La desaparición del rastreador Fournier: otra gran tragedia en la historia de la Armada

publicado el 1 de diciembre de 2017

La Nación entera vivió ayer apenas anunciado oficialmente el hundimiento del rastreador Fournier la congoja provocada por la tremenda tragedia, la más grande sufrida por la marina de guerra argentina". Con esas palabras, Clarín contaba el 23 de septiembre de 1949 la noticia que por esos días conmocionaba a toda la República. El buque cumplía misiones de patrulla, vigilancia y control de caza y pesca marítima y navegaba por los canales de Tierra del Fuego cuando desapareció con 77 personas a bordo.


La desesperación, según relatan las crónicas de la época, fue similar a la que se vive hoy en día con el ARA San Juan. El tema fue central por muchos días en la agenda de noticias del país.

En un relato que escribió ahora el historiador Fernando Del Corro para la agencia Télam (Ver nota al píe de la presente), se explica que el rastreador --en su breve trayectoria de casi nueve años-- cumplió importantes tareas. En 1942 y 1943 participó en las tradicionales campañas antárticas llevadas a cabo anualmente desde 1904. Fue el instrumento que permitió el rescate del remolcador Olco y del velero chileno Cóndor, en ambos casos en medio de fuertes temporales.

Ya en 1949 su comandante era el capitán de corbeta Carlos Negri, quién tenía como misiones tareas de salvatajes, colaboración con la Base Naval de Ushuaia y recorridos por los canales de Tierra del Fuego. Y fue allí, en esas aguas australes, donde se lo vio por última vez.

El Fournier partió desde Ushuaia el 21 de septiembre a las 7.40 para atravesar el Estrecho de Magallanes y volver a Ushuaia. A las 16.30, desde la nave se comunicó a la base por telégrafo su ubicación, pero para la noche la situación climática se había vuelto muy complicada y el 22 no hubo más contacto, por lo que el 23 varias embarcaciones salieron a buscarlos.

Recién el 4 de octubre pudo verificarse el hundimiento en las cercanías de la isla Dawson, supuestamente por embestir una formación pétrea. Los restos de la nave nunca fueron recuperados.

De hecho, sólo nueve de los 77 cuerpos pudieron ser rescatados y el Fournier aún yace en el fondo del estrecho de Magallanes junto a 68 de sus hombres.

Algunos de los cuerpos fueron encontrados por un poblador chileno de la zona y otros por una embarcación, lo que dio lugar a una gran pesadumbre nacional que generó homenajes como la plantación de 79 árboles que forman la palabra "Fournier" a un lado de la autopista Riccheri, que une el Aeropuerto Internacional de Ezeiza con la hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La información sobre el hallazgo fue dada a conocer el 5 de octubre. Entonces, el Poder Ejecutivo Nacional ordenó poner la bandera nacional a media asta, se decretó un feriado por duelo durante tres días y se cancelaron todos los actos previstos para el 12 de octubre. Los cuerpos rescatados fueron traídos a la Dársena Norte porteña, donde fueron recibidos por el entonces presidente Juan Domingo Perón, otros importantes funcionarios y varios miles de personas que concurrieron a expresar su dolor.






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Desaparición del ARA San Juan: a 68 años del hundimiento del ARA Fournier

Por Fernando Del Corro
para Télam
publicado el 30 de noviembre de 2017

Mientras continúa la búsqueda del submarino ARA San Juan, desaparecido el pasado 15 de noviembre, se cumplieron este año 68 años del hundimiento del rastreador ARA Fournier, ocurrido el 22 de septiembre de 1949 cuando se encontraba atravesando el Estrecho de Magallanes. Esta fue la primer gran pérdida de la Armada Argentina. Al respecto opinó Fernando Del Corro, historiador y periodista de la Agencia Nacional de Noticias Télam.

Con la desaparición del submarino San Juan el pasado 15 de noviembre la Armada argentina enfrenta la segunda gran pérdida de su historia en tiempos de paz, 68 años después del hundimiento del rastreador Fournier, el 22 de septiembre de 1949, cuando navegaba por el estrecho de Magallanes, lo que causó la muerte de sus 77 tripulantes.

