La transformación del modelo de desarrollo de China y su impacto sobre América Latina

Por Daniel Munevar
para CADTM
publicado el 28 de febrero de 2013

Parte I

El rápido crecimiento económico de China a lo largo de las últimas décadas ha cambiado de manera radical la estructura de la economía global. América Latina no ha sido ajena a este proceso y se ha visto beneficiada de manera directa por el impacto de China sobre los mercados de materias primas. En el periodo comprendido entre 2013 y 2012, en un proceso amplificado de manera significativa por la especulación en materias primas, los precios de estas se incrementaron en términos reales un 111% |1|. Para el mismo periodo el valor de las importaciones de materias primas por parte de China creció en un 1136% |2|. Como resultado de esta dinámica, las exportaciones de América Latina a China pasaron de 10 mil millones de dólares en el año 2000 a 241 mil millones en el año 2011 |3|.

En el corto plazo este rápido crecimiento de las exportaciones ha beneficiado a la región. Al permitir la diversificación de las exportaciones regionales en términos de mercados de destino, facilito el proceso de recuperación económica de los países de América Latina tras la recesión de los Estados Unidos en el año 2001 y la crisis financiera de 2008. De la misma forma, al incrementar los ingresos fiscales de los países de la región, ha jugado un rol central en la reducción significativa en los volúmenes de endeudamiento externo al mismo tiempo que ha permitido el financiamiento de mayor gasto social.
De cierta forma, independiente de la orientación política de la administración, la mayoría de los gobiernos en la región basan sus proyecciones y políticas de desarrollo a futuro en el supuesto que estas dinámicas son de carácter estructural. A saber que la insaciable demanda de China por materias primas constituye una base estable tanto para el crecimiento de las exportaciones regionales como para la estabilización de los términos de intercambio en niveles altamente favorables para los países de América Latina. Sin embargo, este supuesto muestra un profundo desconocimiento de los elementos que componen el modelo de desarrollo de China.
Como en otros ejemplos históricos de desarrollo, tales como Corea del Sur o Japón, el modelo de desarrollo de China se basa en una transferencia sistemática de ingreso y riqueza de los hogares al sector productivo exportador. Dicha transferencia tiene como resultado una represión del consumo interno, aumento de la producción nacional y por definición de cuentas nacionales, un aumento del ahorro y superávit externo |4|. En la medida que la transferencia de ingresos por parte de los hogares limita la capacidad del consumo doméstico de impulsar el crecimiento económico, este depende de la inversión del sector productivo exportador y la demanda externa para mantenerse en el tiempo.
La transferencia de ingresos de los hogares al sector productivo tiene lugar a través de un conjunto de políticas económicas de las cuales es importante destacar 3. La primera es una represión sistemática del crecimiento de los salarios por debajo del crecimiento de los niveles de productividad. Dicho esquema representa un subsidio directo de los hogares al sector productivo y se constituye en un elemento clave para mantener la tasa de ganancia de este último. En el caso de China esto se ha reflejado en una reducción de la participación de los salarios en la economía de un 52% del PIB a finales de los años noventa a menos de 40% del PIB en 2007 |5|. Al mismo tiempo los retornos sobre la inversión crecieron en 20 puntos del PIB |6|. Así es importante anotar que el impacto negativo de la represión salarial sobre el bienestar de los hogares ha sido compensado por el crecimiento del empleo que ha tenido lugar durante las últimas décadas en China. Visto de otra forma, menores ingresos a nivel de hogares individuales han sido compensados con un mayor número de hogares con ingresos.
El segundo mecanismo es la represión financiera. El establecimiento de tipos de interés artificialmente bajos implica una transferencia de recursos de ahorradores a prestamistas. En la medida que los hogares son un sector con ahorro neto positivo y el sector productivo es un sector ahorro neto negativo, las bajas tasas de interés perjudican al primero y favorecen al segundo. De manera práctica los hogares se ven forzados a subsidiar el costo de las inversiones del sector productivo. En las fases iniciales del proceso de desarrollo este mecanismo de subsidios acelera el crecimiento al reducir el costo de inversión. Sin embargo, al mantenerse por periodos prolongados de tiempo, puede tener como efecto una distorsión sistemática de dichos costos lo que puede llevar a un aumento de proyectos de inversión poco viables desde el punto de vista económico, y más importante aún, sin capacidad para hacer frente al servicio de la deuda que financio originalmente tales proyectos.
