El último empujón de Netanyahu para la paz en Oriente Medio no era más que una estafa

Akiva Eldar
Haaretz

Durante las conversaciones de Amman, los palestinos recibieron 21 temas de discusión que incluían las fronteras, los asentamientos, la seguridad, Jerusalén, el agua y los sitios arqueológicos, sin ninguna pista en cuanto a las posiciones de Israel en estos temas, así como tampoco ningún tipo de mapa.
El caso de Natan Eshel, en el cual el jefe de la Oficina del Primer Ministro renunció y admitió haber acosado a una subordinada, convirtió a los tres ayudantes de alto rango que alertaron de la situación en héroes de una tragedia griega.
Los tres -el secretario del Gabinete Zvi Hauser, el secretario militar Yohanan Locker y el jefe asesor de los medios de comunicación Yoaz Hendel, quien ha renunciado- debieron haber sabido de la caza de ratas en la que se estaban metiendo por ser la afectada una íntima del Primer Ministro, Benjamín Netanyahu, y su esposa, Sara. A pesar de esto, se pusieron en peligro e informaron de las fechorías de Eshel al fiscal general.
¿Fue esto realmente un acto de valentía? ¿Desde cuándo el cumplimiento del deber legal y moral de denunciar un posible delito merece una medalla? ¿Qué otra opción tenían? Si no hubieran ido a las autoridades podrían haber sido culpables como cómplices de acoso a un servidor público.
Pero aun cuando los tres mantenían sus narices limpias en lo que se refiere al asunto Eshel, ellos tenían una mano en un asunto mucho más atroz, que implicaba a Netanyahu en un engaño decepcionante para la opinión pública y sus funcionarios elegidos.
El trío de asesores colaboró con el régimen del Primer Ministro para enterrar para la eternidad la solución de dos estados, mientras se culpa a los palestinos. Algunos ministros de alto nivel del gabinete fueron también cómplices de este desmán además de haber echado un vistazo al documento en el que Isaac Molho, el enviado de Netanyahu al proceso de paz, entregó a los palestinos en las conversaciones del mes pasado en Ammán. Ellos, también, sabían por qué los colonos y sus representantes en la Knesset no se molestaron demasiado por los informes de prensa que sugieren que Molho había "sugerido renunciar a la soberanía israelí al menos sobre el 90% de la Cisjordania”.
El 15 de enero Netanyahu dijo al a la Comisión de Asuntos Exteriores y al Comité de Defensa de la Knesset: "Nosotros presentamos un documento de 21 puntos en los que hay un acuerdo completo", y agregó: "Todos los que estamos en esta sala deberíamos estar de acuerdo con él”.
Se obtuvo una copia de este documento la semana pasada. Es cierto, no contiene ni una sola palabra que habría alterado a ninguno de los miembros del comité, a los representantes de las partes que abarcan toda la gama desde Habayit Hayehudi hasta Meretz (no hay diputados árabes en el comité). ¿Qué podría ser controversial acerca de una lista dentro de esta tienda de abarrotes?
En lugar de presentar las posiciones del gobierno sobre las cuestiones de fronteras y de seguridad, como fue lo estipulado por el Cuarteto, se dieron a los palestinos 21 temas de discusión que incluían las fronteras, los asentamientos, la seguridad del agua, Jerusalén, excavaciones arqueológicas, etc. No había ningún indicio de las posiciones israelíes y ningún tipo de mapa al respecto.
Netanyahu se mantiene firme en su negativa de llevar a cabo negociaciones sobre la base de las fronteras de 1967 con un intercambio mutuo de territorio, como se indica en el borrador del Cuarteto y en las declaraciones del presidente de los EE.UU., Barack Obama.
Siguiendo las instrucciones del Primer Ministro, Molho tampoco utilizó el término "territorios ocupados", argumentando que la Ribera Occidental y Jerusalén Oriental son "territorios en disputa". Molho habló de "bloques de asentamientos", sin precisar su alcance, ni tampoco indicar qué áreas dentro de la Línea Verde se ofrecen en intercambio.
El único punto sobre el que Netanyahu presentó su posición era "el reconocimiento de Israel como Estado judío". El Primer Ministro sabe perfectamente que el acuerdo palestino para negociar un documento que incluye esta frase sería equivalente a aceptar una agenda que rechaza el derecho al retorno de los refugiados palestinos.
Durante ese mismo debate de la Knesset en el que se examinó el documento, Netanyahu afirmó que estaba dispuesto a volver a las negociaciones en cualquier momento, sin condiciones previas, y agregó: "Durante tres años los palestinos se han negado a negociar".
Pero el documento de 21 puntos no es más que la nueva edición de lo que, “[Ehud] Barak les dio, y ellos respondieron con la violencia", y "[Ariel] Sharon les dio Gaza y nos pagaron con cohetes Qassam, y "[Ehud] Olmert les ofreció Jerusalén y Abu Mazen [presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abbas] no lo reconoció”.
Aquí, queridos ciudadanos, tenemos una prueba más de que el problema es la negativa palestina a reconocer a Israel como Estado del pueblo judío, y no la ocupación y sus injusticias. La demanda de congelar la construcción de asentamientos es una "condición previa" totalmente ilegítima, mientras que su expansión es un claro gesto de reconciliación.
El punto es que cuando los disturbios más recientes del Monte del Templo induzcan a la tercera intifada y la Yihad islámica asuma el control de Cisjordania, vamos a poder suspirar, "¿Qué podemos hacer?, no tenemos socios" y volveremos a manifestarnos por los altos precios del chocolate.
Después de todo, Netanyahu, hasta les ofreció un documento con 21 puntos, y ellos prefirieron volver a la senda del terror.
¿Dónde estaban nuestros tres héroes cuando su jefe, un político de derecha disfrazado de hombre de Estado, nos hizo descender por el camino del olvido?

Fuente original: http://www.haaretz.com/print-edition/opinion/netanyahu-s-latest-mideast-peace-push-was-nothing-more-than-a-swindle-1.415007
Traducido  por J. M. y revisado por Caty R.