Elisa Brown, la hija del Almirante, y Francisco Drummond

 El irlandés nacionalizado argentino Guillermo Brown compró un extenso terreno al sur de Buenos Aires y se instaló con su familia a partir de 1813 en una casona construida sobre la actual Avenida Martín García, entre las calles Ruy Díaz de Guzmán y Azara. La zona era campo abierto y comenzó a conocerse como “Casa Amarilla” por el color de la residencia de Brown, abarcaba 22 hectáreas aproximadamente, y estaba delimitada por las actuales calles Av. Martín García, Av. Almirante Brown, Wenceslao Villafañe e Irala.


La zona era conocida entonces como “el bañado de Barracas”  que se inundaba con cada sudestada. La construcción fue encargada al constructor escocés Matthew Reid, instalado en Buenos Aires en 1808, que rellenó gran parte del terreno para alzar la casona, dándole mas altitud y prestancia.

Su estilo era inglés, particularmente novedoso para la zona del barrio, donde estaban ubicadas numerosa quintas de las familias más adineradas de la elite porteña (a ambos lados de la Calle Larga actual Av. Montes de Oca).

La residencia contaba con dos plantas,  un pequeño pórtico soportado por  columnas a los lados y un gran balcón en su parte superior y un pequeño  “mirador” hacia el río de la Plata.

El frente de la propiedad tenía una verja de material combinada con rejas que la separaba de la calle de tierra y un camino blanco de conchillas que conducía a la importante entrada con pequeña escalinata, a ambos lados de ésta y  sobre pedestales, había dos cañones de artillería, que según cuentan algunos historiadores, le fueron ganados a Garibaldi, por lo que también se la conocía como “La quinta de los cañones”.

Toda la propiedad fue pintada de color ocre-colonial (muy usado en la época) por lo que también se la conoce como “Casa amarilla”.

La familia se instala en la “Cannon House” o Casa amarilla, su hija mayor Elisa era  su orgullo, la niña se fue compenetrando cada vez mas en sus asuntos de guerra y se convirtió en su fiel asistente personal, además se encargaba de las plantas y flores de la quinta con especial esmero, cosa que halagaba al almirante  y gozaba de los paseos con su hija por los jardines de la residencia.

La muchacha de 16 años, de fuerte personalidad con fina tez blanca y grandes ojos azules, era un diamante en los salones porteños de época.

Se enamoró del comandante mayor de la escuadra de su padre, el escocés Francis Drummond diez años mayor que ella.

Los jóvenes se comprometieron y  decidieron casarse el 27 de diciembre de 1827.

Drummond marchó a la guerra con la flota del almirante Brown. En el combate naval  de Monte Santiago, tras una sangrienta lucha es herido de muerte, en brazos de su amigo el comandante Juan Coe dijo sus ultimas palabras… “ la vista se me nubla, ya no veré más las montañas de Escocia, recibe mi reloj, para que se lo envíes a mi madre y este anillo de compromiso para mi amada Elisa,  dile  al almirante que muero como un hombre”…

Es el mismo Brown quien le da la noticia a Elisa y al entregarle el anillo nupcial, ella lo recibe sin derramar una sola lágrima, dicen algunos envuelta en una silenciosa demencia. En la tarde del 27 de diciembre, de ese fatídico año, Elisa se ahoga en el canal de las balizas, ante los gritos de su hermano menor Edward, cerca  de la quinta de Mateo Reid amigo personal y vecino de casa amarilla. Algunos dicen que vestía su traje de novia y el anillo que “Pancho” Drummond le enviara con su padre antes de morir, se internó en el río cuyos juncales llegaban hasta los fondos de la quinta.

El Almirante nunca pudo sobreponerse a la perdida de su querida hija. Guillermo Hudson escribe algunos años después …” la pena de Brown por la perdida de su hija es terrible, lo vi vestido de negro parado en la puerta de su casa, mirando perdidamente a la distancia, hacia el rio, me pareció un fantasma. La grandiosa quinta con sus sauces, sus álamos y sus dos cañones de Garibaldi adornando la puerta, forman parte del mas perfecto olvido” … 

A menos de un año de la muerte del Almirante Guillermo Brown, su esposa Elizabeth decide vender parte de la quinta, luego se lotea todo el solar y masa y picos derriban la casa amarilla que se alzaba victoriosa como Brown a contemplar la inmensidad de los canales que miran al Riachuelo!”…

En el solar que se ubicaba la propiedad, hoy avenida Martín García N° 584, se encuentra el banco Ciudad de Buenos Aires, al frente del edificio, como único y mudo testigo de su pasado, una placa de bronce  dice …” aquí vivió y murió el almirante Guillermo Brown” …

En 1857 la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires aprobó la Ley N° 147 que autorizaba al Poder Ejecutivo a otorgar la concesión de un ferrocarril desde la Ciudad de Buenos Aires hasta la Ensenada de Barragán. El Ferrocarril Boca, Barracas y Ensenada era una compañía de capitales británicos que construyó y operó una red de ferrocarriles de trocha ancha (1,676 m ), que inicialmente se conoció como Ferrocarril de La Boca, y unía la Ciudad de Buenos Aires y Ensenada en la margen derecha del Río de la Plata.

El ferrocarril inauguró sus servicios el 1 de septiembre de 1865, con una extensión de 5 km. Partía de la estación Central que estaba junto a la Casa Rosada, y avanzaba sobre la actual Avenida Paseo Colón, tomando luego la curva que todavía existe para entrar al predio de Casa Amarilla y cruzar el Riachuelo. En 1910 se clausuró este tramo, y sus pasajeros viajaban hacia y desde la Ciudad de Buenos Aires por Plaza Constitución.

El predio ferroviario de Casa Amarilla continuó operando como playa de carga y descarga de transporte de mercaderías. En 1923 la petrolera Shell inauguró en Casa Amarilla un depósito de combustible que recibía vagones-tanque desde Dock Sud.

En el año 1975 el capitán de navío Oscar Berzura y el contralmirante  Laurío Destefani pensaron que el mejor homenaje al prócer sería construir una replica de la casa de Brown, no sólo como recordatorio sino para que fuera la sede del Instituto Browniano y Departamento de Estudios Históricos Navales.

También funcionaron en ese predio una terminal de tranvías, y el Mercado de Papas y Cebollas de Casa Amarilla, que fue cerrado hacia fines de la década del setenta.

En 1981, Casa Amarilla pasó a ser un terreno de la Ciudad de Buenos Aires. En los noventas el intendente Carlos Grosso le cedió una parte de los terrenos al Club Boca Juniors y otra a Almagro Construcciones.​

Una réplica de la casa del Almirante Brown se construyó en terrenos aledaños al lugar originario y se inauguró el 22 de junio de 1983, en ocasión del 206° aniversario del nacimiento del héroe patrio.

Hoy solo queda de esta triste historia, un pequeño monolito en la plazoleta Elisa Brown, en la intersección de las calles Martín García, Ruiz Díaz de Guzmán, Defensa y Pi y Margall, como pálido homenaje municipal a su memoria.

Fuentes:

  • “Archivo Histórico de Barracas” de la Fundación Fraga escritos de Enrique Puccia
  • Carta de Juan Ramón Balcarce
  • “Buenos Aires 70 años atrás”  de José Antonio Wilde