El Reino Unido no sabe si dejar la Comunidad Económica Europea

Marcelo Justo
Pagina12

La crisis en la Eurozona ha desenterrado el siempre latente euroescepticismo británico. Los sectores conservadores presionan al premier Cameron para que convoque a un plebiscito sobre el tema.

La canciller alemana Angela Merkel y el
premier británico David Cameron en Bruselas.

A días de que se cumplan cuarenta años del ingreso del Reino Unido a la Comunidad Económica Europea, la relación de los británicos con Europa se parece cada vez más a la canción de Clash, “Should I stay or should I go?” (¿Debo quedarme o me voy?). En una encuesta publicada ayer por el matutino The Guardian, un 51 por ciento se inclinó por el “should I go”. En 2001 era al revés: un 68 por ciento se inclinaba por el “I should stay”. Ahora que la tortilla de la opinión pública parece estar dándose vuelta, la pregunta es a dónde “should they go”.

La crisis en la Eurozona ha desenterrado el siempre latente euroescepticismo británico expresado magníficamente por un titular de la preguerra: “Densa neblina. Europa quedó aislada”. Los sectores euroescépticos conservadores, que están presionando al primer ministro David Cameron para que convoque a un referéndum sobre el tema, tienen ahora el respaldo contundente de los números. La encuesta muestra que un 36 por ciento votaría “definitivamente por abandonar la UE” y un 15 también se inclinaría “muy probablemente” por la salida, mientras que sólo un 22 por ciento quiere quedarse y un 18 por ciento votaría “probablemente” por la permanencia. Para delicia de los euroescépticos, estos porcentajes reflejan claramente una tendencia. En octubre del año pasado, los porcentajes eran 49 por ciento a favor de dejar la UE y 40 por ciento que deseaba quedarse.
El tema europeo no sólo divide a los conservadores: abre un abismo entre éstos y sus socios en la coalición, los liberal demócratas. En una entrevista publicada en primera plana del The Guardian, el viceprimer ministro, el liberal demócrata Nick Clegg, lanzó una clara advertencia a los conservadores. “Lo que tenemos que hacer es concentrarnos en la crisis económica, cooperar activamente con la Eurozona para apagar el incendio y salir de la actual emergencia. No podemos quedarnos al margen de lo que sucede en Europa”, señaló Clegg. Los liberal-demócratas son tradicionalmente los más europeístas del arco político británico y tienen un poco más controlados las viejas añoranzas imperiales que tanto desvelan y confunden el razonamiento de sus socios conservadores.
En los próximos días el primer ministro Cameron va a pronunciar un muy esperado discurso sobre Europa que debería definir la posición de los conservadores al respecto. El consenso entre los analistas es que el discurso, comidilla política de los últimos dos meses, prometerá un referendo y la repatriación de ciertas potestades (en especial en temas financieros y laborales) si hay un sustancial cambio del Tratado de Lisboa, que rige el funcionamiento de la UE, para apuntalar al euro.
Cameron está luchando no sólo con sus euroescépticos sino con la creciente popularidad del antieuropeo UKIP, que se ha convertido en un depositario del voto protesta en elecciones locales o de renovación de escaños. En la encuesta de The Guardian, el UKIP mantenía por segundo mes consecutivo un apoyo del 7 por ciento del electorado, en su inmensa mayoría robados al Partido Conservador y su pobre manejo de la situación económica. Este drenaje de votos ha envalentonado a los euroescépticos conservadores, que hoy quieren reformular la relación con Europa y acercarla a la que tiene Suiza, en la que se preserva el derecho a gozar del mercado común, pero se mantiene una relativa autonomía respecto del presupuesto o las regulaciones europeas. En resumen, que los euroescépticos creen que el “should I stay or should I go?” puede convertirse en “I should stay and go”. ¿Para qué? Para desregular más el mercado laboral y el financiero y soñar que todavía son un imperio que puede mantener una olímpica distancia de Europa.
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Matrimonio igualitario

David Cameron fue advertido de que su apoyo al matrimonio igualitario está dividiendo a los conservadores y que él ha subestimado la fuerte oposición de su propio partido al asunto. Una encuesta para The Independent de más de 2500 miembros del partido conservador puso en evidencia que una enorme mayoría rechazaba sus argumentos para legalizar el matrimonio igualitario. Los resultados llegaron en medio de renovadas especulaciones entre algunos miembros tories (conservadores) del Parlamento de que Cameron podría enfrentarse a un desafío de liderazgo antes de las próximas elecciones generales. Sus críticos temen que el Partido UK Independence explotará la oposición al matrimonio igualitario entre los partidarios conservadores naturales. “El matrimonio igualitario es una mezcla tóxica”, dijo un miembro del parlamento tory. Aunque la postura de Cameron entre la gente gay ha mejorado, de acuerdo con otra encuesta esta semana, a los miembros tories no los impresiona. El 64 por ciento de ellos cree que el casamiento entre personas del mismo sexo es innecesario porque ya pueden optar por sociedades de parejas civiles.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/subnotas/210746-61753-2012-12-28.html