El 1 de febrero de 1932 es fusilado Farabundo Marti

Por Guadi Calvo
publicado en Nacional y popular
publicado el 1 de febrero de 2012

Entre tantos efectos que provocó la depresión económica de los Estados Unidos de 1929, fue el arrastre estrepitoso de los precios del café. 

Busto de Farabundo Martí
El fenómeno dio de lleno contra la endeble economía salvadoreña, que dependía de la exportación de esa producción al mercado norteamericano y volvió todavía más crítica la situación de los campesinos del occidente del país centroamericano, zona donde se establecían las grandes fincas cafeteras.

Esa nueva realidad precipitaría el 2 de diciembre de 1931 la caída del gobierno corrupto del presidente Arturo Araujo, y la asunción, del general Maximiliano Hernández Martínez, quien se convertiría en el tirano de su país hasta ser derrocado en mayo de 1944.

Las bajas en las exportaciones y el fraude de comicios de enero del 1932 fueron el catalizador del estallido social que eclosionaría la noche del 22 de enero de ese mismo año. 

Miles de campesinos, en su mayoría de la etnia Nahuatl-Pipil, protagonizaron uno de los levantamientos más significativos de la historia latinoamericana, pero que en pocos días sería ahogado por las tropas de Hernández Martínez con una matanza que dejaría cerca de treinta mil muertos.

Como resultado de la brutal represión, por décadas los miembros de la etnia Pipil dejarán sus hábitos culturales, abandonarán su lengua y occidentalizarán su vestimenta, intentado ocultar su cultura, tributaria de la azteca. 

Ritos, comidas, fiestas fueron discretamente enmascarados a fuerza del terror. 

Por último, hasta el genocidio se mantuvo encubierto por décadas.

Aquella sublevación indígena había sido encabezada por los legendarios José Feliciano Ama, curaca de Izalco, y Agustín Farabundo Martí, fundador del partido comunista salvadoreño y coronel del ejército de Cesar Augusto Sandino.

Los primeros levantamientos se originaron en Juayua, Sonzacate, Nahuizalco e Izalco, tomando importantes fincas de la región, lo que provocó la exasperación de la oligarquía. 

Se cortaron carreteras, comunicaciones y fueron sitiados los cuartel de Sonsonate y Ahuachapan.

El movimiento duró poco más de 72 horas y por orden del dictador Hernández Martínez, el general Alfonso Marroquín y el coronel Tito Tomás Calvo con tropas de Chalatenango y San Miguel inician la represión que se extenderá durante meses.

El 31 de enero, un consejo de guerra presidido por el general Manuel Antonio Castañeda condenó a Agustín Farabundo Martí y a sus dos colaboradores Mario Zapata y Alfonso Luna Calderón, dirigentes estudiantiles, a ser fusilados en el Cementerio General de San Salvador, el primero de febrero de ese año.

Un par de días antes, el 28 de enero, el cadáver de Juan Feliciano Ama, linchado por una turba de ladinos (mestizos), fue solemnemente colgado frente a la iglesia de Izalco.

Hijo de un rico hacendado de Teotepeque, Farabundo Martí se había diferenciado muy tempranamente de su clase de origen y si bien inició estudios de leyes en la Universidad de El Salvador, los abandonó para dedicarse a la lucha revolucionaria.

Unos años antes de su nacimiento, las comunidades indígenas y campesinas habían sido despojadas de sus tierras por la naciente oligarquía cafetalera, con las leyes de 1881 y 1882. 

Luego, en los años 1903-1914, creció el negocio del café. 

Los grandes cafetaleros montaron las primeras fábricas industriales, quebrando a miles de artesanos que pasaron a ser obreros explotados en los nuevos negocios.

Entre 1918 y 1924 participó del proceso de fundación de varios sindicatos, además de acompañar la lucha revolucionaria de otros países: fue miembro de la Liga Antiimperialista de Las Américas, del Socorro Rojo Internacional y del Partido Comunista Mexicano. Fundador el Partido Comunista Centroamericano, combatió con Sandino en la guerra de liberación nicaragüense contra la invasión de Estados Unidos. 

Entre 1920 y 1932 fue encarcelado en nueve oportunidades, en El Salvador, Guatemala, Estados Unidos y México, donde había tomado parte de la Revolución. 

También fue expulsado cinco veces de diferentes países y fue el principal dirigente del Partido Comunista Salvadoreño, fundado en 1930.

Al formalizar su alianza en 1980, los distintos grupos revolucionarios de El Salvador decidieron tomar su nombre como emblema, fundando el "Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional", que a partir de los acuerdos de 1992 se reconvierte en partido político y desde 2009 gobierna su país.