Caída del imperio español: una guerra olvidada que hizo grande a Estados Unidos

Por Sputnik
Publicado el 8 de noviembre de 2017

El fin de la Segunda Guerra Mundial se considera el momento decisivo que convirtió a Estados Unidos en una potencia mundial. Sin embargo, esto ya había sucedido 40 años antes, afirma el columnista Kyle Mizokami en su nuevo artículo para The National Interest.


Después de la guerra con España, que tuvo lugar en 1898, Estados Unidos se hizo con un imperio que se extendía por miles de kilómetros más allá de sus límites continentales. A través de este conflicto armado, EEUU allanó el camino hacia su supremacía global.

La guerra hispano-estadounidense fue un ejemplo clásico de las tensiones entre una potencia en declive, España, y una en alza: Estados Unidos.

Para finales del siglo XIX, el poder que Madrid ejercía sobre sus posesiones era bastante débil, asevera el columnista. Cuba y Filipinas ya habían vivido revueltas antiespañolas, y estos levantamientos habían demostrado el estado real de las cosas.

Entretanto, en EEUU se popularizó la llamada 'doctrina del destino manifiesto', que supone que el país norteamericano está destinado a expandirse hacia el Pacífico. Los estadounidenses que perseguían sus intereses comerciales no pudieron pasar por alto la existencia de posesiones coloniales europeas apenas controladas, destaca Mizokami.

Incluso los estadounidenses más liberales se mostraban a favor de una ofensiva contra la Cuba española. El 19 de abril de 1898, la solicitud del presidente estadounidense McKinley de enviar tropas a Cuba fue aprobada por el Congreso en Washington.

Dos días después, la Armada de EEUU lanzó un bloqueo de Cuba que desembocó en la declaración de guerra por parte de España el 23 de abril. Washington respondió declarando la guerra a Madrid el 25 de abril.

En el momento en que España declaró la guerra a EEUU, el país europeo contaba con 150.000 militares del Ejército de Tierra y 80.000 milicias locales en Cuba. Según Mizokami, la cantidad de tropas españolas puede parecer impresionante, pero lo cierto es que los soldados "estaban mal preparados" para un conflicto bélico a gran escala.

Además, Madrid no pudo enviar con rapidez los refuerzos a sus unidades de la Armada a causa de las enormes distancias entre sus posesiones y la península Ibérica.

Mizokami señala que Estados Unidos tampoco estaba bien preparado para una guerra fuera de sus fronteras. En aquel entonces, el Ejército de EEUU contaba con casi 29.000 oficiales y efectivos dispersados por el territorio nacional en formaciones del tamaño de la compañía.

Tras el fin de la guerra de Secesión, el Ejército de Estados Unidos se ha optimizado para los combates de insurgencia de pequeña escala contra las tribus indígenas de EEUU y se ha distanciado de una guerra convencional a gran escala, describe el autor.

Cuando la guerra contra España se hizo inevitable, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos reclutaron de nuevo a los veteranos de la guerra de Secesión para entrenar al Ejército para las operaciones convencionales a gran escala. Además, la Armada estadounidense disponía de un número suficiente de buques como para realizar el bloqueo marítimo de Cuba.

Así, las tropas de EEUU invadieron con éxito Cuba y Filipinas, de manera que, para principios de agosto de 1898, España se rindió. En consecuencia, Washington se hizo con nuevas posesiones en el Pacífico, incluida la isla de Guam.

El auge de Estados Unidos en la escena asiática colocó al país en el curso de una colisión contra otra potencia creciente de aquella época, Japón, que culminó en el enfrentamiento en el Pacífico en el marco de la Segunda Guerra Mundial y selló definitivamente el dominio de Washington a escala mundial.