Apuntando hacia China: Washington anunció la formación de “Unidades ofensivas de Ciber Guerra”


Alex Lantier
GlobalResearch

Altos oficiales de la inteligencia estadounidense anunciaron el jueves pasado que Washington está preparando unidades militares para desatar una ofensiva guerra cibernética, es decir para producir códigos computarizados maliciosos que desactiven o destruyan computadoras y equipos de control en infraestructuras. Las declaraciones fueron realizadas durante un testimonio ante un comité del Senado de ese país.

Estas afirmaciones surgen en el marco de un incremento de denuncias de los oficiales norteamericanos contra China. Los agentes del servicio secreto de EE.UU. aseguran que desde el país asiático se han puesto en marcha operaciones de ciber-espionaje contra empresas estadounidenses. El pasado lunes, Tom Donilon, Asesor de Seguridad Nacional de los EE.UU., exigió a China que investigue las denuncias de ataques “emanados desde China en una escala sin precedentes”. Donilon también consideró necesario entablar negociaciones sobre protocolos para el uso de internet.

El General Keith Alexander, que encabeza la Agencia de Seguridad Nacional (ASN) y comandante del Ciber Comando de los EE.UU, dijo al Comité del Senado sobre Servicios Armados: “Me gustaría ser claro acerca del equipo que dirijo, este escuadrón para defender la nación, no es un equipo defensivo. Este es un equipo ofensivo que el Departamento de Defensa puede utilizar para defender al país si fuese atacado en el ciberespacio. Trece de estos equipos que estamos creando tienen esta única misión.”

Según Alexander, existen 13 escuadrones de guerra cibernética ofensivos en los EE.UU que interactúan con otros 27 equipos cibernéticos que se encuentran desplegados junto con comandos militares estándar. Los escuadrones ofensivos son monitoreados por el Ciber Comando de los EE.UU., el cual opera bajo supervisión de la (ASN) y cuenta con un presupuesto de 191 millones de dólares para 2013.

La importancia de la ciber-guerra ha crecido junto con el aumento en el uso de computadoras para controlar la infraestructura clave de los países. Un ciber-ataque sofisticado podría potencialmente sacar de funcionamiento o destruir plantas de energía, hospitales, sistemas de transporte y otras infraestructuras vitales. Mientras esta provocadora avanzada militar de los EE.UU.  se excusa en el supuesto riesgo de un ciber-ataque devastador desde China u otros países, los oficiales de inteligencia norteamericanos admiten que en las posibilidades de tales amenazas son muy limitadas.

Cuando James Clapper, Director Nacional de Inteligencia de los EE.UU.,  testimonió ante el Comité de Inteligencia del Senado dijo que solo había “una remota chance” de un ataque serio, el cual definió como un intento por generar una “interrupción a gran escala y de prolongada duración, de servicios  como las plantas regionales de energía.”

La declaración presentada por Clapper apuntó a China y Rusia como “ciber actores avanzados” con la capacidad para montar semejante ataque. Sin embargo, el agente agregó que estos países “difícilmente lancen un ataque tan devastador contra los EE.UU. sin que exista un conflicto militar o una crisis de tal magnitud que les haga pensar que sus intereses vitales están amenazados.”

Aun así, Clapper destacó que este tipo de ataque era la más seria e inmediata amenaza para los EE.UU., incluso mayor que la posibilidad de acciones terroristas de grupos como Al Qaeda.

La presentación del General Alexander preparada para el comité de servicios armados sugirió que la principal preocupación del Ciber Comando de los EE.UU. no es tanto el riesgo de un ataque devastador desde el exterior, sino la amenaza que este tipo de acciones puede significar para las ganancias y los intereses de las corporaciones norteamericanas.

Para explicar lo que llamó la “mayor transferencia involuntaria de riqueza en la  historia” Alexander escribió: “Tenemos bastante confianza en nuestra habilidad para impedir un gran ataque de Estado a Estado en el ciberespacio;  pero no estamos haciendo frente al acoso (supuestamente de bajo nivel) sobre sitios públicos y privados, sobre su propiedad e información… El daño que están haciendo a la competitividad de los EE.UU. y nuestra ventaja en la innovación es profundo, que se traduce en oportunidades desperdiciadas para las compañías norteamericanas y potenciales perdidas de trabajo para los ciudadanos estadounidenses. Los robos de activos cibernéticos ponen en riesgo nuestro crecimiento económico.”

La intensificación de la ciber-guerra anunciada por Alexander y Clapper provocativa e imprudente. Los militares de EE.UU. están incurriendo esencialmente en una actividad criminal –crear virus de computadoras- mientras reconocen que es improbable que los EE.UU. tengan que enfrentar este tipo de ataques. El Pentágono no pretende detener o defenderse contra algún ataque, sino proveer nuevas medios de agredir e intimidar a cualquier poder que Washington considere un obstáculo geo-estratégico o un rival económico significantes.

