“Pretenden que absorbamos la crisis que ellos padecen”





  • El canciller Timerman respondió que el reclamo de Estados Unidos, la Unión Europea y otros países, en su mayoría desarrollados, es injustificado porque las importaciones en 2011 mostraron la mayor tasa de crecimiento entre los socios del G-20.



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El Gobierno afirma que las importaciones argentinas en 2011 mostraron la mayor tasa de crecimiento entre los países del G-20.
Estados Unidos, la Unión Europea y otros 12 países, varios de ellos desarrollados, elaboraron un documento donde critican la política de administración de comercio que aplica la Argentina. La declaración se difundió luego del encuentro que tuvo lugar ayer en la Organización Mundial de Comercio (OMC). El canciller Héctor Timerman aseguró que el documento fue fogoneado por los Estados Unidos, pero celebró que no lo hayan firmado los BRIC y remarcó que Argentina no va a cambiar su postura, pues no aplica más restricciones que las de países centrales. “Pretenden que absorbamos la crisis que ellos padecen. Por eso nos vamos a defender”, afirmó.
Las críticas de ayer se suman a la reciente suspensión del sistema de preferencia arancelaria por parte de Estados Unidos y un informe que a fines de febrero difundió la Unión Europea sobre “trabas” al comercio. Todo da forma a un combo a través del cual se manifiesta la presión de los países centrales para desactivar controles comerciales en los países periféricos y así “exportarles” la crisis.
Por ahora se trata de un hecho de fuerte relevancia política, aunque sin impacto en términos económicos. Podrían verse afectadas las exportaciones en un mediano plazo si se iniciara un pedido de consulta en la OMC y el mismo transcurriera con éxito todas las instancias legales sin que Argentina modifique su conducta comercial. Sin embargo, en el Gobierno desestiman que la situación tome ese carácter, así como también que se pueda llegar a poner en peligro el sillón que Argentina ocupa en el G-20.
“Estados Unidos fue el que motivó esta declaración, convenció a algunos países pero no logró que otros como China, Rusia o India se sumaran. Nosotros no vamos a ceder. ¿O acaso Argentina puede exportar hacia esos países todo lo que quiere? Todo el mundo hace política comercial. Cuando Estados Unidos tenía excedente financiero, había plata dulce en Argentina, ahora se quieren llevar nuestro excedente financiero y colocar sus mercancías. Vamos a aguantar este embate”, manifestó el canciller Héctor Timerman a Página/12.
El Gobierno envió el jueves a Ginebra, donde se encuentra la sede de la OMC, a la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Cecilia Nahón, quien participó ayer del encuentro del Consejo de Mercancías y dejó asentada la postura oficial argentina. La actual política de comercio no incumple la normativa de la OMC, las importaciones en 2011 se incrementaron sensiblemente desde todos los orígenes y Argentina defiende su derecho a tener una política de desarrollo, son los tres argumentos que utilizó el gobierno nacional para defenderse.

Bajo presión

Estados Unidos, los 27 miembros de la Unión Europea, Israel, Japón, Corea, México, Nueva Zelanda, Noruega, Panamá, Suiza, China Taipei, Tailandia, Australia y Turquía fueron los países que firmaron la declaración contra la Argentina, fueron 40 de las 157 naciones que participan en la OMC. El documento advierte que Argentina haría uso “excesivamente amplio de las licencias no automáticas de importación y la ‘preaprobación’ de todas las importaciones –en relación con las declaraciones juradas anticipadas–”, así como también critica los pedidos a las empresas para que equilibren su balanza comercial.
Computadoras portátiles, electrodomésticos, acondicionadores de aire, tractores, máquinas y herramientas, automóviles y autopartes, plásticos, productos químicos, neumáticos, juguetes, calzado, textiles, prendas de vestir, maletas, bicicletas y productos de papel estarían viéndose afectados. En ningún momento se citan datos concretos sobre comercio, y en cambio se alude a versiones periodísticas sobre las medidas comerciales.
Si bien en el Consejo de Comercio de Mercancías son comunes las preguntas o declaraciones de determinado país sobre las medidas comerciales de otro, las “declaraciones conjuntas” son poco habituales, especialmente con la firma de tantos estados. Desde 2008, el único antecedente en algún modo similar es el reclamo compartido por la UE y Noruega sobre los métodos de valoración aduanera de Ucrania.