El impacto que se registró en el conjunto de la sociedad por entonces hizo que la denominación "Rastreador Fournier" se generalizase en diferentes lugares del país como Bahía Blanca, Garín, Villa Adelina, Vicente López, Munro, Santa Fe y otros más, como un homenaje póstumo a través de la toponimia y hasta en la misma Bahía Blanca como denominación de una empresa de transporte que posee cuatro líneas de colectivos.

La nave, de 59 metros de eslora, fue construida como un dragaminas en el astillero "Sánchez y Cía." en el Partido de Tigre donde fue botada el 5 de agosto de 1939 siendo incorporada a la Armada, por entonces Marina de Guerra, el 3 de octubre de 1940, y destinada a la Escuadrilla de Rastreo y Minado que tenía su asiento en la Base Naval de Puerto Belgrano y designándose como su comandante al teniente de navío Ernesto del Mármol.

La denominación del barco, que ya la Armada había utilizado en otro en el pasado, constituyó un homenaje al marino entonces piamontés, hoy italiano, Cesare Fournier, uno de los más temidos corsarios argentinos quién tuviera una muy destacada actuación en la guerra contra el Brasil entre 1826 y 1827, país al que capturó y hundió más de 30 embarcaciones operando desde diversos lugares, como Maldonado, en el Uruguay, y hasta en Baltimore, en los Estados Unidos de América donde designó como "Dorrego" a una de las naves tomadas a los brasileros en homenaje al patriota argentino que había estado exiliado en esa ciudad atlántica.

El rastreador "Fournier" en su breve trayectoria de casi nueve años cumplió importantes tareas como que en 1942 y 1943 participó en las tradicionales campañas antárticas instrumentadas anualmente desde 1904 operando desde Ushuaia; fue el instrumento que permitió el rescate del remolcador "Olco" y del velero chileno "Cóndor", en ambos casos en medio de fuertes temporales, y en junio de 1947 arribó a la Base Antártica Decepción.

Ya en 1949 su comandante era el capitán de corbeta Carlos Negri quién tenía como misiones las tareas de salvatajes, colaborar con la Base Naval de Ushuaia y recorrer los canales de Tierra del Fuego, pero no tan usual fue la labor que cumpliera hasta el 17 de septiembre de ese año cuando colaboró con el decano de la entonces Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires, el físico-químico Raúl Wernicke quién con su hijo Julio Wernicke investigaron la existencia de peces exóticos en las aguas australes.

Quiénes desarrollaron la cronología de los hechos sucedidos desde entonces hasta el accidente que produjera su hundimiento días más tarde relataron que el "Fournier" partió desde Ushuaia el 21 de septiembre a las 7.40 para atravesar el Estrecho de Magallanes y volver a Ushuaia, y a las 16.30 desde la nave se comunicó a la base por telégrafo su ubicación pero para la noche la situación climática se había vuelto muy complicada y así ya el 22 no hubo más contactos por lo que el 23 varias embarcaciones salieron a rastrearla.

Recién el 4 de octubre pudo verificarse el hundimiento en las cercanía de la isla Dawson supuestamente por embestir una formación pétrea pero los restos de la nave nunca fueron recuperados en tanto que de los tripulantes sólo se rescataron unos pocos cuerpos que aparecieron flotando como recuerda la periodista Matilde Palavecino, cuyo padre, suboficial de la Armada, era gran compinche de una de las víctimas.

Los mayoría de los cuerpos fueron encontrados por un poblador chileno de la zona y otros dos por una embarcación lo que dio lugar a una gran pesadumbre nacional que generó homenajes como la plantación de 79 árboles que dan lugar a la palabra "Fournier" a un lado de la autopista que une el Aeropuerto Internacional de Ezeiza con la hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La información sobre el hallazgo fue dada a conocer el 5 de octubre ante lo cual el Poder Ejecutivo Nacional ordenó poner la bandera nacional a media asta, se decretó un feriado por duelo durante tres días y se cancelaron todos los actos previstos para el 12 siendo los cuerpos rescatados traídos a la Dársena Norte porteña donde fueron recibidos por el entonces presidente Juan Domingo Perón, otros importantes funcionarios y varios miles de personas que concurrieron a expresar su dolor.

(*) Historiador. Periodista de la Agencia Nacional de Noticias Télam.