Perón-Vargas, la alianza inconclusa

Por Carlos Conde
para Revista Ñ 
(19 de noviembre de 2005)

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Resultado de imagen para getulio vargasEn sus dos primeros gobiernos, Perón soñó con un pacto que habría unido política y económicamente a la Argentina, Brasil y Chile. Investigadores argentinos y brasileños indagaron en los porqués de ese fracaso.

Un simpático anciano de 77 años, dispuesto a contar todo. Una periodista argentina señala caminos para una investigación completa. Archivos secretos deseosos de ser abiertos en un barrio periférico de Buenos Aires. Historiadores de la patria de San Martín ayudando a armar el gran mosaico. Y un periodista brasileño apasionado por la Historia y deseoso de saber todo con respecto al período que reunió a Juan Perón y Getúlio Vargas.

Gracias al trabajo de estos investigadores, se llegó a conocer uno de los mayores proyectos políticos de Juan Perón: la integración de América del Sur y la formación de un bloque de países para resistir al apetito hegemónico de EE.UU. El plan se conoció como el Pacto de ABC (Argentina, Brasil y Chile).

El simpático anciano es un geólogo amigo de Perón llamado Carlos García Marín. La periodista es María Seoane. Los archivos secretos, con documentos sigilosos protegidos por nueve grandes y viejas cajas, descansaban en un viejo edificio de la calle Zepita, en Barracas. Los historiadores que han ayudado a armar el rompecabezas son Enrique Pavón Pereyra, Fermín Chávez, Ricardo Molas, Jorge Gonzales Crespo y Roberto Baschetti. El periodista brasileño es Hamilton Almeida. Buscó información durante más de un año en la calle Zepita y escribió: Bajo los ojos de Perón -el Brasil de Vargas y las relaciones con la Argentina, publicado en Brasil por la editorial Record.

Perón defendía la llamada Tercera Posición, una salida alternativa para evitar el alineamiento con las superpotencias: Estados Unidos y la Unión Soviética. Su estrategia era muy pragmática: "La Argentina, sola, no tiene unidad económica; Brasil, solo, tampoco; Chile, igual. Pero estos tres países, unidos, forman actualmente la unidad económica más extraordinaria del mundo. No caben dudas de que, realizada esa unión, los demás países sudamericanos entrarán en su órbita". 

El presidente argentino soñó a América del Sur como la región internacional depositaria de las "mayores reservas de dos elementos fundamentales de la vida humana: alimento y materias primas". Pero divisaba un gran peligro por delante. La historia de la humanidad mostraba que las grandes potencias, cuando necesitan bienes que no poseen o que se le agotaron, van en su busca y los consiguen "por las buenas o por las malas". 

En la búsqueda de la soñada unión, Perón emprendió la lucha. Todo comenzó a fines de los 40. Su primer paso sería el de conquistar el apoyo del socio más importante, Brasil. En 1950, Getúlio Vargas surgía como el candidato a la presidencia brasileña con las ideas más próximas a las de Perón. Algunos gigantes brasileños se imponían en su camino: los dos grandes partidos de oposición, el poder económico y la prensa. Además, Vargas no poseía dinero y tenía que recorrer en campaña un país continental, para hablar en actos, con los naturales y enormes gastos que esto implicaba. Pero tenía un aliado importante: las masas y otro muy fuerte, no previsto inicialmente: Juan Domingo Perón. El presidente argentino proveería dinero, material impreso y alimentos para la campaña. 

La ayuda al candidato brasileño comenzó en 1948. Por orden expresa de Perón, fue articulada una operación secreta en la frontera, entre las ciudades de Paso de los Libres y Uruguayana. El encargado de manejar la iniciativa era un amigo de confianza del presidente argentino, el geólogo Carlos García Marín de YPF, y secretario administrativo del Sindicato de los Petroleros. Además de dinero y material impreso, cruzaron la frontera, toneladas de alimentos (harina, yerbamate, pan, pastas). Para asegurar el transporte, una gigantesca "operación hormiga" cruzaba de Paso de los Libres a Uruguayana de tres a cinco veces por día. El total de "mulas" que transportaban los productos involucró a tres mil personas y se destinaban a Río de Janeiro, San Pablo y Porto Alegre. Con su apoyo, Getúlio Vargas ganó la elección. Perón podría iniciar la etapa concreta del sueño de unir a América del Sur contra EE.UU. El plan preveía primero la unión de tres países: Argentina, Brasil y Chile. En el caso de Chile, Perón también ayudó financieramente a la elección del candidato presidencial de su preferencia, el general Carlos Ibáñez del Campo. 