La revisión de la experiencia de Corea del Sur y Japón muestra que la mala asignación de créditos en el sector corporativo jugo un rol clave en las crisis experimentadas por ambos países en los años noventa. En los dos casos, la crisis obligo a una reorientación de las políticas económicas para hacer frente a los problemas de endeudamiento del sector productivo tras años de bajas tasas de interés y subsidios masivos que incentivaban la toma de riesgos excesivos. En el caso de China, la evidencia sugiere que el país asiático está empezando a enfrentar precisamente el mismo problema. Entre 2007 y 2012 la deuda del sector corporativo no financiero en China paso de 130% del PIB a 190% |7|. Dicho incremento del endeudamiento se dio en el marco del plan de estímulo del gobierno para hacer frente a la crisis internacional, sin embargo la evidencia muestra que el impacto del crédito sobre el crecimiento económico se ha reducido de manera progresiva |8|. En la medida que se reduce la productividad del capital fijo, mayores niveles de crédito y endeudamiento son requeridos para mantener los niveles de crecimiento actuales, lo cual incrementa la vulnerabilidad de la economía china, tal y como ocurrió anteriormente en Japón y Corea del Sur.
El tercer mecanismo de la estrategia de desarrollo de China es un tipo de cambio artificialmente alto. Durante los últimos años este se ha convertido en un tema altamente controversial en el marco de la llamada guerra cambiaría. Mientras la atención se concentra en el aumento de la competitividad de las exportaciones chinas producto de un tipo de cambio alto, el elemento que se pierde en el debate es en el impacto de este sobre el consumo y el ahorro dentro del país. Al aumentar el costo de las importaciones, el tipo de cambio alto reduce el ingreso real de los hogares en términos de su capacidad adquisitiva. En otras palabras, tiene como efecto directo una reducción del consumo por parte de los hogares en China. Si esta reducción en el consumo es superior al incremento en la producción, por definición el ahorro nacional debe crecer y con ello el superávit externo del país. Es decir que la represión del consumo interno, vía tipo de cambio, va de la mano con el crecimiento de los superávit externos para sostener el crecimiento económico.
Para que la relación entre estos tres elementos pueda mantenerse en el tiempo se requieren dos componentes clave. En primer lugar, disposición por parte del país en general, y de los hogares en particular, de mantener unos términos de intercambio altamente desfavorables que afectan directamente el ingreso real y capacidad de consumo de la población. Como en el caso de la represión salarial, el sacrificio en términos de capacidad de consumo se ve compensado por la capacidad del sector productivo de generar nuevos empleos que permitan aumentar los niveles de vida de los cerca de 20 millones de personas que emigran anualmente de las regiones internas de China hacia las costas del país donde se encuentran las masivas zonas de manufactura y exportación del país. En segundo lugar, el resto del mundo debe estar dispuesto a acomodar el incesante crecimiento de la producción y ahorro de China en la forma de exportaciones de manufacturas y flujos de capital. A medida que la participación del consumo como porcentaje del PIB en China se redujo de cerca de 50% a menos de 35% a lo largo de la última década |9|, el resto del mundo ha tenido que acomodar cada vez mayores volúmenes de exportaciones provenientes de China.
Llegados a este punto resulta claro que en la actualidad el modelo de desarrollo de China enfrenta dos grandes obstáculos. El primero de ellos es el rápido crecimiento de los problemas de crédito asociados a un sistema financiero altamente distorsionado. Las presiones del gobierno para mantener un rápido crecimiento del crédito han resultado en una creciente malversación de recursos todas vez son cada vez menores las posibilidades rentables de inversión que justifiquen los créditos |10|. La implicación directa es que tarde o temprano las pérdidas derivadas de esta situación tienen que ser reconocidas. En la medida que las pérdidas del sistema financiero sean subsanadas por medio de mayores impuestos o captura de los ahorros, ello solo empeoraría los desequilibrios presentes dentro de China en términos de reducir aún más la participación del ingreso y consumo de los hogares en la economía y por ende la dependencia en la inversión y el crecimiento de las exportaciones.
Por otra parte se encuentra la disposición del resto del mundo de seguir acomodando los excedentes comerciales de China. Aun si el gobierno de China es capaz de posponer el reconocimiento de las perdidas en el sector financiero, las mayores presiones comerciales asociadas al contexto actual donde la economía de los Estados Unidos sigue recuperándose lentamente y las principales economías europeas se hunden en la recesión hacen poco probable que el país asiático pueda mantener su estrategia de desarrollo indefinidamente. Ante esta situación no es una casualidad que tras la crisis en el 2008, China haya aumentado sus esfuerzos para exportar sus excedentes de ahorro hacia América Latina y África. En la medida que las exportaciones de capital equivalen a una importación de demanda de otros países, este mecanismo representa un intento de última instancia para mantener el crecimiento económico y de empleo asociado con las exportaciones a costa del sector productivo de estos otros.
