que ninguno de los países europeos sería puesto en las listas negra ni gris de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). A pesar del enojo, Luxemburgo anunció que se disponía a negociar sus tratados para incluir en el futuro el artículo 26 de la Convención Impositiva de la OCDE. Con esta estructura Techint controla un centenar de empresas, de las cuales sólo cuatro importantes radicadas en la Argentina: SIAT y Siderca, por medio de Tenaris, y Siderar e Impeco a través de Ternium. Menos de un tercio de los 40.000 puestos de trabajo generados por las empresas del grupo se crearon en la Argentina. El resto son empresas de Italia, Estados Unidos, China, Canadá, Brasil, Gran Bretaña, Chile, México, Japón, Rumania, Portugal, Liechstenstein, Uruguay, Colombia, Guatemala, Noruega, Irlanda, Singapur, Indonesia, Islas Vírgenes Británicas y Venezuela. En las Islas Vírgenes, que como se sabe son las más putas, está radicada su financiera e inversora SIDTAM Limited. En Venezuela, las tres del escándalo.
Tómese un Novegil
Las operaciones de Techint en Venezuela son conducidas desde el principio por su ejecutivo Daniel Novegil. El grupo adquirió la productora de chapas SIDOR en 1997, bajo la presidencia de Agostino. Novegil, quien trajo a Chávez a la Argentina antes de que fuera presidente, se jacta de tener acceso a la residencia de Miraflores sin cita previa (“sin tocar el timbre”, exagera). Esa relación le sirvió a Novegil para desplazar a Javier Tizado, quien había sido uno de los preferidos de Roberto Rocca. SIDOR producía 4,5 de las 12 millones de toneladas de aceros planos del grupo. Su reestatización se produjo luego de un extenso conflicto sindical, en el que Novegil recriminó a Paolo Rocca su inflexibilidad con los trabajadores. A la luz de esa experiencia y pese al mal momento del mercado mundial, Novegil dice que el grupo estaba pagando la totalidad de los salarios de las tres compañías cuya estatización anunció ahora Chávez, Tavsa, Matesi y Comsigua. El interés de Techint por Venezuela se explica por el bajo precio del mineral de hierro y por la proximidad con Estados Unidos, que tiene un tratado virtual de libre comercio con Caracas. Desde allí ingresan al mercado del norte tubos y aceros planos producidos también en otras plantas del grupo. Sólo una de las estatizaciones realizadas por Chávez en estos años fue litigiosa, pero el CIADI le dio la razón al gobierno de Caracas. Las afirmaciones sobre el proceso de integración son insostenibles, dado el carácter global del grupo italiano. Siempre que consigan una indemnización tan buena como la de SIDOR, las expropiaciones no preocupan demasiado a los italianos, ahora que sobra acero en el mundo. La presión de Techint sobre el Mercosur no parece viable, pero puede servir para levantar el precio de la compensación.
Tiembla la oligarquía
Una fuente íntima de Techint, que tiene aprecio por el ministro Julio De Vido pero desconfía de la pareja presidencial lamenta: “Julio tiene buena voluntad, pero le mienten”. Ese directivo de Techint dice que, según las informaciones del grupo, Néstor Kirchner sacará una nítida ventaja en los próximos comicios. Esta hipótesis enardece al grupo y a otros espíritus inflamables. Elisa Carrió dijo que para que ganara la Argentina debía ser derrotado Kirchner, a quien mencionó en un nuevo prodigio oratorio como “la verdadera oligarquía” (sic), y Francisco De Narváez difundió un spot de televisión en el que se afirma que hay que cuidar los votos para que el gobierno no se los robe. Su socio electoral, Maurizio Macri ha sido socio industrial y de trapisondas políticas de Techint (Ver Prestaciones de sede). Su socio minoritario, Felipe Solá ha aprendido lo que es robar votos, no de a uno sino por lista completa. Un pelotón de constitucionalistas melancólicos por el otoño de la democracia se presentó como amicus curiae ante la Cámara Electoral, pidiendo que se impidiera postularse para el Congreso a quienes ocupan cargos en el Poder Ejecutivo, como el gobernador bonaerense Daniel Scioli y el jefe de gabinete Sergio Massa. Los periodistas le preguntaron al vocero del grupo si también se habían presentado para oponerse a la candidatura del policía Luis Patti, detenido por crímenes de lesa humanidad. Daniel Sabsay respondió que no, que habían elegido el caso de Scioli y Massa por su especial trascendencia. Otro de los firmantes, Félix Loñ, fue, según afirman María Seoane y Vicente Muleiro en su libro El dictador, uno de los colaboradores civiles de la Secretaría General de la Presidencia que trabajó en los planes políticos de Videla. A este propósito de deslegitimación de un posible resultado favorable a los sucios, feos y malos se suman las reiteradas agresiones, cada vez más frecuentes y violentas, de los paisanos buenos contra los candidatos oficialistas, como Scioli y Agustín Rossi. Cuando la patria peligra, hasta Garibaldi acude en su auxilio.
