Guerra de la Triple Infamia. Batalla de Ytororó


Asociación Cultural Mandu'ara


El día 6 de diciembre pero del año 1868 se desarrolló la Batalla de Ytororó, la primera de las grandes batallas de la Campaña del Pikysyry, llamada "Dezembrada" por los brasileros, durante la Guerra de la Triple Alianza.

Ante el anuncio del desembarco en su retaguardia, Solano López, que había recibido un refuerzo de 6000 hombres, envió en la noche del 5 al 6 de diciembre su reserva móvil al mando del general Bernardino Caballero con la orden de ocupar el puente del Ytotoró con 6 batallones de infantería, 5 regimientos de caballería y 12 cañones, un total de 3600 hombres, a quienes se unió el coronel Germán Serrano con 1500 infantes.

Al sur de San Antonio (punto de desembarco brasileño), el arroyo Ytororó era entonces un arroyo de profundo cauce y rápido curso que atravesaba una zona de colinas recubiertas de bosques recorrido por el camino que unía San Antonio con Villeta y Lomas Valentinas. El puente, de veinte metros de largo y de cinco de ancho, en el centro de un valle de no más de medio kilómetro de longitud, era considerado el único punto por el cual el ejército podía marchar. El terreno accidentado podía prestarse a emboscadas. En forma de U con el río Paraguay en la base y con un único y estrecho camino conduciendo al puente era un punto de fácil defensa.

Tras marchar toda la noche, Caballero escondió a sus hombres en el bosque circundante y dispuso el grueso de sus tropas y la artillería ligera al mando del mayor Moreno en la orilla sur del arroyo Ytororó. La artillería ocuparía el centro del dispositivo, la caballería se desplegaría sobre los flancos al mando del Coronel Valois Rivarola y del Mayor Juan Lanson, mientras que el Batallón 23 de Infantería al mando del capitán José María Romero tras la caballería guardando el flanco izquierdo.

Pese a saber que el puente estaba ocupado y conocer las ventajas defensivas que ofrecía, Caxias resolvió atacar, y en la madrugada del 5 dio la orden de avance. La 5ª Brigada al mando del Coronel Fernando Machado de Sousa, integrante del 2do. Cuerpo de Ejército iniciaría la marcha, seguida del resto del 2do. Cuerpo (Argolo) y del 1ro. (Caxias). Avanzarían frontalmente mientras el general Osorio con 500 hombres de las tres armas era guiado por el baqueano Céspedes.

La 5ª Brigada (Machado) integraba junto a la 2ª Brigada de Infantería (Coronel Domingos Rodrigues Seixas) la 2ª División de Infantería, al mando del Coronel Salustiano Jerônimo dos Reis. Estaba compuesta de los Batallones 1º y 13º de Infantería y de los cuerpos 34º y 48º (Mayor Secundino Filafiano de Melo Tamborim) de "Voluntários da Pátria".
A primeras horas del día 6, la vanguardia al mando de Machado alcanzó el puente y vio "a los paraguayos que esperaban en la otra orilla, pero no a los que estaban en la parte que ocuparían los enemigos, escondidos en el bosque."
Sin aguardar a Osorio, o al menos a la 2ª Brigada de Infantería que seguía sus pasos, Fernando Machado "dio la señal de ataque. Un breve bombardeo y los soldados de infantería avanzaron, atravesaron el puente y se lanzaron sobre los cañones paraguayos. Estos abrieron el fuego de frente, por los flancos, por la espalda. Los brasileños cerraron filas; los que se habían adelantado demasiado hicieron por retroceder, encontrándose con los otros que continuaban avanzando; el que caía era pisoteado, muchos se tiraron al agua. Los paraguayos siguieron disparando; luego bajaron de las colinas y salieron del bosque cargando con los sables y las lanzas, persiguiendo un buen trecho a los brasileños de Argollo en fuga".

En efecto, el primer ataque liderado por el teniente coronel João Antônio de Oliveira Valporto y efectuado con cinco compañías del 1° batallón de línea, tras su éxito inicial, se vio obligado a retirarse en completo desorden. Fracasado el primer ataque, un segundo asalto al mando del comandante de la 5° brigada de infantería del coronel Fernando Machado de Sousa avanzó sobre el puente, apoyado por el fuego del 2° regimiento de artillería que respondía a las baterías paraguayas mientras dos picadas flanqueadoras empezaron a ser abiertas. El 34º y 48º de los Voluntários da Pátria se sumó a la lucha y consiguió ocupar el puente y apoderarse de 2 cañones, pero sólo un cuarto de hora después una sorpresiva carga de caballería comandada por Valois Rivarola permitió a los paraguayos recuperar la posición.

