20 de diciembre de 1989. Invasión imperialista de Estados Unidos a Panamá

PIA Noticias 
publicado el 20 de diciembre de 2013

En un feroz ataque imperialista, en diciembre de 1989, el Gobierno de Estados Unidos invadió Panamá con el argumento de derrocar al General Manuel Antonio Noriega para así garantizar el dominio político y económico de la región. Los Batallones de la Dignidad encarnaron la resistencia en defensa de la soberanía nacional, mientras miles de soldados estadounidenses formaron parte de la impunemente autodenominada “Operación Causa Justa” que asesinó a más de 5 mil panameños.
 Fueron desplegados 26 mil efectivos de unidades de elite que se sumaron a los más de 10 soldados que se encontraban en las bases imperialistas en territorio de Panamá. La justificación del Gobierno de EEUU liderado por George H. W. Bush para el ataque a la soberanía panameña del 20 de diciembre de 1989, fue el resguardo de la democracia y de los derechos constitucionales que alegaban estaban en juego por Noriega, a quien también acusaron de narcotraficante.


El barrio del Chorrillo fue destruido casi en su totalidad por las sofisticadas armas y equipos bélicos de EEUU- con la participación de la sangrienta 82 División Aerotransportada-. El General logró refugiarse, pero el 3 de enero del año siguiente se entregó a los invasores. Una de las maniobras del imperialismo, fue lograr manipular el ataque a través de los medios de comunicación cómplices para difundirlo como una victoria ante un “peligroso enemigo”.
La invasión fue una muestra más del derramamiento de sangre del que era capaz el Gobierno de Estados Unidos en sus intentos por mantener el control territorial, político y económico – y la integridad de los Tratados sobre el Canal-. El avasallamiento a la soberanía de Panamá ya tenía fuertes réplicas en la instalación de una red de bases militares en la región, que servían como puntos estratégicos para las embestidas contra los movimientos revolucionarios de El Salvador, Honduras y Guatemala.
Resistencia por la Dignidad
El pueblo de Panamá se organizó para defender la soberanía nacional y denunciar la intervención extranjera.Los Batallones de la Dignidad panameños fue una unidad de elite que opuso resistencia a la invasión de las fuerzas de Estados Unidos frente a la destrucción de centenares de objetivos militares y civiles y al asesinato de miles de personas.
“Cientos y cientos de panameños ofrendaron sus vidas, no por defender a un hombre, sino por defender la integridad territorial del Estado; no por defender a un hombre, sino por defender la independencia Nacional; no por defender a un hombre, sino por defender un ideal”, sostuvo Benjamín Colamarco Patiño, comandante de los Batallones durante su defensa ante un tribunal respaldado por un gobierno pro imperialistas en el año 1993.
En su exposición, ratificó las denuncias contra el imperialismo estadounidense que supo traducir sus intereses en nefastas doctrinas contra Panamá y todos los pueblos nuestroamericanos: Destino Manifiesto, Doctrina Monroe y Política del Gran Garrote.
“La invasión fue el corolario de un plan de intervención urdido en Washington, puesto en ejecución desde 1981, pero desarrollado con mayor énfasis a partir de 1987, cuando deciden incrementar toda una escalda injerencista y una campaña de agresión política, psicológica, económica, y militar, en contra de nuestro país, con el propósito de lograr la materialización de sus particulares intereses y de sus objetivos geo-estratégicos y políticos”, enfatizó Colamarco Patiño.
Colonización siglo XXI
“También hubo quienes, por otro lado, les sirvieron a los intereses de Washington e incluso, quienes, aun peores, los llamaron para que intervinieran”, agregó en su defensa el militante de los Batallones de la Dignidad. Sentencia que veinticuatro años después de la invasión se encarna en la entrega servil de gobiernos aliados a los intereses imperialistas.
El presidente Ricardo Martinelli perpetúa la dominación y acordó en diversas oportunidades con el Gobierno de EEUU para permitir la instalación de bases militares en territorio panameño. “Las bases militares convertirán a Panamá entero en una zona colonial, y significan una virtual anexión como la de Colombia, y la continuidad de una ocupación que comienza a extenderse cada vez más, desde que el Plan Mérida impuesto en México, convirtió al Río Bravo en el comienzo del nuevo trazado del proyecto geoestratégico de recolonización que es el Plan Colombia”, advertía la periodista Stella Calloni en el año 2009.