Reacción oficial

“Dicen que si bien no hay información oficial, muchos medios de prensa reflejan la situación. Nosotros pedimos que sustenten el reclamo con datos, pero no tenían nada. Ya estaba todo cocinado y tenían el texto escrito. Sin embargo, muchos países no se sumaron a la posición de Estados Unidos, que no quiere bajo ningún modo que Argentina sea un modelo a seguir, nos persiguen”, indicó Timerman. China, Rusia e India no suscribieron la declaración, destaca Cancillería. Del mismo modo actuaron la mayoría de los países latinoamericanos. Chile y Perú, por ejemplo, ya habían presentado quejas por la política comercial argentina, aunque decidieron no adherir a la declaración conjunta difundida ayer.
La postura del gobierno nacional se basa en varios argumentos. Por un lado, Nahón resaltó en Ginebra que las importaciones argentinas en 2011 mostraron la mayor tasa de crecimiento entre los países del G-20 y fueron las segundas de mayor incremento en América, apenas detrás de Colombia. Las compras a Africa crecieron un 94,3 por ciento; a Asia, 34 por ciento; a América, 29,4; a Europa, 28,7; y a Oceanía, 25,7 por ciento. Además, Cancillería subrayó que las herramientas utilizadas para efectuar la administración de comercio “están en el marco de la OMC”.
“Recibimos esta noticia con sorpresa y malestar. Defendemos la potestad que tiene Argentina de llevar adelante políticas de comercio administrado como lo hace la mayoría de los países del mundo, incluso los que hicieron este planteo”, indicó la ministra de Industria, Débora Giorgi. Según la información de la OMC, sólo en el último año numerosas investigaciones se han abierto por trabas comerciales impuestas por Estados Unidos.
Si Estados Unidos y los demás países que firmaron la declaración decidieran proseguir con la avanzada, podrían realizar un pedido de consulta ante la OMC, el cual deberá estar respaldado de documentación que refleje el daño comercial. De comprobarse, podría confeccionarse un caso, que si potencialmente se resolviera a favor de los denunciantes, permitiría que esos países estén avalados para aplicar represalias comerciales, con perjuicio para las exportaciones argentinas.
“Para confeccionar un caso ante la OMC, los países denunciantes deben tener documentación que respalde su reclamo, y aquí quedó claro que no la tienen”, indicó a este diario una alta fuente del Gobierno. Por otro lado, también circularon versiones de que Estados Unidos podría impulsar que Argentina sea echada del G-20. “Argentina es socio fundador y es ridículo pensar que los países como Brasil, India o Sudáfrica se vayan a plegar a la postura de Estados Unidos”, respondió la misma fuente.