Así, el rebalanceo que debe ocurrir en la economía China, de la misma forma que tuvo lugar en Corea del Sur y Japón, será a través de una combinación de reducción de la tasa de crecimiento económico, reducción del ritmo de crecimiento del empleo y más importante aún, una mejora significativa de los términos de intercambio del país. Debido a que las políticas de transferencia de ingresos de hogares al sector productivo exportador están orientadas a la constitución de un sector manufacturero competitivo que permita retener el valor agregado generado por la economía, es lógico que una vez se alcanza este objetivo y se agotan las posibilidades iniciales del modelo de desarrollo, cambien las condiciones de vida de la población.
En este punto es importante dejar en claro que una reducción en el crecimiento económico no necesariamente se traduce en un deterioro de las condiciones de vida de los hogares. En realidad sucede lo contrario. Toda vez el cambio de modelo implica inevitablemente el abandono de las políticas de transferencia de ingresos, la desaceleración en el crecimiento de la economía y el empleo se ve compensada por una mejora en los ingresos reales de los hogares. Los ejemplos históricos muestran que medidas tales como el incremento de los salarios, mejoras en la red de seguridad social y de los términos de intercambio de la economía, son todos elementos que tienen lugar y permiten el desarrollo de un mercado interno una vez ha sido establecida una base manufacturera exportadora. Más importante aún son elementos absolutamente necesarios para mantener el apoyo político de la población por medio de la consolidación de una clase media con creciente capacidad adquisitiva, en un contexto marcado por el estancamiento en el crecimiento del empleo. Este es el proceso por el que China, aun de manera renuente, debe atravesar en los próximos años.
Visto desde esta perspectiva, la transformación del modelo de desarrollo de China posee profundas implicaciones para América Latina, las cuales pueden ser desagregadas en 3 grupos: su impacto sobre los precios de las materias primas y por definición sobre los términos de intercambio de América Latina; su impacto sobre los ingresos reales de la población; su impacto sobre los ingresos fiscales y la estrategia de desarrollo de los países en la región. Estos elementos serán explorados en la siguiente parte del artículo.

Notas
|1| Datos del Banco Mundial de precios reales de materias primas con base 100 en el año 2005. Promedio de incrementos no ponderados de los precios de los grupos de materias primas de energía, metales, alimentos y metales preciosos.
|2| Datos de UN Commtrade utilizando clasificación SITC Ver. 3.
|3| Ver, Kolesli K. “Backgrounder: China in Latin America” US-China Economic and Security Review Commision, disponible en: http://origin.www.uscc.gov/sites/de.... Para datos de 2011 ver, “China´s trade with Latin America grew in 2001” disponible en: http://in.news.yahoo.com/chinas-tra....
|4| Por definición de cuentas nacionales, el ahorro nacional es igual a la diferencia entre la producción y el consumo. En presencia de equilibrio fiscal, el ahorro nacional es igual a la diferencia entre exportaciones e importaciones. Por ende mayores niveles de ahorro nacional se corresponden por identidad macroeconómica con un aumento del superávit externo.
|5| Ver, “Should China raise wages”, disponible en: http://www.economonitor.com/blog/20...
|6| Ver, “Percentage of wage income in GDP falls”, disponible en: http://english.caixin.com/2010-05-1...
|7| Ver, Chancellor E. y Monelly Mike “Feeding the Dragon: Why China´s Credit System Looks Vulnerable”, disponible en: http://es.scribd.com/doc/121710465/...
|8| Ver, “Yuan lending expansión keeps momentum”, disponible en:http://www.chinadaily.com.cn/cndy/2...
|9| Ver, ¨ Household Consumption as a Percentage of GDP¨, disponible en:http://www.chinaglobaltrade.com/fac...

Parte II

La transformación del modelo de desarrollo de China analizada en el artículo anterior posee profundas implicaciones para América Latina. Estas pueden ser desagregadas en 3 grupos: su impacto sobre los precios de las materias primas y por definición sobre los términos de intercambio de América Latina; su impacto sobre los ingresos reales de la población; su impacto sobre los ingresos fiscales y la estrategia de desarrollo de los países en la región. Estos elementos serán explorados en la siguiente parte del artículo.

