"Inseguridad": Cifras que achican el pánico en la ciudad

Horacio Cecchi
Pagina12

Un informe de la Corte Suprema de Justicia de la Nación muestra que entre 2010 y 2011 aumentó la cantidad de asesinatos en peleas o venganzas y se redujeron los ocurridos en asaltos. La mayor parte de las muertes se produce en la zona sur.


Los homicidios vinculados con delitos contra la propiedad en la Ciudad Autónoma bajaron el 40,4 por ciento (de 47 a 28) entre 2010 y 2011, según un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones de la Corte Suprema. El informe, presentado ayer por Ricardo Lorenzetti y Raúl Zaffaroni, permite desandar prácticamente todos los lugares comunes que “la criminología mediática” (tal como la define Zaffaroni) arroja casi cotidianamente: de los 129 imputados por homicidios durante 2011, sólo dos son chicos menores de 16; los habitantes de países limítrofes representan apenas el 14 por ciento del total de imputados contra casi el 40 de los nativos. Un dato revelador del informe indica que los crímenes ocurrieron mayoritariamente en los barrios de la zona sur de la ciudad, especialmente en villas y barrios de emergencia, con una diferencia brutal: mientras que en la zona centro y norte de la ciudad la tasa de 2,68 es poco más alta que la de Canadá (una de las más bajas del mundo), en los barrios de la zona sur llega casi al 14 por cada cien mil habitantes y se cometió el 73 por ciento de los crímenes, la mayoría de ellos por riñas y ajustes.

