Notas sobre la elección presidencial en Colombia

Mariano Fraschini*
Artepolitica [x]

El domingo 15 de junio habrá segunda vuelta en Colombia. El candidato de la Alianza Centro Democrático (CD), Óscar Iván Zuluaga y el candidato- presidente titular del Partido de la “U” (PU) medirán nuevamente fuerzas, pero esta vez en un mano a mano que promete ser reñido. Como anticipaban las encuestas (esta vez sí acertaron) Zuluaga le sacó una pequeña ventaja al actual mandatario, superior al 3% de los votos. Con el 29,2% de los votos el candidato del CD dejó a Santos en un incómodo segundo lugar con el 25,7%. Atrás, a una distancia no tan lejana, quedaron las candidaturas de Martha Lucía Ramírez del Partido Conservador con el 15,5%, la de Clara López con el 15,2%, dejando el último lugar con el 8,2% al ex alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa, de la Alianza Verde. El gran ganador de la jornada ayer no compitió en forma directa en la misma, pero la huella de sus dos gobiernos estuvo presente a lo largo de la campaña y en el resultado final. La alegría que mostraba el rostro de Álvaro Uribe ayer por la noche delataba el rol central que jugó su presencia en la victoria de su delfín político.


A continuación, algunos apuntes de la elección de ayer:
  • A primera vista se trató de una elección que lejos de polarizarse entre los dos candidatos que punteaban las encuestas, se fragmentó en cuatro pedazos. La distancia entre el primero y el cuarto lugar (menor a 15%) atestigua que se trató de una compulsa pareja, en la que en la segunda vuelta todos los candidatos tendrán algo para decir.
  • La victoria de Zuluaga tuvo como epicentro el centro del país. Una mirada almapa electoral muestra que el candidato del CD se hizo fuerte en los sectores que ven desde más lejos el conflicto con la guerrilla, mientras que Santos triunfó en los territorios donde la presencia histórica de las Farc era más fuerte. A su vez, los bastiones uribistas del centro del país continuaron siendo fieles al expresidente y garantizaron ventajas nítidas para Zuluaga. Antioquia, Cundinamarca, Boyacá, Caldas, entre otras, donde el candidato uribista sacó las mayores ventajas, evidencia que el legado de Uribe se mantiene aún vigente.
  • Quedó en evidencia que la campaña de Santos no pudo potenciar los logros que el actual presidente puede exhibir como propios: crecimiento de la economía y acuerdos de paz con la guerrilla. A pesar de las deudas pendientes en torno a la cuestión social, y de los ilícitos denunciados en las últimas semanas, el candidato- presidente tenía más puntos fuertes para reivindicar que débiles para sufrir. Una inteligente campaña de la oposición y una pobre del oficialismo hizo achicar las distancias superiores a 20% con las que partieron ambos rivales.
  • El aperitivo electoral de ayer la constituyeron las parlamentarias de marzo, en donde las fuerzas oficialistas lograron mantener las mayorías parlamentarias.Allí marcábamos que a pesar de la buena elección de Uribe para el Senado, el porcentaje de votos no alcanzaba para activar la campaña de su delfín Zuluaga. La distancia entre los candidatos del presidente y la oposición llenó de optimismo al oficialismo y lo hizo cometer errores como los vaivenes en torno a la destitución del Alcalde de Bogotá Gustavo Petro, la subestimación de una campaña que aparecía como ganada de antemano, y una política comunicacional que llevó a Santos a obviar a Zuluaga y concentrar su fuerza en Uribe.
  • El expresidente Uribe fue el gran ganador de la jornada. No sólo porque fue el precursor de los últimos dos ganadores presidenciales en primer vuelta (Santos en 2010 y Zuluaga hoy) sino también porque de los cinco candidatos que disputaban los votos ayer, cuatro habían sido ministros o aliados de él. Hoy Uribe es el político más popular en Colombia, y sólo la clausula que le impide una nueva reelección es la principal barrera hacia el retorno a la Casa del Nariño.
  • La abstención electoral se acercó al 60%, toda una novedad para este tipo de elecciones que en general se encuentran en el 50%. También el voto en blanco dijo presente alcanzando la cifra del 6% de los votos que sumados al 2% de los nulos, muestran un descontento popular insoslayable del que tendrán que tomar nota los contendientes del 15J. En forma paradójica se trató de la elección más segura de  los últimos años.
  • De cara a la segunda vuelta electoral el rol de los aparatos tendrá un papel clave. Al tratarse de elecciones voluntarias la movilización de electores es un recurso de poder vital para asegurar los votos. Las alianzas que los candidatos realicen desde hoy con los otros postulantes marcará el pulso político de los próximos días y marcará las posibilidades de victoria de ambos candidatos. También tendrá importancia la política que tanto Santos, como Zuluaga tendrán con los electores que ayer no fueron a votar. De acuerdo a las últimas elecciones presidenciales el umbral de abstención fue más bajo que las de este domingo. Por último, las elecciones de segunda vuelta tienden a premiar a los discursos moderados, por lo que Santos allí tendrá una ventaja desde el vamos. El montarse en el clivaje guerra- paz, será con seguridad su caballito de batalla.
  • La Registraduría Nacional (el órgano electoral colombiano) fue otra de las vencedoras de la fecha, ya que a las pocas horas de terminado el comicio ya mostraba un alto porcentaje de datos. La desconfianza del uribismo hacia la institución, puso en un manto de dudas el reconocimiento de los resultados definitivos. La victoria de Zuluaga, con seguridad, evitó que esto pase a mayores
  • Como dijimos en la nota anterior a la elección, este resultado se extiende hacia el resto de los países. El impacto principal de la victoria uribista rebotó con seguridad en Venezuela y Ecuador, históricos antagonistas del expresidente colombiano.
  • Un último punto es resaltar que los países de la Alianza del Pacífico, los cuales son tomados como modelo por la derecha regional (y en especial la Argentina), no garantizan continuidad electoral. Las derrotas de Piñera y de Santos (al menos en esta primera vuelta) y el bajo nivel de aceptación de la figura de Humala, evidencian que no sólo los liderazgos del giro a la izquierda pasan por momentos de zozobra. A diferencia de estos países, el chavismo, el correismo y el evismo aún revalidan mandatos. Dilma está cerca de su reelección (veremos las reacciones post-mundial), Uruguay continuará bajo la hegemonía del Frente Amplio y en Argentina el FPV aún mantiene su potencia electoral y de movilización, como se observó en el día de ayer, y no sería de extrañar que un candidato de esos colores políticos gané el 2015.

En tres semanas Colombia tendrá nuevo o mismo presidente. Las próximas semanas se convertirán en la clave para descifrar las posibilidades de ambos candidatos, a partir de las alianzas que se conformen en torno a Zuluaga y Santos. Después vendrá la opinión del soberano, única voz cuando se trata de ungir presidentes en estos tiempos en Sudamérica.

*Mariano Fraschini: Doctor en Ciencia Política y docente (UBA- UNSAM)