Machado encontró la muerte en el asalto, por lo que el tercer ataque fue liderado por el coronel Niederauer quien atravesó el puente con el 6° Grupo de Lanceros y flanqueado por batallones brasileros atacó las posiciones paraguayas y consiguió tomar cuatro cañones y hacerlas retroceder. Niederauer y sus hombres terminaron por replegarse en desorden luego de un encarnizado combate de 4 horas, en el que el puente del Ytororó fue tomado y retomado en tres oportunidades: "Era pleno día; el sol quemaba; desde su colina, Caxias veía a sus hombres convergir en fila, estrechándose, hacia el puente, pasarlo, desplegarse en la otra orilla y encontrarse en una polvareda atravesada por disparos, gritos y descargas de fusilería, con otros grupos de hombres, y retroceder atropellando las filas de los que seguían avanzando desde el puente. En dos horas la escena se había repetido tres veces. Tres veces los brasileños habían atravesado el puente de Ytororó, tres veces habían sido rechazados".
El combate, sin embargo, seguía cada vez más encarnizado: el sable, la bayoneta y los cañones funcionaban con una actividad espantosa. Las armas de fuego conmovían la atmósfera con sus ruidosos estampidos, el suelo estaba cubierto de cadáveres y heridos revolcándose estos últimos en arenas y fangos, ¡dando gritos lastimosos de dolor y de desesperación! Y tal era el ardor de la lucha, que no daba tiempo para retirarlos del campo, de modo que eran pisoteados por la caballería, que avanzaba y retrocedía matando y muriendo, cayéndose sobre ellos, muertos o heridos, caballos y jinetes, en caótica y sangrienta confusión.

En esta circunstancia, Caxías, visiblemente inquieto al ver que habían transcurrido 4 horas de combate en que sus gruesos batallones han sido constantemente rechazados, y que Osorio, de cuya cooperación dependía su éxito, no hacía su aparición a la derecha de la columna de Caballero, se decide a tentar un esfuerzo supremo a fin de concluir y salir de una vez de aquella ansiedad mortificante. Desvanecida la esperanza en el movimiento envolvente de Osorio, no le quedaba otra para decidir el éxito que el empuje de las espesas masas de las divisiones del 1º y 2º cuerpo, ya que la vanguardia ha sido impotente para alcanzar el resultado que se proponía.
Los brasileños empeñaron 12.000 hombres en el combate, mientras que las fuerzas defensoras paraguayas eran 3 veces menos en número (unas 4.000), lo que finalmente inclinó la balanza a favor de los brasileños. La ventaja numérica se tornaba aún más crítica ante el anuncio de la próxima llegada de Osorio, por lo que Bernardino Caballero optó por retirarse hacia Villeta con los hombres y los cañones que le quedaban.

La sangrienta Batalla de Ytororó ha sido llamada "Las Termópilas paraguayas". Los brasileros sufrieron según las cifras oficiales 285 muertos (45 oficiales), 1356 heridos (790 oficiales), 128 contusos (2 oficiales), 95 desaparecidos, un total de 1864 bajas. Las cifras paraguayas daban por su parte 1116 bajas, 13 oficiales y 317 soldados muertos, 29 oficiales y 757 soldados heridos.

FUENTES: "El libro de los héroes" de Juan E. O'Leary / "Memorias o Reminiscencias de la Guerra del Paraguay" de Juan Crisóstomo Centurión / "La Guerra de la Triple Alianza" de Thomas Wigham" / "Annaes do Senado Brazileiro, Volumen 5, 1869" / "Diccionario das batalhas brasileiras" de Hernâni Donato / "Recuerdos de la guerra del Paraguay" de José Ignacio Garmendia / "Guerra del Paraguay" de Ramón José Cárcano / "La Guerra del Paraguay" de Miguel Ángel de Marco / "La Guerra del Paraguay (1865-1870)" de Juan Beverina / Recopilación: Eduardo Nakayama, Asociación Cultural Mandu'arã