La deuda trucada

>Por Luis Jesús González

Según revelaciones de varios economistas, el desenlace final de la deuda europea pudiera concluir en el mayor fraude de la historia 

Por sus características el esquema de ayuda implementado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) para el rescate financiero a Grecia, Irlanda y Portugal responde a un esquema Ponzi, definición con que los manuales de economía designan un fraude piramidal de impredecibles consecuencias.
Creado en Boston en1919 por el inmigrante italiano Carlo Ponzi, quien en poco tiempo amasó una formidable fortuna mediante el engaño de sus compatriotas, el sistema consiste en un mecanismo en cadena, en el que los primeros inversionistas consiguen altos intereses a partir de los depósitos de sus continuadores.
Bajo promesas de extraordinarias ganancias por intervenir en su negocio cambiario, Ponzi disfrutó de la celebridad y el dinero de sus víctimas, los que —14 años después de cumplir una condena carcelaria— aún insistían en lincharlo, por lo tuvo que ser protegido por la policía hasta su expulsión definitiva del país.
Al calor de la actual crisis, Bernard Madoff, ex presidente de la National Association of Securities Dealer Automated Quotation (NASDAQ), la mayor bolsa de comercio electrónico de Estados Unidos, organizó un sonado fraude piramidal porque el que purga desde el 2009 una sentencia de 150 años de en la cárcel de Butner, Carolina del Norte.
Según consideraciones de académicos de diferentes latitudes, en los tres países europeos se cumple un riguroso programa de ajustes estructurales que conduce a una precaria situación social e impone plazos rígidos para la devolución de los intereses a las naciones deudoras, que imposibilitadas de lograr un superávit tienen que acudir a nuevos empréstitos para cubrir el vencimiento de los préstamos iníciales.
Irwing Stelzer, investigador del Instituto Hudson, consideró que la deuda europea pude terminar en una estafa al mejor estilo Madoff, pero de consecuencias incalculables, ya que arrastraría al caos a la gran mayoría de las economías insertadas en la zona euro, mientras Mario Blejer, ex director del Banco Central de Argentina, estimó que los contribuyentes europeos acabarán pagando el enriquecimiento de los propios bancos que los defraudaron.
De acuerdos con economistas alemanes, el FMI y el BCE ya ingresaron a su patrimonio una parte importante de sus primeros aportes al gobierno de Atenas, sometido a presiones extremas para preservar a Grecia en la zona euro, a la que ingreso luego que el mayor consorcio financiero de Estados Unidos, Goldman-Sachs, adulterara la información económica de la nación del Peloponeso.
En opinión del economista sudamericano, los presidente del BCE, Jean Claude Trichet; del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), Klaus Regling; y del Deutschte Bank, Josef Ackermann, son culpables del deterioro de las condiciones de vida impuestas a la población de los países endeudados por las normas neoliberales, basadas en la desregulación del mercado, la reducción del gasto social y la simplificación del Estado a un papel decorativo mediante leoninas condiciones, todas para sufragar el caos especulativo de los bancos globalizados por imitación del modelo estadounidense.
De acuerdo con predicciones de la Agencia Europea de Estadísticas, la deuda griega —después de todos los recortes del gasto público— crecerá este año un 3,2%, por encima de los pronósticos iníciales y se estima que para el 2012 aumente un 10 % en relación a los cálculos preliminares.
Semejantes análisis impulsaron a varios políticos germanos —los mismo que limitan el monto de la ayuda a Grecia— a solicitar la presencia en Atenas de 200 oficiales de la Unión Europea en calidad de administradores de los fondos del rescate, lo que dista mucho de las aparentes normas de igualdad y respeto entre los estados miembros de la comunidad continental.
Por su condición de "motor económico" de Europa, Alemania impone las reglas del juego a sus parientes pobres del sur y el bajo una supuesta acción salvadora, el Deutsche Bank y sus aliados succionan el dinero de los contribuyentes de otras naciones.

Fuente: El Economista de Cuba EDICION ONLINE
Publicación Digital de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba