Gerchunoff; el desmemoriado

Por Jorge Iruzmendi *

Pablo Gerchunoff no se asomó a la política según relata La Nación como asesor de Alfonsín y De la Rúa, antes de eso, en la época de la juventud maravillosa visitaba las unidades básicas de la Juventud Peronista y las facultades de la mano del posteriormente asesinado por la dictadura militar en 1977 diputado nacional de la JP Leonardo Bettanin para explicar y elogiar la política económica peronista a partir de 1973 de la que ahora reniega.

A ese pasado, lo dejó atrás rápidamente cuando las condiciones políticas cambiaron y el terror comenzó a reinar de mano de la dictadura militar para ser un edulcorado economista y reaparecer transformado a partir de 1983.
Recomiendo leer la nota de Página 12 del año 2000 "La Argentina ahora tiene una estrategia de crecimiento viable" donde defiende el blindaje.
Comparar -como lo hizo en La Nación del domingo 15 de enero- los crecimientos económicos de Carlos y Néstor, como los llama, es juntar la biblia con el calefón, Primo Carnera con San Martín, como en Cambalache.
No son lo mismo, uno vuelve la economía argentina a su versión anterior a 1945, el otro recupera los principios del justicialismo para el siglo XXI, uno concentra y el otro distribuye, uno agrava el desempleo, el otro lo elimina como se reconoce en el mismo artículo que comentamos. Por otra parte, salir de un profundo pozo económico no es automático ni inevitable; seguramente si en 2002 se hubiesen seguido las recomendaciones del FMI, todavía estaríamos sumergidos en medio de la recesión, es lo que pasa en muchos países de Europa, por eso las políticas económicas y sociales son importantes y esto es lo que sabe el pueblo que reconoce cuando no lo están robando.
Esas políticas son las que hacen la diferencia: la acción del Estado atenúa y puede anular el ciclo, es lo que ocurrió en los países desarrollados en los 25 años de posguerra, la liberalización y desregulación de los mercados llevó a la existencia de marcados ciclos nuevamente.
Que se quede tranquilo el cuñado kirchnerista de Gerchunoff, la economía no está creciendo al 3 por ciento, en el período de crecimiento más largo de la historia económica argentina, lo está haciendo al 8–9 por ciento. En la década de los 90 nunca se alcanzaron las tasas de crecimiento de esta década ni el promedio, vaya a saber cómo Gerchunoff calculó ese "ciclo" y con qué precios, fue muy inferior al del 3 por ciento por año.
El contexto internacional favorable puede ayudar al crecimiento, pero muchas veces en la historia económica argentina ese contexto no se aprovechó. El ahora llamado "viento de cola" de los precios internacionales es similar al de los 90, los precios internacionales de las materias primas en términos reales eran quizás mayores en los años 90, pero no se aprovecharon y el campo se endeudó peligrosamente, recordemos que si se hubiese privatizado el Banco Nación se corría el peligro de que más de la mitad de la pampa húmeda hubiese pasado a manos extranjeras.
Lo que denomina "populismo liderado por las exportaciones" es en realidad un marco de política macroeconómica basado en políticas fiscales y monetarias responsables, una política adecuada de acumulación de reservas, acoplada a un proceso sin precedentes de desendeudamiento, que Gerchunoff no menciona, basado en los superávits de cuenta corriente y el impulso al crecimiento como un pilar básico de la capacidad de repago del país.
De esta manera se evitó el ciclo histórico del "stop and go", un patrón que llegó a agudizarse aún más durante la era de apertura a la globalización, ya que dependía de flujos crecientes de un volátil financiamiento externo que demostró ser insostenible.
La política actual estimuló el consumo doméstico como el incentivo principal a la inversión y a los aumentos de la oferta y cuando ocurrió la reciente crisis financiera internacional fue posible organizar una política contra-cíclica que no sólo resguardó la demanda doméstica, sino también sostuvo el nivel de empleo y protegió a los sectores más vulnerables de la población.
El crecimiento recuperó rápidamente en 2010 y 2011 sus niveles anteriores y como es normal en todos los procesos de alto dinamismo económico, tuvo lugar un reordenamiento y cambios en los precios relativos, en un marco en que la mayoría de los precios son inflexibles a la baja.
Lo que Gerchunoff confunde con la "fortuna demográfica: cada trabajador tiene que mantener hoy menos población pasiva menor de 14 años que en el pasado debido a la caída en la tasa de natalidad, y eso aumenta el ahorro" no es ni más ni menos que un componente central de la red de seguridad social de la Argentina, la "deuda interna" que el gobierno está resolviendo.
La Asignación Universal por Hijo, ahora extendido a las mujeres embarazadas y que beneficia a trabajadores en el sector informal, los desocupados, y a las trabajadoras de servicio doméstico que tienen hijos menores de 18 años de edad, y proporciona cobertura para 3.5 millones de niños vulnerables, así como el fortalecimiento del sistema de la Seguridad Social con una política de aumento constante de las pensiones y jubilaciones para asegurar el poder adquisitivo de las mismas y que ha aumentado su cobertura a 6.5 millones de beneficiarios mientras que el gasto social en pensiones non-contributivas también se ha aumentado considerablemente.
El plan de seguridad alimentaria ha mejorado la capacidad de subsistencia de más de 1.500.000 familias y la inversión en educación ha aumentado hasta ser el 6 por ciento del GDP, conforme a la ley de Educación.
Ya se han distribuido más de un millón de computadores dentro del programa para distribuir aproximadamente 3 millones de computadoras portátiles a los estudiantes de las escuelas secundarias.
Estas acciones son pasos fundamentales para impulsar una sociedad más inclusiva y profundizar la equidad distributiva como parte de las políticas dirigidas a asegurar que los resultados del crecimiento alcancen a la población entera, algo que no sucedía tampoco en la década de los 90.
Por eso es falso ese triple maná que, señala Gerchunoff, beneficia a este gobierno.

La renta agropecuaria no hubiera existido sin la política cambiaria llevada adelante por el gobierno ni las retenciones que él aprueba, el beneficio demográfico no es tal como se señaló más arriba y si bien la relación con Brasil es importante ese país no deja de tener saldo comercial positivo con la Argentina por lo que el beneficio de la relación en el crecimiento económico es mayor para ellos que para nosotros.

Por otra parte, si se compara el PBI de Argentina y Brasil en términos de PPA la relación no ha variado tanto como la señala Gerchunoff: en 1998 el PBI de Brasil era de 3,15 veces más grande que el nuestro y en 2010, con la caída de 1998-2001/2002 de por medio, era de 3,46 veces, distancia que se está acortando.

El cambio fundamental de la economía argentina que Gerchunoff no menciona es la subordinación de la economía a la política y a las decisiones de política que se ha dado con este gobierno y a la estrategia de desarrollo basada en la inversión y el consumo interno sin endeudamiento, en el "vivir con lo nuestro" y la creciente participación de las economías regionales a ser parte de la economía nacional en innovación tecnológica, industrialización y desarrollo de la infraestructura.

Finalmente, su visión de Perón hoy es la de la peor ciencia ficción, ya no sería un león herbívoro, como el viejo general se definió a sí mismo a su regreso del exilio para apaciguar el país; para Gerchunoff sería, al despojarlo de todas sus características y virtudes, solo un gatito mimoso, posiblemente una proyección de lo que espera ser para su vejez este perplejo economista.
*Periodista - Telam