En la sala Gorostiaga del cuarto piso de los Tribunales, se dieron cita ayer las principales cabezas de la criminología, tanto nacional como bonaerense. La exposición estuvo a cargo de Zaffaroni, acompañado por el presidente de la Corte, Lorenzetti, quien señaló la importancia que tenía para la CSJN el relevamiento. “Daría la impresión de que hay homicidios de primera y de segunda”, señaló Zaffaroni en un pasaje. Se refería a los que habitualmente son atendidos por los medios y aquellos que no tienen voz para ser reclamados socialmente. Del estudio surge claramente a qué zonas corresponden unos y otros. Pero más aún, qué incidencias tienen en la tasa general de homicidios dolosos de la ciudad, y qué porcentaje representan del total en 2011: el trabajo divide Buenos Aires en dos zonas, A y B, según las concentraciones de casos de homicidios. Así, mientras la zona A (comunas 1, 4, 7, 8 y 9, correspondientes a los barrios de la zona sur excepto Boedo y San Cristóbal) reúne el 72,6 por ciento de los homicidios dolosos de la ciudad (138 de 190), con una tasa de 13,89 por cada cien mil habitantes; la zona B (el resto de las comunas, correspondientes a los barrios del centro y zona norte, excepto Retiro) reúne el 26,8 por ciento (51 crímenes sobre 190), con una tasa de 2,68. La división en dos zonas no fue antojadiza: el año anterior se había repetido la misma relación, lo que permitió a los investigadores analizar esa tendencia.
Haciendo un sesgo aún mayor, las villas y barrios de emergencia que se sitúan en zona sur y Retiro (villa 31 y 31 bis) sufrieron 66 homicidios (34,7 por ciento) con una tasa muy alta, del 40,3, es decir 15 veces más que en los barrios cuyos homicidios provocan el mayor impacto en los medios.
En 2011, la Corte había realizado el mismo estudio, pero fue el primero, y recién este año tuvo posibilidad de cotejar: los homicidios en Buenos Aires aumentaron de 168 a 190 casos, pero determinó que los ocurridos durante asaltos a viviendas –que son los que preocupan y por los que reclaman los promotores de las “olas de inseguridad”– se redujeron en el mismo período, de 47 a 28, es decir, un 40 por ciento menos. Inclusive en la proporción del total de cada año: en 2010, los robos a vivienda con homicidios representaron la tercera parte de los casos (27,97 por ciento) y en 2011, 14,74. Los que ascendieron, en cambio, son los silenciados, los homicidios en riña, que de 35 en 2010 pasaron a 75 en 2011. El detalle logrado con los cruces que propone el estudio es que de esos 75 homicidios, el 83 por ciento (62) tuvo lugar en las comunas del sur de la ciudad, de los cuales 39 tuvieron lugar en villas y barrios de emergencia.
Zaffaroni señaló que “ninguna investigación es ingenua”, y agregó que no sumaban sino que “recolectamos e interpretamos los datos”. En este caso, cruzaron los homicidios por riñas, con los horarios y días de la semana en que se cometieron. Del cruce surgió que la mayor parte de los crímenes fueron cometidos entre las 20 y las 6; el 40 por ciento sólo en dos días, sábado y domingo; y el 71 por ciento si se considera el fin de semana extendido, o sea, de viernes a lunes. “Son homicidios asociados a la toxicidad del alcohol”, interpretó Zaffaroni.
A su vez, cruzando los homicidios dolosos con la época del año, los investigadores detectaron que en el segundo semestre de 2011 los crímenes habían descendido de manera impactante: de 122, cometidos entre enero y junio, se bajó a 68, casi la mitad, entre julio y diciembre pasados. Aún más, si se compara por trimestre, la cifra inicial (enero, febrero y marzo) fue de 57 homicidios, subió a 65 entre abril y junio; y bajó bruscamente a 37 y 31, en el tercero y cuarto trimestre respectivamente, proporciones que se mantienen en la zona sur, la más candente. El dato que aportó Zaffaroni marca la interpretación: “A partir del 4 de julio, el Ministerio de Seguridad implementó el Cinturón Sur”, apuntó el ministro. En aquella ocasión, Nilda Garré ordenó establecer guardias permanentes de Gendarmería y Prefectura en los barrios del sur de la ciudad, desplazando en ese control a la Federal.
Dentro de los homicidios por riña, el estudio diferenció los cometidos efectivamente en una discusión o pelea, de los ocurridos a partir de un ajuste de cuentas o venganzas. En este último ítem, el ministro mostró su preocupación. “Aunque comparativamente con las cifras que vienen de Brasil, como ejemplo, son muy bajas, hay muertes por violencia económica –señaló–, son las muertes producidas en un entorno de pobreza, donde el reclutamiento de personas es relativamente sencillo porque se paga mejor de lo que se encuentra para sobrevivir. Hay un estado de muertes por violencia económica incipiente al que no hay que dejar avanzar.”
Otro detalle resultó también de interés para análisis de la prédica habitual contra los menores de 18 y especialmente de los reclamos de baja de edad de punibilidad a 14 años. En la investigación de los 190 homicidios cometidos en 2011, fueron imputadas 252 personas. De ellas, 12 fueron menores de 18 años. Y más aún, de esos 12, sólo dos pertenecían al rango de menos de 16. “Ese porcentaje ínfimo –dijo Zaffaroni– invalida el reclamo de baja de la edad.”
Al estudio se agregaron datos tomados de la provincia, de las jurisdicciones penales de La Plata y San Martín. Zaffaroni sintetizó que “más o menos lo que se mantiene es la concentración (de homicidios dolosos) en barrios de emergencia”. Y agregó que para el año próximo ya se pensaba avanzar con datos sobre el Gran Buenos Aires.
En síntesis, entre 2010 y 2011, descendieron los homicidios ocurridos en robos a la propiedad privada; fueron muy bajas las tasas correspondientes a homicidios dolosos en barrios de clase media desde el centro hacia el norte de la ciudad; los nacidos en países limítrofes no fueron los responsables de la mayoría de los homicidios; tampoco los menores de 18; mucho menos los de 16. Sería muy facilista decir que en la ciudad matan a una persona cada dos días o que aumentaron los homicidios en un año. Sería criminología mediática.

El mapa de los homicidios en la Capital

La zona A concentra la mayor parte de homicidios en la ciudad: la mayoría es por riñas.