La justificación oficial para este incremento, basada en las afirmaciones sin evidencia de que hackers en China están siendo promocionadas por el gobierno chino y sus fuerzas militares en un esfuerzo para herir a los EE.UU, pretende construir la falacia de que el gobierno estadounidense se encuentra en una posición defensiva.

De hecho, Washington es el más despiadado usuario de la guerra cibernética. Trabajando en conjunto con Israel, EE.UU. utilizó el virus Stuxnet para interrumpir el programa nuclear de Irán, mediante la manipulación y destrucción de las máquinas centrifugadoras de la planta de Natanz. Los EE.UU. diseñaron el virus Flame para espiar a oficiales iraníes. Este virus se descubrió por sí mismo el año pasado, luego de que escapara de las redes del gobierno iraní y comenzara a infectar computadoras de la población en general.

Oficiales norteamericanos discuten abiertamente sobre la implementación de la ciber-guerra como un armamento en el Pacífico,  donde Washington está montando actualmente el “pivot dirigido a Asía” apuntando hacia China. El lunes, el Servicio de Prensa de las Fuerzas Norteamericanas (AFPS por sus siglas en inglés) discutieron de la ciber guerra con el Brigadier General John Kicks, el comandante de la unidad de ciber-guerra de la Flota del Pacífico, la cual se supone que sirvió como “banco de pruebas” para el Ciber Comando de los EE.UU.

Al describir los ejercicios de la Flota del Pacífico que incluyeron simulacros de ciber ataques sobre comunicaciones navales,  Hicks explicó: “La intención es poder establecer un centro fusionado para integrar la cibernética en todas sus versiones dentro de la rutina de los comandos y del ritmo de la guerra durante los combates en las batallas… Sin comunicaciones seguras, bien aseguradas, nada puede suceder aquí. No tenemos visibilidad ni nada, no podemos comandar ni controlar nada, mi jefe el Almirante [Samuel] Locklear no puede llevar adelante su misión.”

La AFPS comentó. “El ciber dominio es el nuevo eje militar –una ventaja para aquel que lo usa con eficacia y una debilidad para aquellos que no lo hacen.”

Al igual que la decisión del Imperio Alemán de comenzar con el uso irrestricto de submarinos en cerca de un siglo atrás durante la primera guerra mundial, esta expansión de los métodos de guerra es siniestra y beligerante. Los ciber-ataques, así como tienen el potencial para causar un daño inmenso, también ofrecen mucha facilidad a los hackers para diluir su identidad mientras los ejecutan. Lo hacen mediante la utilización de la computadora de otras personas y diseminando sus códigos virales desde allí. Esto abre un amplio campo para provocaciones y ataques con “banderas falsas”, tal como lo demostraron los ataques norteamericanos a Irán

Sin embargo, Washington está destinando importantes recursos hacia la ciber guerra, alimentando una Carrera armamentista global para diseñar el virus de computadora más destructivo. El gobierno de los EE.UU. ya ha reclamado el derecho a lanzar ciber ataques preventivos si el presidente los ordena, aún si los EE.UU. no se encuentran en guerra con ninguno de los países destinatarios. (Ver: Administración Obama reclama el poder para autorizar ciber ataques preventivos)

Mientras los planes norteamericanos de ciber guerra apuntan hacia China, Irán y otros países, también están destinados contra los derechos democráticos del pueblo estadounidense.

Alexander testificó que la defensa contra ciber ataques dependía del monitoreo en tiempo real del tráfico de Internet recibido en los EE.UU. por Proveedores de Servicios de Internet privados, quienes podrían dar toda la información necesaria a las autoridades del gobierno.
Though US cyber war plans target China, Iran and other countries, they are also directed against the democratic rights of the American people. Esto equivale a un cheque en blanco ilimitado para el espionaje de internet en tiempo real realizado por el gobierno de EE.UU. sobre los norteamericanos y sobre cualquiera con quienes estén comunicándose en el exterior.

Alexander también testimonió que sus oficiales ya han trabajado en conjunto con los servicios de seguridad domésticos de los EE.UU. y empresas privadas. En su declaración escrita, el general explicó: “Nosotros en el USCYBERCOM [Ciber Comando de los EE.UU.] también estamos ayudando al Departamento de Defensa a incrementar nuestra vigilancia global mediante la creciente colaboración con socios del gobierno federal como el Departamento de Seguridad Exterior, el FBI y otros departamentos y agencias, así como con industrias privadas y con otros países.”

Traducción: PIA