La victoria electoral en Brasil y Chile no ilusionó a Perón. Por eso, no se durmió en los laureles y en febrero de 1951, poco después de la asunción de Vargas, envió un emisario especial a Río de Janeiro. El coronel del Ejército Roberto T. Dalton miró fijamente a los ojos de Vargas y le dijo:

—Señor presidente, quiero transmitirle un mensaje personal de Perón. El me ordenó decirle que su parte del acuerdo realizado meses atrás ha sido cumplida. Ahora ha llegado su turno de cumplir con la otra parte.

Vargas fue directo al punto:

—Pues diga a mi gran amigo, el general Perón, que estoy profundamente agradecido por la ayuda que él me prestó para ganar las elecciones. Pero ahora es absolutamente imposible cumplir con mi parte. Gobierno un país con un Congreso fuertemente opositor, que no es como el argentino, que Perón puede manipular a su voluntad. Espero que Perón haga lo que yo voy a hacer: sacar de EE.UU. todas las ventajas económicas posibles. Y más adelante vemos el tema del eje Buenos Aires-Río de Janeiro.

Perón no perdió tiempo. Si Brasil no podía adherirse al pacto en aquel momento, era necesario buscar a Chile. Por eso, fue a Santiago. Y le dijo al general Ibáñez: "Vengo aquí con todo listo, traigo la autorización del presidente Vargas, porque yo estaba comprometido inicialmente a hacer esto primero con Brasil. De manera que todo está saliendo perfectamente bien, tal como fue planeado. Y, tal vez, al hacerlo, se le facilite la acción a Vargas".

Lo que ni Perón ni Ibáñez esperaban era que el canciller de Brasil, Joao Neves da Fontoura, iba a hacer declaraciones duras en relación al Pacto. Dijo que Brasil estaba en contra de los pactos regionales y que éstos significaban la destrucción del panamericanismo. 

Al retornar a Buenos Aires, Perón entendió mejor la actitud brasileña. Un amigo de Vargas, el periodista Gerardo Rocha, le dijo: "El presidente pidió que le explique lo que pasa en Brasil. La situación de él es muy difícil. Políticamente, no consigue gobernar. Hay sequía en el Norte y heladas en el Sur. El comunismo está muy peligroso. El no puede hacer nada y pide disculpas".

Todo este relato fue reproducido por Perón en una célebre conferencia secreta en la Escuela Nacional de Guerra, el 11 de noviembre de 1953, menos de un año antes de que los militares intentaran destituir a Getúlio Vargas. Para evitar la caída, se suicidó, dejando perplejos a sus enemigos, invirtiendo la situación política, movilizando a las masas y postergando en 10 años la dictadura militar.

El gran sueño de Perón naufragaba. ¿Vargas engañó a Perón? ¿No quería participar del pacto desde el principio, pero protagonizó todos los acuerdos preliminares como un gran farsante? ¿Usó a Perón para recibir todo su apoyo para ser electo y lo traicionó a la hora de cumplir su parte del trato? ¿O realmente quería el Pacto de ABC y actuó de buena fe? ¿Enormes presiones internas y externas (entiéndase EE.UU.) le impidieron ir hasta el final en relación a lo acordado con los argentinos?

La hipótesis de que Vargas actuó de buena fe y de que era favorable al Pacto de ABC, pero no tuvo fuerza política para participar, parece confirmada por la actitud del poderoso conjunto de sectores brasileños que, en aquella época, se oponía a la Argentina y a la figura de Juan Perón.

Los militares eran una voz decisiva en la política. Derrocaron a Vargas en 1945, exigieron el alejamiento del ministro de Trabajo, Joao Goulart e iban a expulsar a Getúlio en 1954, si él no se hubiera suicidado.

Todo indica que Getúlio Vargas quiso y no consiguió llevar adelante el Pacto de ABC con Argentina y Chile. El presidente brasileño era demasiado nacionalista para los parámetros conservadores de las clases dominantes brasileñas. Y estaba muy debilitado. Sus opositores podrían usar, sin dificultades, la alianza con Perón para derribarlo aun antes del fatídico 24 de agosto de 1954.

En un expediente secreto enviado a Buenos Aires en julio de 1954 desde la Embajada Argentina se muestra que Vargas no tenía retaguardia para cumplir lo que le había prometido a Perón. Su contenido, en lenguaje diplomático cifrado, era el siguiente: "El presidente Getúlio Vargas tiene simpatías por nuestro país, pero sus medios de expresión (políticos y administrativos) están recortados por una oposición fuerte y total (Parlamento, prensa y clases dominantes). El sentido político lo obliga a silenciar su verdadero pensamiento y deja libres a sus ministros. A esto se deben las profundas alteraciones de la política externa de dos gabinetes de un mismo presidente".

Es como si los ojos y oídos de Juan Perón en Brasil le dijeran: Getúlio Vargas no lo traicionó.