Cristina: ¿Qué tipo de poder político esta construyendo?

 Raul Aragon

La aprobación de la Presidenta ya supera el 70 por ciento, sumando 20 puntos desde el inicio de su segundo mandato. De continuar asi, continuará siendo uno de los hegemones de la política argentina aún después de terminar su mandato, como es el caso de Lula en Brasil.


Desde la asunción de su segundo mandato la Presidenta Cristina Kirchner, no solo ha consolidado el nivel de aprobación que registraba antes de la elección de octubre pasado sino que además de incrementarlo ligeramente (hoy registra 73% de calificación positiva contra apenas 22.1% de calificación negativa) el 28.6% de todos los consultados en el área del AMBA informan que, desde el comienzo de su segundo mandato hasta la fecha, han modificado para mejor la opinión que tienen de ella, el 53.6% dice que mantiene la misma opinión y solo el 13% reportan tener hoy una opinión peor de la que tenían antes. 

O sea que de cada cuatro personas que cambiaron su opinión respecto de la presidenta, tres lo hicieron positivamente y solo una lo hizo negativamente. Este ratio de tres a uno es un factor poderoso de crecimiento.

Lo más significativo, sin embargo es que comienza a aparecer un componente de admiración en el registro del imaginario del AMBA respecto de ella.

Cuando se realiza la pregunta acerca de qué sensación le produce la Presidenta o qué aspecto de su personalidad le impacta mas, como pregunta abierta, es decir sin un menú de respuestas que se le ofrece al entrevistado sino que se registra su respuesta espontanea y literal, el 7.3% de los consultados informa sentir “admiración” por la Presidenta mientras que un total de 51.7% informa algún otro atributo positivo.

Estos datos requieren cierta desagregación. De ese 51.7% que dice percibir un atributo positivo en la persona de la mandataria en casi la totalidad de las respuestas espontaneas indican que ella se inscribe en la mitad del imaginario con un registro fuertemente familiar, de gran cercanía. 

Las menciones de “humilde, sencilla, creíble, confiable, bondadosa…etc”. Indican claramente que al menos uno de cada dos consultados siente una gran cercanía con su persona. Esto, conjugado con el incipiente registro de admiración que mencionamos arriba podría estar construyendo una figura de fuerte liderazgo personal altamente carismático. 

Esta hipótesis encuentra cierta corroboración en su alto nivel de credibilidad. En los días siguientes a su operación la oposición y los medios opositores sostuvieron que se trato de una manipulación con fines político. Sin embargo esto no se verifica en las respuestas a la pregunta respecto de la operación a la que fue sometida. 

El 71.7% considera que realmente fue necesaria la operación y que no hubo una manipulación con fines propagandísticos. Solo el 11.1% informa la interpretación contraria.

Así, una altísima calificación positiva en su quinto año de mandato consecutivo, junto con un elemento de admiración que se registra con una frecuencia estadísticamente significativa, conjugada con un atributo fuerte de cercanía familiar y un altísimo nivel de credibilidad podrían, junto con su condición de mujer, activar en grandes sectores elementos poderosos de la memoria colectiva que la llevarían a instalarse como una de las figuras emblemática de esta etapa de la historia Argentina. 

Es decir que, de continuar asi, CFK, con o sin poder institucional, continuará siendo uno de los hegemones de la política argentina mucho después de terminar su mandato. 

Ese es un tipo de poder político que acaba por fundarse a si mismo, es el tipo de poder que ostenta Lula, y es de desarrollo dialectico. O sea, el líder construye ese poder, en una etapa, y luego es construido por el en la etapa siguiente. Se instala como mito y el mito lo sostiene. Poder y líder se igualan.

¿Pero como es esto posible? ¿Como explicar este crecimiento desde el magro 15% de aprobación que CFK registraba tras la crisis de la 125 en el 2009 al 73% actual, a la percepción mayoritaria de una figura protectora y de cercanía familiar?

En el vacío de sentido de esta época del mundo una certeza puesta en acto se constituye en valor; y esto funda sentido, da “confianza, seguridad… cercanía”. Y, en tanto la oposición es un rio revuelto de pequeñas figuras belicosas a propósito de abstracciones ideológicas; CFK conecta a la web tres millones de niños. No hay nada abstracto en ese acto. Es concreto, objetivo y simple. O sea, tiene sentido concreto.

Así, por ultimo, el tipo de poder político que CKF esta construyendo es uno que no necesita empoderarse en las estructuras institucionales sino que se fundara, de continuar así, sobre ella misma. O sea el tipo de poder político del líder clásico.


Raul  Aragon, es licenciado en cine documental por la Universidad Nacional del Litoral y Doctor en Comunicación Social por la Universidad Nacional de la Plata.

Actualmente es Director del Programa de Estudios de Opinión Pública en la Universidad Nacional de la Matanza y en la Universidad Abierta Interamericana.

Además es asesor del Bloque Justicialista del Senado de la Nación y profesor titular del Seminario de Doctorado “Sicología y Opinión Publica” en la UBA.
Fue jefe de Asesores del INDEC y jefe de campaña en las elecciones internas del PJ para gobernador en Río Negro en 1999 y 2003.