Malvinas, siempre Malvinas (III)

El MERCOSUR y la reivindicación argentina
>Por Victoria Castiglia *

La última cumbre del Mercosur decidió que los países miembros impedirán recalar en sus puertos a buques bajo bandera de las Islas Malvinas.
En 1982, la dictadura militar de Argentina enfrentó en el Atlántico Sur al Reino Unido, una de las más grandes potencias mundiales en un intento desesperado por sostener su presencia de facto en la Casa Rosada.

La Guerra por las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur comenzó en abril y finalizó en junio, con la derrota Argentina y un saldo de cientos de muertos.

Treinta años después, con la dictadura militar como un capítulo oscuro en la historia, y reivindicando día a día el sistema democrático, la Argentina mantiene año a año los reclamos internacionales sobre su territorio irredento. Si bravatas ni amenazas, pero con firmeza y convicción demoledoras, la Presidenta Cristina Fernández insiste en asegurar que el conflicto por las Islas “no es una causa argentina, sino una causa global”. Y sin cesar, no se cansa de pedir “diálogo” al Reino Unido en cuanto foro de la Tierra participa.

Esta vez fue en la última Cumbre del Mercosur, en donde los países miembros acordaron que no permitirán que las embarcaciones con la bandera de las Islas Malvinas anclen en sus puertos. "Se ha puesto de acuerdo en una decisión que hace a la bandera de las Malvinas, en el sentido de que ésta no deba recalar en puertos del Mercosur y, de acontecer ello en algún caso, no sea aceptada en otro puerto del Mercosur", sostuvo el presidente uruguayo, José Mujica al cederle la presidencia pro témpore del Mercorsur a Cristina Fernández.

En su discurso Fernández dijo:"Quiero agradecerles a todos su inmensa solidaridad con Malvinas, pero sepan que cuando están firmando algo sobre Malvinas a favor de la Argentina lo están haciendo también en defensa propia". Se refirió al Reino Unido como el país que "no respeta ni una sola resolución” de los organismos internacionales para dialogar con la Argentina y argumentó: "No vengan con excusas de la dictadura, porque los que hablaban con los dictadores eran ellos no nosotros".

La presidenta argentina tampoco ahorró críticas para con el sistema internacional: " Se la pasan diciendo que debemos ser respetuoso de las Naciones Unidas, salvo cuando los que violan las disposiciones de las Naciones Unidas se sientan en el Consejo de Seguridad. Si estas sentado en el Consejo de Seguridad con silla permanente podés violar todos los derechos humanos sin ningún problema y nadie te va a reclamar nada", ironizó la Presidenta.

Por su parte Inglaterra comenzó a mostrarse preocupada por la decisión del Mercosur. El gobierno británico consideró "preocupante" e “injustificado" el bloqueo a los buques.

En ese sentido un comunicado dado a conocer por el portavoz del Foreing Office manifestó que "Estamos muy preocupados por este último intento de Argentina de aislar a los habitantes de las Malvinas y dañar su modo de vida, para lo que no hay justificación”.

El comunicado también aludió al principio de autodeterminación de los pueblos, “Nadie debería poner en duda nuestra determinación de proteger el derecho de los isleños de las Malvinas a determinar su propio futuro político", y agrega que “las embarcaciones que hayan sido rechazadas en algún puerto de la región evitarán solicitar el ingreso a otros puertos de los demás Estados parte del Mercosur y Estados asociados mientras sean portadoras de la bandera de las Islas Malvinas".

Así el comunicado se mantuvo en sintonía con las declaraciones de Premier David Cameron quien -en un mensaje transmitido por radio a las Islas Malvinas- sostuvo que “Siempre vamos a mantener nuestro compromiso sobre cualquier cuestión de la soberanía. La base de nuestra política es el derecho de ustedes a la autodeterminación".

Por otra parte, el presidente de la Cámara de Comercio de las Malvinas, Roger Spink, denunció ante la BBC que el archipiélago y su población de aproximadamente 3 mil habitantes se sentían cada vez más bloqueados y abandonados por el Reino Unido y comparó su situación con otras regiones de la tierra en un intento de comparación geopolítica: "Si fuéramos Palestina, la Unión Europea estaría indignada", dijo.

Sin embargo el Primer Ministro Cameron fue contundente al declarar que "nunca negociará sobre la soberanía si no lo desean los habitantes del archipiélago.”

Además, Cameron no pudo disimular su malestar con la Casa Rosada ante lo que considera una actitud “inaceptable” de insistir en el reclamo internacional.

*Agencia Periodística de América del Sur