En lo que respecta al primer punto, la desaceleración de la economía China en el marco de un proceso de rebalanceo eliminaría el último sostén en la economía real de la especulación de materias primas. Los últimos meses se han caracterizado por una creciente desconexión entre la evolución de la demanda y oferta real en los principales mercados de materias primas y las curvas de precios de futuros de estas |1| . Mientras un número creciente de indicadores en la producción y demanda de metales y petróleo indican sobreoferta e incapacidad para lidiar con masivos stocks acumulados, los precios de futuros indican escases en el corto y mediano plazo |2|. En este contexto, para los futuros y derivados sobre las materias primas la desaceleración del crecimiento de China sería el equivalente de lo ocurrido en el verano de 2007 con los primeros problemas de las hipotecas subprime.
Sin embargo aun si los precios de las materias primas no cayeran de manera estrepitosa, el proceso de rebalanceo de China demanda una modificación de sus términos de intercambio. La consecuencia básica del proceso de industrialización de China es un aumento de la frontera de posibilidades de incremento de la productividad y la retención de valor agregado. Mientras América Latina permanece sujeta a las limitaciones de los incrementos en materia de productividad inherentes a las materias primas, China ya se encuentra en capacidad de desplazarse a renglones más dinámicos e intensivos en tecnología del comercio global. Es esta diferencia clave en materia de crecimiento de la productividad la que marcara la evolución de los términos de intercambio entre China y América Latina, de manera desfavorable para esta última. En otras palabras las mejoras en términos de ingresos reales y crecimiento del consumo de los hogares en China tendrán lugar a costa de los sectores exportadores de materias primas en la región.
En este sentido es importante aclarar que mientras los volúmenes de ciertos renglones de materias primas se verán afectados, tales como petróleo y metales, otros seguirán creciendo de manera sostenida a la par del consumo de los hogares en China, fundamentalmente alimentos. Sin embargo, el crecimiento de la demanda tendrá lugar en un contexto marcado por precios significativamente más bajos. Es decir que la región se verá atrapada una vez más en el dilema Prebisch Singer de reducción secular de los términos de intercambio. Mayores volúmenes de exportaciones se traducen en menores ingresos reales para sus productores en la medida que los diferenciales de productividad permiten a los países industrializados, en este caso China, retener todas las ganancias de valor agregado. De esta forma mientras China aprovecho las últimas décadas para su reposicionamiento dentro la economía global, América Latina las ha desperdiciado cometiendo el mismo error en términos de políticas de desarrollo desde tiempos de la independencia al apostar en las materias primas como motor principal del crecimiento económico.
Asociado este dramático cambio en los términos de intercambio de la región se encuentra el segundo elemento a destacar, a saber el impacto sobre los ingresos reales de la población. Resultado del rápido crecimiento económico que ha tenido lugar en la región, cerca de 70 millones de personas pasaron de una situación de pobreza a integrar una clase media entre 2003 y 2010 |3|. Al mismo tiempo se produjo en la mayoría de los países una ligera reducción en los altos niveles de desigualdad de ingresos |4|. El problema con esta situación es que es un resultado directo de la especialización en materias primas y de la mejora en los términos de intercambio que experimento la región en los últimos años. Visto de otra forma, las mejoras observadas en América Latina representan la imagen inversa de lo ocurrido en China. Mientras en dicho país se adoptó un tipo de cambio que reprimía el consumo interno, la significativa apreciación del tipo de cambio que ha tenido lugar en algunas de las principales economías de la región como Brasil, Colombia o Chile resulta en el efecto opuesto. Al reducir el costo de las importaciones, una moneda apreciada fomenta el consumo y de facto representa un traslado de ingresos de los sectores exportadores netos de la economía a los sectores importadores netos. Desde el punto de vista de un hogar que percibe un aumento sostenido de su capacidad adquisitiva en términos de bienes importados dicha situación es bienvenida. Sin embargo, desde la perspectiva de la economía en su conjunto representa un desastre toda vez que se afecta de manera directa aquellos sectores con mayor capacidad de crecimiento y dinámica de generación de empleos.
