La Argentina importa inflación por suba de precios de materias primas

Pablo Waisberg
Diario BAE

Incide sobre los productos internosLa inflación local no tendría relación con la demanda agregada ni con la política fiscal oficial, como sostienen algunos economistas. Es gatillada por cada movimiento ascendente de los principales productos que exporta la Argentina, insumos de gran parte de los alimentos destinados al mercado interno. Sobre esa base, la solución a esa relación, entre el precio interno de los alimentos y los precios internacionales de las materias primas, llegaría mediante la estimulación de “la producción de alimentos para el mercado interno a precios económicos”, según un trabajo elaborado por el economista Andrés Asiain.
“El incremento de los precios, impulsado por la inflación de precios de los alimentos y bebidas, se origina en el auge exportador de materias primas que vive el sector agrícola a partir del fuerte incremento de los precios internacionales de los principales productos de exportación. De esta manera, la contención del gasto, la emisión monetaria, la cobertura de la seguridad social y del alza de los salarios no atacará el corazón del proceso inflacionario y sólo serviría para generar una parálisis de la actividad económica ligada al mercado interno y una fenomenal concentración de los ingresos en una minoría social ligada al negocio agro-exportador”, señaló Asiain en el informe “Precios internacionales, alimentos e inflación”.
Desde 2003, los precios de los granos tuvieron crecimientos excepcionales. En el caso de la soja, el poroto pasó de u$s150 a tocar los u$s650 por tonelada en la última semana. En lo que va del año el precio de la oleaginosa acumula un salto que se acerca casi al 50% si se mide desde el piso de u$s432 anotado el 13 de enero.
En la misma línea ascendente, el maíz se ubicó la semana pasada en los a u$s327 y el trigo, que trepó más de 70% desde junio pasado, quedó en u$s325 por tonelada en el mercado de Chicago.
El documento, que se elaboró a partir de mediciones estadísticas provinciales, compara la evolución de los precios de la canasta básica desde 2006 hasta 2012. Allí se observa que la tasa de inflación general sigue la evolución de los precios del rubro alimentos y bebidas. La coincidencia entre el incremento del precio interno de los alimentos y bebidas y “el auge de los precios internacionales de las materias primas lleva inevitablemente a preguntarse si ambos fenómenos no se encuentran vinculados”, consideró Asiain.
“El hecho de que los precios de exportación de la soja, el trigo y el maíz los determinen en el mercado mundial en forma relativamente independiente de la evolución de los costos de producción locales, sugiere que son los precios internacionales los que impulsan, al menos en parte, la inflación interna en alimentos y bebidas”, consideró el economista de la Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche.
Ese impulso parcial está dado porque una parte de las materias primas que se exportan son utilizadas como insumos para gran parte de los alimentos destinados al mercado interno: el trigo y el maíz se utilizan para la elaboración de harina, fideos, polenta, engorde de pollos, entre otros.
Asiain concluye que la inflación en la Argentina “tiene como un elemento impulsor al auge del precio internacional de las materias primas” y señala que “la enorme rentabilidad que genera el negocio exportador de granos y oleaginosas tiende a encarecer la producción de alimentos para el mercado interno por el impacto directo del mayor costo de la soja, el trigo y el maíz, como también por el encarecimiento de los arriendos, servicios agropecuarios e insumos que genera”.
Sobre esa base destaca la decisión de Brasil de fomentar la agricultura familiar en pequeña escala para producir el 70% de los alimentos destinados a su mercado interno. Y subraya: “Una política de estabilización de precios que mantenga el crecimiento económico y la inclusión social debe estar orientada al sector agropecuario, estimulando la producción de alimentos para el mercado interno a precios económicos”.

Frutas y verduras, desplazadas por el negocio agroexportador

Los cultivos exportables no sólo transmiten el incremento de los precios internacionales, sino que “compiten por la tierra frente a la ganadería y otras producciones regionales como el arroz o el algodón”, indicó Andrés Asiain. Así, el precio de la hectárea evolucionó al ritmo de la rentabilidad del negocio agroexportador.
Otras producciones destinadas al mercado interno –hortalizas, frutas y verduras– que tradicionalmente se ubican en las afueras de la ciudad, sufrieron el incremento en los costos de los arriendos y fueron desplazadas lejos de los centros de consumo “por emprendimientos inmobiliarios, muchos de ellos financiados por el excedente económico del negocio agroexportador”, agregó. Esto elevó los costos de los fletes.