Brigadier Juan Ignacio San Martín. Un argentino injustamente olvidado

Por Daniel Alberto Chiarenza 

Nace en Buenos Aires. El más chico de 23 hermanos, hijos del matrimonio de Francisco San Martín y María Eugenia Pallete. Cursó estudios secundarios en el Colegio Nacional Mariano Moreno.
Perón, rodeado por jefes militares y funcionarios civiles, conversa con el brigadier mayor 
Juan Ignacio San Martín. A la derecha, luciendo impermeable gris, Kurt Tank

En 1921 ingresa al Colegio Militar. Alcanza el grado de subteniente del arma de artillera (1924), siendo destinado al 2º Cuerpo de Artillería Montada en Campo de Mayo. Orienta sus estudios para tener una buena formación técnica, en especial en cuestiones aeronáuticas. En 1931 es técnico aeronáutico y poco después, ingeniero industrial. Fue enviado por el Poder Ejecutivo al Instituto Politécnico de Turín, Italia, donde obtuvo doctorados en Ingeniería Industrial e Ingeniería Aeronáutica.

A partir de 1936 se desempeña en la Dirección de Aeronáutica y Fábrica Militar de Aviones, en la provincia de Córdoba, allí concentrará todas sus energías. En 1944 es Director del Instituto Aeronáutico de Córdoba.

Adhiere al peronismo en 1946, realizó un viaje a Europa donde contrató allí unos 750 obreros especialistas, dos equipos de diseñadores alemanes (liderados por Kurt Tank y Reimar Horten, respectivamente), un equipo italiano (a cargo de Pallavecino) y al ingeniero francés Emile Dewoitine.

Es electo constitucionalmente como el 48° gobernador de Córdoba en 1948. Se queda allí  hasta el 2 de octubre de 1951 -siendo brigadier mayor- renuncia, para ser el ministro de Aeronáutica.

Gran propulsor de la industria aeronáutica: en 1951 inaugura la Fábrica de Motores y Automotores y en 1952, las Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME); con notables resultados: los distintos tipos de aviones a reacción (Calquín, Ñancul, Pulqui I y II), la coloca a Argentina como “el quinto país en tener aviones a reacción propios”, así como las motocicletas Puma, los tractores Pampa y los automóviles y camionetas (Institec, Justicialista, Rastrojero, etc.) IAME alcanza a contar con casi 10 mil trabajadores, es un índice del desarrollo alcanzado.

Al efectuarse el golpe al presidente Perón, el brigadier San Martín se asila en la embajada de Uruguay donde conoce que se le hacen falsas imputaciones, abandona el asilo y se presenta a las autoridades de facto, a defender su trayectoria. Ingenuamente, considera que los “fusiladores” le harán justicia, aunque descarta que reconozcan su enorme obra debida casi totalmente a su esfuerzo. La reacción gorila se halla teñida de odio antiperonista: lo pasan a retiro e inmediatamente le dictan prisión preventiva. Un “Tribunal de Honor” lo declara “descalificado por falta gravísima” y emiten una sentencia (5 de junio de 1957), se lo condena a cumplir tres años de prisión.

Permanece detenido en los buques “Washington” y “París” y luego en el penal militar de Magdalena. Luego, el gobierno de Aramburu (que dios lo tenga en su santa gloria y que no lo suelte nunca) lo traslada a la cárcel de Ushuaia, que había sido clausurada por razones humanitarias bajo el gobierno de Perón y ahora se reabre en nombre de principios “civilizadores”. Después es devuelto a la cárcel de Magdalena, desde donde se lo libera en mayo de 1958 al asumir como presidente Frondizi. Pero su salud está seriamente quebrantada por las vicisitudes sufridas.

En 1960 “la justicia federal lo sobresee definitivamente en todas las causas… dejando expresa constancia que nunca había sido procesado”.

Al tiempo, después de un ataque cerebro-vascular, viaja a Estados Unidos en procura de mejoría, pero fallece, en un hospital de Houston, el 16 de diciembre de 1966.

En agosto de 1990, una ordenanza de la municipalidad de la ciudad de Río Cuarto, en Córdoba, reconoce los servicios prestados a la patria por el brigadier San Martín designando con su nombre a una plazoleta de Río Cuarto al oeste de la ciudad, “como reconocimiento y reivindicación para con un argentino injustamente olvidado”. Pero no fue olvidado por mera casualidad, sino –al contrario- porque la clase dominante tiene memoria.

En la actualidad, en su honor, el Instituto Universitario Aeronáutico entrega los premios Brigadier Juan Ignacio San Martín.