La magnitud del impacto de los términos de intercambio sobre el ingreso real y los patrones de consumo ha sido amplificada por la dinámica del sistema financiero en los diferentes países, donde contrario a lo que ocurre en China, el crédito se ha concentrado en los renglones de consumo e hipotecario. Con tasas de crecimiento superiores al 20% en la mayoría de los países de la región, el crédito se ha concentrado en sectores que por un lado aumentan la dependencia de importaciones y por el otro incrementan la inestabilidad financiera al propiciar burbujas en los precios de activos, fundamentalmente finca raíz. El problema con el crecimiento del crédito, es que justo como las políticas de desarrollo regionales, está basado en dos supuestos. Primero, que el crecimiento económico basado en la exportación de materias primas se sostendrá en el tiempo, creando así los ingresos para validar la toma de créditos. Segundo, que la entrada de capitales asociada a la Inversión Extranjera Directa en materias primas y a las perspectivas de apreciación se mantendrá en el tiempo. Como se ha explicado anteriormente, ambos supuestos son incorrectos. Ante este escenario, los hogares en América Latina se van a encontrar en una situación en la cual la capacidad adquisitiva de su ingreso disminuye a la par del deterioro de los términos de intercambio regionales, justo al mismo tiempo que se produce una contracción del empleo y del acceso al crédito. Ello no necesariamente se tiene que traducir en una crisis económica, pero si es claro que tendrá como resultado una significativa disminución de la calidad de vida de la población en la región.
Esto nos lleva al último punto, el impacto sobre las políticas de desarrollo regionales. Independientemente de la orientación política del gobierno, los países de América Latina han experimentado un incremento de la participación de ingresos fiscales asociados a materias primas. Así, mientras en el año 2000 los ingresos fiscales asociados a materias primas representaban menos del 20% del total de los ingresos de los gobiernos en la región, en el año 2008 esta cifra se ubicó en cerca de 35% |5|. Este significativo aumento de los ingresos fiscales permitió una mejora de los indicadores fiscales, y con ello una reducción de los niveles de endeudamiento, al mismo tiempo que facilito el aumento del gasto social en la región. Como promedio los gastos sociales entre el año 2000 y 2010 pasaron de representar un 13,3% del PIB a 18,1%, un aumento del 36% |6|.
El problema es evidente. No solo el crecimiento económico ha incrementado su dependencia respecto a la exportación de materias primas, sino que también la implementación de políticas públicas en la región es altamente sensible a la evolución de los precios e ingresos asociados a estas. El rebalanceo de China con su impacto sobre los términos de intercambio y el crecimiento económico regional limitara la capacidad de los diferentes países en América Latina de hacer frente al nuevo escenario que se avecina. Precisamente en el momento en que los gobiernos se vean abocados a implementar políticas contra cíclicas y a reforzar las redes de seguridad social para hacer frente a la caída del crecimiento y el empleo, una de sus principales fuentes de financiamiento presentara una importante reducción. De hecho es una pregunta abierta si en un escenario de este tipo se podrían mantener los niveles de gasto social sin la implementación de reformas fiscales significativas.
Ante esta oscura perspectiva, el hecho más preocupante es la falta de previsión que aqueja a la mayoría de los gobiernos en la región. En cierta forma, la posición de estos se reduce a cerrar los ojos y esperar a que el futuro traiga lo mejor. Frente a esta postura de negación, es necesario dejar en claro que la toma de medidas para afrontar los desafíos impuestos por el modelo de desarrollo de China debe realizarse antes de que los efectos mencionados en este artículo empiecen a golpear a la región. Medidas tales como la aceleración de la integración regional, el abandono de un modelo económico extractivista y la realización de auditorías de la deuda son algunos de elementos que se pueden tener en cuenta en este sentido.
Notas
|1| Ver, “A physical vs forward commodity market disconnect”, disponible en:http://ftalphaville.ft.com/2013/02/...?
|2| Sobre oferta en la producción de metales ver, “Hey, spendy miners, operate Glencore style”, disponible en: http://ftalphaville.ft.com/2013/02/.... Sobre oferta en la producción de petróleo ver, “Scarcity amid plenty, Oil edition”, disponible en: http://ftalphaville.ft.com/2012/06/...
|3| Ver, BBVA Research (2013), “Emerging middle classes in fast track mode”, disponible en:http://www.bbvaresearch.com/KETD/fb...
|4| Ver, Palma G. (2011), “Homogeneous middles vs. heterogeneous tails, and the end of the ‘Inverted-U’: the share of the rich is what it’s all about”, disponible en:http://www.econ.cam.ac.uk/dae/repec...
|5| Ver, World Bank (2010) “Natural Resources in Latin America and the Caribbean: Beyond Booms and Busts?”, disponible en: http://siteresources.worldbank.org/...
|6| Datos para Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador y Venezuela. Base datos en línea de CEPAL.
http://cadtm.org/La-transformacion-del-modelo-de,8867