Las 500 mayores empresas. El capital extranjero en la economía argentina: |
Prestaciones de sede
Las relaciones del grupo Techint con los miembros más destacados del sistema político han sido siempre de extrema cooperación. El 21 de marzo de 1993 se publicó en esta página un facsímil histórico: la planilla con los pagos que realizaron los contratistas del gasoducto Loma de la Lata, entre Neuquén y Buenos Aires, construido por Techint, SADE (que entonces era de Pérez Companc, el más conocido testaferro de la Santa Madre) y Macri, reunidos en el Consorcio Neuba. La financiera cautiva de Techint, Santa María, se encargaba cada mes de recaudar los aportes, proporcionales a la participación de cada grupo en el consorcio. Luego la misma financiera pagaba las contribuciones, que en las notas internas se identificaban con el eufemismo “Prestaciones de sede”. La nómina de pagos incluía funcionarios y políticos radicales y peronistas y empresas competidoras excluidas del negocio, para que no protestaran. En total se pagaron en tangenti 11.527.000 dólares, o expresado con la técnica financiera de las planillas de Santa María: 11.527 US$ x 10 a la tercera. El más alto porcentaje de las contribuciones, casi 3 millones de dólares, se pagaron en agosto de 1987, es decir en el mes previo a las elecciones del 6 de setiembre, en el que se adelantaron parte de las cuotas de los meses siguientes. La ex secretaria de Domingo Cavallo, Ana Estela Wilk de Tossunian, declaró ante el juez federal Claudio Bonadio que durante la campaña electoral de 1987 su jefe la envió a la sede de Techint, donde alguien que identificó como “A. Roca” (sic) le entregó un portafolio lleno de dólares que ella llevó luego a una caja de seguridad de Cavallo en el Banco Río.
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La pelea con Alfonsín
El 31 de mayo de 1988, el diario estadounidense de negocios Wall Street Journal expuso a Roberto Rocca al bochorno mundial como empresario rico en un país pobre. La nota fue reproducida como aviso pago en La Nación por la alfonsinista Fundación Plural. El Journal elogiaba los esfuerzos del gobierno por “reintroducir en la economía ciertos principios de libre mercado”. Techint contestó con un artículo de su operador político Arnaldo Musich también en La Nación. El ex embajador del dictador Jorge Videla en Washington acusó al gobierno de descargar sobre los empresarios el fracaso de su política económica, y con la perspicacia de quien conoce el terreno donde se librará la batalla, advirtió a las naciones desarrolladas de Occidente que la ofensiva seguiría contra ellas. Hombres de negocios del mundo, uníos, exhortó. “Terrorista, le contestó Alfonsín. La UCR devolvió a Techint un aporte de 200.000 australes, que por entonces era mucha plata, y se preocupó por hacerlo saber. Techint dijo que esa donación estaba asentada en sus libros y que también había apoyado a otros partidos, pero no dio precisiones. El Wall Street Journal insistió con nuevos artículos y editoriales. Dijo que los industriales argentinos son virtuosos en evadir impuestos y que la inflación no les preocupa “porque hace mucho que aprendieron a protegerse con el uso de divisas fuertes”, y elogió los esfuerzos de Alfonsín, de su ministro de Economía Juan Sourrouille y de su banquero central José Machinea por reducir los subsidios estatales y aumentar los impuestos a los patrones. Un año después, Alfonsín renunció a la presidencia en medio de un vendaval hiperinflacionario. Lo sucedió Carlos Menem en cuyo proceso de privatizaciones el mayor beneficiario fue Techint.