Amadeo Sabattini, una semblanza

1945. Octubre 11.

El 11 de noviembre de 1935, en medio de la “década infame” del gobierno de Agustín Justo, la fórmula radical opositora de Amadeo Sabatini y Alejandro Gallardo es electa en Córdoba para el período 1936-1940.

Cuatro años después, al finalizar su gobernación, llevado en andas por el pueblo de Córdoba, volvió a Villa María, para dedicarse a su consultorio, a su silencio, y a sus meditaciones.

A partir de allí, rechazó 2 veces una diputación nacional y 2 veces una senaduría nacional. Más tarde no aceptará en 1945 la propuesta de Perón y de la Unión Democrática que le ofrecen, al mismo tiempo, la Vicepresidencia de la Nación.

En la entrevista con Perón, éste le ofrece la vicepresidencia y el manejo del aparato político del país. Sabattini le contesta:


El candidato a presidente debe ser radical, porque el radicalismo es la fuerza rectora del país. Nada de frentes populares. 

Estamos contra el 6 de septiembre de 1930, pero también contra el 4 de junio de 1943, y contra cualquier intervención militar.


También declina integrar la fórmula presidencial de la Unión Democrática que encabeza José Tamboríni. Por eso, cuando el 11 de Octubre de 1945 el General Avalos, tratando de pararlo a Perón, le ofrece la presidencia de facto y la designación del gabinete, no puede aceptar. Luego colabora lealmente con el partido radical en la campaña electoral que concluye el 24 de febrero de 1946, y dirá con ironía.

¡Si que estamos bien. Caminamos codo a codo con los que nos explotaron tantos años, nos metieron en la cárcel y nos balearon en Plaza Mercedes. Y por si fuera poco nuestro socio es Braden, el embajador norteamericano!

Y volvió definitivamente a su “cueva” de Villa María. Recibe políticos de todo el país, envuelto en una bata de baño, una vieja boina blanca de vasco y en pantuflas.

Su franciscana pobreza, su vida austera y frugal, encogía el corazón de aquellos que entraban a su casa de la calle Moreno. Entre cuatro paredes peladas, verificaban que a Sabattini no le interesaba el dinero, ni la figuración, ni el sensualismo del poder. Y por eso, la palabra “conducta”, era la que más salía de su boca. La vida de un radical, decía, es eso: conducta.

Cuando Perón después del 45, le enviaba mensajeros a San Ramón en Uruguay, donde estaba exilado, ofreciéndole entrar en alguna combinación con él, Don Amadeo contestaba invariablemente:

dígale al General que no tengo ambiciones, ni tengo precio.

Su intransigencia excluía todo matiz y, naturalmente, esa línea drástica limitaba el desarrollo de su política. Pero lo de él no era política, como en Irigoyen, era filosofía de vida, era conducta.

Es difícil entender a Sabattini si no se ha sido radical, porque es difícil explicarse la importancia de un personaje que no publicó libros, que casi no pronunció discursos, pero cuya presencia fue decisiva, aún después de sus renunciamientos, que muchos consideraron errores políticos, considerando que Sabattini fue un hombre que, cuando la Historia le brindó la posibilidad de cambiarla, prefirió cuerpearla.

La soledad creciente de su vida culminó un 29 de Febrero de 1960. Lo hallaron muerto con el rostro sereno y una mano sobre el pecho, como si estuviera jurando ante la posteridad.
Y de puro humilde que era nomás, se murió en año bisiesto, como para que sus amigos no tuvieran que recordarlo todos los años, sino a intervalos.

Un Gobernador Honrado

Las anécdotas de Amadeo Sabattini como gobernador honrado, son proverbiales. Se levantaba a las cinco de la mañana y recorría las oficinas públicas. Una vez encontró a un pariente suyo ocupando un cargo de planta y le solicitó que presente la renuncia.

”Mientras yo sea gobernador no puede haber dos Sabattini viviendo del presupuesto”. ¡Que lección para los gobernantes actuales! Almorzaba y cenaba como un monje. Un plato de sopa, dos papas hervidas y un café sin azúcar. El precio: sesenta centavos.

“Es lo que puedo permitirme, decía, soy un médico de campaña”.

Fuentes:

Extractado por Jorge Murillo de 1969. Horacio J. Guido en “Sabattini, el presidente que no fue”. Páginas 8 a 25. En el Nº 29 de la Revista “Todo es Historia” de Septiembre de 1969, dirigida por Félix Luna. y Rogelio Alaniz en “Amadeo Sabattini, el tano de Villa María”. Sección Periodismo y Opinión del 9 de junio del 2009. El Litoral.com