"De la banalidad del mal" al genocidio social del siglo XXI

Por Jorge Rachid

Hannah Arendt, filósofa e intelectual del siglo XX, compañera afectiva de Heidegger, describió en esta famosa frase, el juicio a Eichman en Israel, en 1961, como responsable del Holocausto, en su planificación ejecutiva, que demostró al mundo, como hombres y mujeres comunes, de hábitos normales, familias constituidas, podían esconder monstruos sádicos disociados, portadores de latrocinios y muertes.

Detrás de esa pantalla, trágica y dolorosa para la humanidad, que diezmó desde judíos a gitanos, desde rusos a polacos, provocando muertes por decenas de millones de seres humanos asesinados en una guerra inter capitalista. Similar a la que se desarrolla hoy, bajo nuevos escenarios, entre el mundo Unipolar hegemónico de EEUU, Israel, Reino Unido y Arabia Saudita, frente al mundo Multipolar, que lo enfrenta, de los nuevos actores internacionales, sumados a la figura de Francisco, autoridad religiosa de visión humana y paz.

Es que esa “banalidad” descripta, se derrama con notable cotidianeidad en el mundo actual y de los últimos años. Los genocidios de la dictadura militar en nuestro país, los producidos de Medio Oriente con millones de muertos en nombre de “la democracia y la libertad” por el occidente, con olor a petróleo y del control estratégico de las rutas comerciales. La ingeniería social homicida sobre los pueblos palestinos, libaneses, libios, yemenitas y sirios de un estado de Israel sionista terrorista, en nombre de su “seguridad nacional” amplió tres veces su territorio desde 1967.

Ocupación, muerte, desplazamiento de poblaciones, migraciones masivas, crisis humanitarias, hambre mundial, son los signos de una época dramática de la humanidad.

Es que esa “banalidad” naturalizada por la influencia de los medios hegemónicos de comunicación, transformados en factores de poder asociados a los fondos de inversión supranacionales, que arrasan soberanías, ocupan países, extorsionan y bloquean millones de personas en nombre de “la libertad del Mercado”, avanzan como ejércitos de ocupación, demonizando gobiernos, estigmatizando políticas sociales distributivas, encarcelando líderes opositores a esa cultura dominante de los “políticamente correcto”.

No dudan “del camino” los poseedores de esa “banalidad”, pueden ajustar sobre los pueblos produciendo miles de muertos, condenar al hambre a millones de personas sin remordimientos, porque son poseedores del mando otorgado por la autoridad suprema, el nuevo Rey del Mercado abierto, impuesto a los demás países, con proteccionismo propio de EEUU. 

Obediencia debida invocaba Eichman o Astiz para sus atrocidades, seguridad nacional aseguran EEUU e Israel para cooptar libertades individuales, de connacionales o arrasar territorios ajenos como los palestinos, venezolanos o nicaragüenses.

Siempre plantean un valor a defender, implantando una concepción resignada de la realidad, naturalizando la violencia institucional, la persecución, el arrasamiento de los marcos constitucionales. Nuestros gobernantes actuales, que ejecutan una ingeniería social de diseño estratégico, marcado por la Embajada de EEUU, son los ejecutores de esas políticas, que transforman a la Patria en Colonia. Para eso es necesario, necesitan doblegar la voluntad del pueblo, expresada en forma de conciencia nacional resistente en la movilización y en la batalla cultural constante de impedir la instalación de la colonización del país.

Entonces, debemos caracterizar a quienes hoy gobiernan, testaferros de intereses extranacionales, como enemigos de la Patria, si otro aditamento que permita dudar de su rol estratégico, ya que es en ese resquicio, donde “el diablo mete la cola”, comenzando a tallar los términos “gobernabilidad”, “consenso”, “cerrar la grieta”, “volver al mundo”, “no se puede seguir la fiesta”, entre otros, que hacen que algunos pusilánimes, por ser generosos en el concepto, crean que pueden maniobrar en las filas enemigas, consiguiendo prebendas a costa del sufrimiento y el dolor del pueblo, sometido al ajuste, los despidos y el temor que genera la agitación del odio.

Pueden tener una justicia servil, cooptada por el Ministerio de Justicia de los EEUU, como en Brasil, Ecuador y en nuestro país. También los militares tenían su justicia propia, los nazis y el Tribunal de la Haya al servicio del gobierno global y sus intereses, también operan contra “los negros” del mundo. Aquellos que no nos rendimos, los que creemos en un modelo social solidario de construcción política, que proteja al hombre y la naturaleza y no los Mercados. Aquellos que tenemos sueños, frente a las pesadillas que acosan a los criminales que gobiernan, que someten y matan en nombre del neoliberalismo y neocolonialismo, que expresan en otras palabras más amables, como “todos juntos”, “construimos un futuro”, “crecer duele”, “hay que hacer un sacrificio para ser como “ellos”, instalando una cultura imperial, transportada, invasora que tiende a romper los lazos sociales íntimos, forjados por una cultura nacional basada en nuestra historia, nuestra tradiciones, nuestras luchas resistentes.

Algunas victoriosas que las tenemos y las tendremos como pueblo, sino nos sometemos a ser “gente” e “individuos”. Somos un destino común de Justicia social, Independencia económica y Soberanía política, si queremos rendir honores a nuestros Padres Fundadores: San Martín, Bolívar y Artigas, soldados de la Patria Grande.

“Seamos libres, lo demás no importa nada”
San Martín
“No somos el patio trasero de nadie”
Francisco
Braden o Perón
Patria o Colonia