ESTADOS UNIDOS Y LA UE, LIDERES EN PROTECCIONISMO

El mito del librecomercio

“Una vez que se ha alcanzado la cima de la gloria, es una argucia muy común darle una patada a la escalera por la que se ha subido, privando así a otros de la posibilidad de subir detrás.” La frase de Friedrich List, economista alemán del siglo XIX, ilustra la posición de las economías centrales respecto de las políticas comerciales aplicadas por los países en desarrollo. La presentación ante la OMC contra las herramientas de administración comercial desplegadas por el gobierno argentino encabezada por Estados Unidos y la Unión Europea se fundamenta en el mito del librecomercio. La máxima neoliberal promete prosperidad para todos siempre y cuando no existan barreras al intercambio de bienes. Sin embargo, el proteccionismo fue un eje central de la política de desarrollo desde fines del siglo XVIII de los países que firmaron la declaración contra Argentina como Inglaterra, Estados Unidos, Alemania, Francia y Noruega.
En ¿Qué fue del buen samaritano?, un libro accesible y entretenido para no economistas, el economista coreano Ha-Joon Chang arremete contra la difundida mitología alrededor del proteccionismo. Para eso recurre al autor de Robinson Crusoe, Daniel Dafoe, y al primer ministro de Economía norteamericano, Alexander Hamilton.
El autor de Robinson Crusoe fue importador de lana, vino y tabaco, recaudador de impuestos, comentarista político, espía y también economista. En 1728 escribió A plan for the English Commerce (Un plan para el comercio inglés), donde describe cómo las monarquías Tudor, fundamentalmente Enrique VII e Isabel I, usaron el proteccionismo, subsidios, distribuyeron derechos de monopolio, encargaron espionaje industrial y utilizaron otras prácticas de intervención estatal para desarrollar la industria manufacturera de lana inglesa.
Mientras fue colonia inglesa, Estados Unidos no pudo utilizar aranceles para proteger sus industrias nacientes, le prohibieron exportar productos que compitieran con los británicos, se estimuló su especialización en la producción primaria y se impusieron restricciones a los bienes que podían producir los norteamericanos. En su Riqueza de las Naciones, Adam Smith advirtió que “bloquear la importación de productos manufacturados europeos obstruirá el progreso de su país hacia la riqueza y grandeza verdaderas”.
El argumento hizo mella entre los políticos de la independencia norteamericana como Thomas Jefferson, primer secretario de Estado y tercer presidente de Estados Unidos. Pero también encontró resistencia. Alexander Hamilton, primer ministro de Economía de Estados Unidos a los 33 años y actualmente imagen del billete de 10 dólares, presentó en 1791 su Informe sobre el asunto de las manufacturas, donde explicaba la necesidad de un programa para desarrollar sus industrias. Según reseña Chang, “el núcleo de su idea era que una nación atrasada como Estados Unidos debía proteger sus ‘industrias incipientes’ de la competencia extranjera y mimarlas hasta que pudieran sostenerse por sí mismas”.
Para eso, Hamilton propuso aplicar aranceles, prohibir importaciones, subsidios y la exportación de insumos industriales, imposición de aranceles, prohibición de exportación de materias primas claves para el desarrollo, patentes para inventos, regulación de los niveles de producción, promoción de la innovación, devolución de impuestos a quienes importan insumos necesarios para manufacturas, premios y patentes para inventos, regulación de niveles de producción, acceso al financiamiento y desarrollo del transporte. La aplicación de su plan no fue inmediata, pero para 1820 el programa completo estaba en marcha.
“Durante un siglo, hasta la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos fue el país más proteccionista en el mundo. En doscientos años de historia, Estados Unidos practicó el libre comercio solamente durante 50 años”, explica Chang. Los países de la Unión Europea que el jueves realizaron una presentación contra Argentina en la OMC también se desarrollaron a partir del proteccionismo, mientras que otros como Tailandia o Taipei realizan prácticas abusivas para colocar sus productos en el mercado local y otros como Suiza y Panamá figuran entre los principales paraísos fiscales del mundo. Mientras tanto, las distintas herramientas utilizadas por Argentina están disponibles en el limitado menú que ofrece la OMC.



Cuidar el trabajo local

En una entrevista televisiva y por Twitter, el vicepresidente Amado Boudou defendió la política comercial del gobierno nacional. A través de su cuenta en la red social, @BoudouAmado, el funcionario afirmó que “no-sotros no estamos en contra de las importaciones, estamos cuidando el trabajo de cada uno de ustedes, cuidando la industria nacional”. En declaraciones televisivas, el vicepresidente consideró que “tenemos que trabajar muy fuerte en un modelo de sustitución de importaciones que, como todo proceso transformador, va a tener algunas cuestiones que vamos a ir revisando e ir corrigiendo”. Luego de reiterar que la economía local no está “cerrada”, el funcionario recordó que “en los ’90, cuando hubo una apertura comercial indiscriminada y nadie se ocupaba de esto, los grupos económicos concentrados estaban felices, en ese momento el desempleo llegó al 25 por ciento”. Finalmente, Boudou consideró que “nuestro supuesto proteccionismo espanta a algunos actores económicos, pero el de los Estados Unidos les parece fantástico. Hay un establishment financiero, de grupos económicos concentrados, de una cierta aristocracia argentina, que pretende que nada cambie porque ellos son los ganadores permanentes”.