Macri: Como candidato en campaña

Werner Pertot
Pagina 12

Mauricio Macri eligió la confrontación con el gobierno nacional.Un poco adelantado en el cronograma electoral, Mauricio Macri dio su primer discurso de la campaña para 2015. No fue en un acto partidario, sino en el inicio de las sesiones en la Legislatura. El procesado jefe de Gobierno optó, esta vez, por no aburrir a los legisladores con un largo repaso municipal, sino que eligió atacar al gobierno nacional, como una forma de posicionarse como la alternativa presidencial de la oposición. El líder del PRO dedicó buena parte del primer discurso de su segundo mandato a reclamar mayor coparticipación federal, reiterar sus argumentos para no hacerse cargo del subte, facturarle al kirchnerismo la tragedia de Once y volver a exigir el traspaso de la Policía Federal. “Señora Presidenta: o háganse cargo de la Ciudad... de la seguridad de la Ciudad –se corrigió– o traspásennos sus facultades y los recursos.”
El inicio de sesiones estaba programado a las 8.30, pero el jefe de Gobierno no empezó puntual: primero compartió un cóctel con embajadores, ministros y legisladores. La vice María Eugenia Vidal inició la sesión y pidió “un minuto de silencio por las víctimas de la tragedia de Once”. Gabriela Michetti la miraba desde la puerta del recinto.
Desde el principio quedó claro que Macri se iba a centrar en la estrategia para el 2015. Recordó que había dicho que iba “a seguir trabajando por la unidad de los argentinos”. “También les aseguré que no íbamos a abandonar nuestro rol de alternativa nacional. La Ciudad y el gobierno nacional tienen que colaborar para conseguir el bienestar de los ciudadanos, en el marco de un federalismo de verdad, sin imposiciones ni sometimientos”, lanzó. También reclamó “un federalismo real, no un mero discurso que se traiciona en los hechos”. Dijo que “muchas veces” eligió “mantener el silencio y seguir trabajando”, pero dejó claro que “llegó el momento de aclarar algunas cosas”. Traducción: llegó a su fin la estrategia discursiva de no enfrentarse con Cristina Fernández de Kirchner. La tragedia de Once es leída por los macristas como el momento propicio para volver a la carga.
Y allí fue Macri: “El gobierno nacional sigue teniendo una actitud excesivamente centralista. Cuando un gobernador no es oficialista, la provincia es discriminada”, denunció. El líder de PRO remarcó que “los problemas entre la Nación y la Ciudad son producto de fallas institucionales” y, entre otras, señaló la coparticipación, la seguridad, la salud, la educación y el transporte. “Hemos escuchado que la Ciudad es rica. Esto es una idea cuanto menos engañosas”, dijo Macri y pasó a recordar que existen “corrientes migratorias” que vienen a la ciudad de Buenos Aires y que tanto hospitales como escuelas son utilizadas por bonaerenses. En cada caso, se ocupó de aclarar por las dudas que esto los hacía sentir “orgullosos”. “Somos la única provincia (sic) que prácticamente no recibe recursos nacionales”, reclamó mayor participación. “Merecemos un poco más de respeto y cariño”, dijo.
Sin sonrojarse, Macri dijo que hubo “inversión record en hospitales y escuelas” y criticó al gobierno nacional por no aprobar el financiamiento externo para el subte. Nada dijo de la deuda de 475 millones de dólares que sí consiguió tomar la Ciudad para el subte y que no utilizó, por lo que los porteños perdieron 30 millones de pesos en concepto de intereses el año pasado. “Nos duele que el gobierno nacional no haya hecho casi obra pública en la ciudad”, continuó Macri en su línea de ataque. “Ni hablar de las medidas unilaterales en un tema como la seguridad”, se quejó por la decisión de retirar a la Federal de los hospitales y del subte. Macri las calificó de “decisiones intempestivas”, aunque la ministra de Seguridad, Nilda Garré, afirmó ayer que le notificó en enero el retiro de la Federal de los subtes.
“Señora Presidenta: O háganse cargo de la ciudad...”, trastabilló Macri. “... de la seguridad de la Ciudad, como corresponde –corrigió– o traspásennos también sus facultades y los recursos.”
–¡Llamá al Fino, Mauricio! –le gritó el kirchnerista Francisco Nenna.
–¿Para qué tenés la Metropolitana? –se sumó su compañera Gabriela Alegre.
El PRO no se quedó atrás. “¡Maleducada!”, le grito el jefe de bloque macrista, Fernando de Andreis. “¡Callate, nena!”, bramó desde la tribuna la diputada nacional Laura Alonso. “Un poco de educación”, cerró el intercambio el propio Macri.
“Esto nos duele no porque le estén faltando el respeto a un gobernante, sino porque están haciendo daño a los vecinos, y ahí es donde yo tengo la obligación de poner un límite”, sacó pecho el jefe de Gobierno. “La terrible tragedia de la semana pasada nos demuestra lo que pasa si las cosas no se hacen bien. Así no se puede seguir”, volvió a recordar el choque del Sarmiento y dejó entrever cuál sería su política de transporte: “El subsidio sólo puede ser un paleativo de corto plazo. El esfuerzo debe estar en optimizar las inversiones prioritarias”, dijo, en línea con el aumento del 127 por ciento en los subtes.
“Les quiero agradecer el trabajo que hicimos juntos...”, empezó a decirles a los legisladores, cuando lo interrumpió la diputada de Buenos Aires para Todos, María América González. “¿Y los vetos?”, le gritó. Macri pasó por alto el recordatorio y concluyó: “No estamos para pelearnos con nadie. Estamos para servir”. Todo el discurso no duró más de quince minutos.