BCRA: Regulador sin ataduras y con autoridad

  • El Banco Central estrena una Carta Orgánica adaptada al actual modelo de gestión económica. La norma faculta a la autoridad monetaria al uso de las reservas y el crédito en función de los objetivos del crecimiento y el empleo.

Mercedes Marcó del Pont, mentora del proyecto y, a partir de ahora, ejecutora.El Banco Central ya cuenta con nuevos objetivos e instrumentos. La ley de reforma de su Carta Orgánica fue promulgada ayer y ahora sólo resta su reglamentación. La reforma, aprobada por el Congreso el jueves pasado, amplía las facultades de la entidad a “promover la estabilidad monetaria y financiera, el empleo y el desarrollo económico con equidad social”, quitándose el corset de la ley de la convertibilidad, que circunscribió su accionar a la defensa de la moneda. Entre sus nuevas atribuciones se encuentra el cambio en la determinación del nivel mínimo de reservas, el mecanismo automático de adelantos al Tesoro y la reorientación del crédito a partir de establecer las condiciones de encaje, tasas de interés, plazos y comisiones. La primera medida sobre la que avanzará el Central es la determinación de encajes diferenciados para priorizar el préstamo de largo plazo.

La reforma fue publicada ayer en el Boletín Oficial con las rúbricas del vicepresidente de la Nación y titular del Senado, Amado Boudou, y el de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez. La semana pasada obtuvo la aprobación de la Cámara alta por 42 votos a favor, 19 en contra y dos abstenciones. El próximo paso será la reglamentación de la ley, donde se detallará entre otras cosas las variables a tener en cuenta en el cálculo de las reservas de libre disponibilidad, los escenarios a considerar para determinar el nivel de encaje –parte de los préstamos que los bancos deben conservar sin prestar– y el mecanismo a utilizar para la fijación de márgenes a la tasa de interés.

Para la estimación del nivel de reservas óptimas la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, sostuvo que no se seguirá por una regla fija, sino que se adecuará a “cambios endógenos y exógenos”. Según explicó, el cálculo deberá garantizar el normal funcionamiento del mercado cambiario “tomando en consideración la evolución de las cuentas externas”. En ese caso se tomará en cuenta el volumen de importaciones, los vencimientos de deuda de corto plazo, la evolución de los depósitos y la formación de activos externos.

En los próximos días el organismo deberá comunicar también los criterios para el nuevo esquema de encajes diferenciados. Su instrumentación en breve ya fue comunicada a los bancos y entre esta semana y la próxima la propia titular del Central se reunirá con sus representantes para informarles los cambios. En este caso, la intención es estimular el crédito de largo plazo, elevando la capacidad prestable –reduciendo los encajes– para las líneas productivas e hipotecarias, en desmedro del préstamo al consumo. Esto se complementa con la obligatoriedad de que los bancos deban constituir sus encajes depositándolos en una cuenta a la vista del Central. Sobre este punto, Marcó del Pont explicó a este diario que se desarrollará una política de “sintonía fina” para estudiar los casos en que, por razones estratégicas –muchas sucursales, atienden zonas alejadas o pagan jubilaciones o beneficios sociales–, algunos bancos tengan “una mayor necesidad de efectivo”.

La reforma de la Carta Orgánica dispone que el Central provea “protección a los usuarios de servicios financieros y defienda la competencia, coordinando su actuación con otras autoridades públicas”. Entre las nuevas funciones del directorio del organismo, se encuentra la autorización de apertura de nuevas sucursales bancarias, con el objetivo de “ampliar la cobertura geográfica del sistema, atender las zonas con menor potencial económico y densidad poblacional y promover el acceso universal de los usuarios a los servicios financieros”. La ley deja en claro que el Central “no estará sujeto a órdenes, indicaciones o instrucciones del Poder Ejecutivo nacional”.