Sarmiento y el pueblo
Los textos que se
pueden leer a
continuación son
todos
hijos de la reputada pluma de Sarmiento.
“Tengo odio a la barbarie popular… la chusma y el pueblo
gaucho nos es hostil”.
(“El
Nacional”, 3 de febrero de 1857).
“Fue tal el terror que sembramos en toda esa gente
—la oposición— con éstos y otros medios (establecimos en varios puntos depósitos
de armas y municiones, encarcelamos como unos veinte extranjeros complicados en
una supuesta conspiración; algunas bandas de soldados armados recorrían de noche
las calles de la ciudad acuchillando y persiguiendo a los mazorqueros) que el 29
triunfamos sin oposición [Nota: en las elecciones del 29 de
marzo de 1857]. Los gauchos que se
resistieron a votar por los candidatos del gobierno fueron encarcelados, puestos
en el cepo, enviados al ejército para que sirviesen en la frontera con los
indios y muchos de ellos perdieron el rancho, sus escasos bienes y la
mujer”.
(Carta
a Domingo Oro, 17 de junio de 1857).
“Si los pobres de los hospitales, de los asilos de
mendigos y de las casas de huérfanos se han de morir, que se mueran: porque el
Estado no tiene caridad, no tiene alma. El mendigo es un insecto, como la
hormiga. Recoge los desperdicios. De manera que es útil sin necesidad de que se
le dé dinero. ¿Qué importa que el Estado deje morir al que no puede vivir por
sus defectos? Los huérfanos son los últimos seres de la sociedad, hijos de
padres viciosos, no se les debe dar más que de comer”.
(Del
discurso en el Senado de la Provincia de Buenos Aires, 13 de septiembre de
1859).
“No trate de economizar sangre de gauchos. Éste es un
abono que es preciso hacer útil al país. La sangre de esta chusma criolla,
incivil, bárbara y ruda, es lo único que tienen de seres humanos”.
(Carta
a Bartolomé Mitre, 20 de septiembre de 1861).
“El plan definitivo: asegurar los principales puntos
de la República con batallones de línea, o lo que es lo mismo, apoyar a las
clases cultas con soldados contra el levantamiento del paisanaje”.
(Del
Archivo Mitre).