¡Viva el cáncer!; o la lucha de clases desde arriba
Antes que fuera revelado el cáncer que padece el comandante Hugo Chávez Frías un cuadro de la derecha imperialista, el periodista octogenario Mariano Grondona, no se privó de pedir en cámara: ojala que se muera Chávez. Aquí queda plenamente confirmada la actitud contemplativa, favorable a la cooperación y no confrontativa que distingue a las derechas en todo el orbe. Ni hablar de cuando fuera franqueada la patología del líder bolivariano (paladeaban y festejaban el retorno al poder político enancado en la agonía del enfermo) o la falsa alarma que recorrió el mundo cuando circuló el rumor de la muerte de Fidel Castro y que provocase escenas de júbilo mesiánico entre las gusanera de Miami. Se trata de uno de los modos en que los sectores dominantes impulsan y estimulan la lucha de clases; aceptemos o no el nombre que desde el siglo XIX tiene el conflicto social. Otra manera la conforma el descarado recorte que se propicia en Europa a los beneficios sociales, al tiempo que los bancos reciben dinero como si las épocas no fuesen de austeridad.
En lo señalado líneas arriba pueden verse de modo acabado en que reside la dialéctica confrontación-cooperación para los sectores dominantes. Cantan salmos a la paz y al amor a condición que los sectores populares muestren un rostro resignado y sumiso. Pero en cuanto se verifique un ciclo breve o prolongado en que los sujetos subalternos toman para si las riendas de la sociedad llegado es el tiempo de los golpes de estado, las intervenciones imperialistas y el viva el cancer. Conviene que el conjunto de nuestra coalición sea consciente de lo que decimos y que no sucumba frente a los polifaciales cantos de sirena de la derecha. Con todo, se trata de los objetivos de la batalla cultural en la que estamos inmersos.