Celac, geopolítica de las expropiaciones

Rodolfo Sánchez Mena
Liberación Digital


celac
La expropiación de la empresa Transportadora de Electricidad, TDE, por el presidente de Bolivia, Evo Morales, se suma a la geopolítica de expropiaciones de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, Celac.
Bolivia, a partir de los 80, de la ocupación militar pasó a ser un país ocupado por las trasnacionales. Después de 30 años de intenso saqueo se produjeron intensas movilizaciones y se dio paso a la formación de una contra élite encabezada por Evo Morales que ha revertido el proceso de privatización en Bolivia, como lo hace la Celac.

El ahondamiento de la crisis financiera y de la recesión estadunidense y sus socios, busca una salida militar y guerras de cuarta generación, como la guerra contra el narcotráfico; ello tiende a fortalecer la estrategia expropiatoria de lo que aún permanece desnacionalizado, banca, aeropuertos y medios de comunicación.
El objetivo estratégico de las expropiaciones de la Celac, es romper el cordón umbilical que ata a la región con la dependencia neocolonial de una economía exportadora de materias primas. La recuperación de los recursos estratégicos y los servicios permitirá a la región transformarse en una nueva economía del siglo XXI
Los países integrantes de la Celac, durante seis años han recuperado empresas y servicios estratégicos, que habían sido privatizados, con el propósito de fortalecer el proceso de integración geopolítica.
Venezuela ocupa el primer lugar en la recuperación de su economía nacional, al recuperar vía nacionalización, 2,000 empresas; Bolivia ocupa el segundo sitio, es el primer país del sur que así recobró su riqueza. Argentina ocupa el tercer sitio de países que recuperan sus recursos privatizados, trasnacionalizados.
Evo Morales ha expropiado 15 empresas de hidrocarburos, cementos y minas, entre otras, desde que llegó al poder en 2006. La integración del sistema boliviano de electricidad, con la recién expropiada TDE, se suma a cuatro empresas generadoras de electricidad expropiadas en 2010, dos filiales de la francesa GDF Suez y la británica Rurelec; TDE, fundada en 1997, propietaria y operadora del Sistema Interconectado Nacional, cubre 85% del mercado nacional y posee 73% de las líneas de transmisión del país.
El fin de la privatización por los países integrantes de la Celac, repercute en la crisis política financiera de España y la inevitable caída del gobierno derechista del Partido Popular de Rajoy; las expropiaciones finiquitan el acuerdo secreto de los gobiernos neoliberales latinoamericanos para darle ingreso a las empresas españolas neofranquistas.
La expansión de las empresas y el capital español en América Latina, por la privatización de empresas estatales y de servicios, enmascara al capital inglés y sus intereses, en conflicto con los países de la Unión Europea y hasta de Estados Unidos.
España saquea a los países miembros de la Celac, en beneficio de la oligarquía española-inglesa, sin auspiciar beneficios para la mayoría, a la que súper explota con las medidas de austeridad que elevan los beneficios de la élite. No obstante, España convoca a los españoles a defender lo que no es suyo, para confrontarlos con los latinoamericanos. La política expropiatoria tiene propósitos distributivos, resuelve el problema de la pobreza y eleva salarios e ingresos de la población.
La bondad de la estrategia Unasur-Celac es hoy un referente político para la Unión Europea de cómo salir de la crisis y darle un giro a los gobiernos derechistas, como lo advierten los electores y dirigentes progresistas de Francia.
Celac muestra a Europa que las políticas progresistas son la solución y no son las medidas restrictivas, desempleo y caída del ingreso. Como el uso de la violencia contra Libia conduce a la polarización y al conflicto. La diplomacia y los acuerdos con Siria-Irán son un ejemplo para evitar una guerra de consecuencias imprevisibles.
Las expropiaciones-recuperación de las privatizaciones han creado una contra élite que desplaza a las viejas oligarquías. Evo Morales, al contar con una nueva base social en Bolivia, le ha permitido dejar atrás la amenaza balcanizadora de la ultraderecha en la llamada “media luna”. A la par que consolidar al Movimiento al Socialismo como el partido mayoritario desde la base social emergente.
A nivel regional, las expropiaciones han blindado a la región del desplome de sus economías. Por el contrario, la Celac es una de las regiones geopolíticas emergentes con un crecimiento económico que ha dejado atrás a la UE. Sólo en México no crece su economía, como lo hace el conjunto del Sur, por haber entregado todo a las empresas extranjeras.
La expropiación de la energía eléctrica por Evo Morales fue anunciada por él a los trabajadores el 1° de mayo. “Estamos nacionalizando la Transportadora de Electricidad a nombre del pueblo boliviano y como justo homenaje a los trabajadores”, dijo Morales.
En México, la Comisión Federal de Electricidad, CFE, ha sido literalmente privatizada con el pago de altas tarifas a las empresas españolas, Iberdrola y Unión Fenosa, productoras del 55 % de energía eléctrica del país.
Los acuerdos de Vicente Fox y de Felipe Calderón con el Partido Popular de derecha gobernante en España, nos obligan a pagar elevadas tarifas a la CFE, con las que se hacen grandes negocios y se mantiene a una monarquía decadente y a las obscenas cacerías del rey y su corrupta familia.
Por lo que es urgente que el próximo gobierno ordene una nueva nacionalización para recuperar a la CFE de las garras de las empresas españolas, como lo acaba de hacer Evo Morales en Bolivia, en congruencia con la geopolítica de las expropiaciones. Ésta es la solución para que millones de mexicanos paguemos tarifas justas de luz y no nos sigan robando