Futbol: cuando Peru humillo a la Alemania Nazi

Cuando el fútbol peruano enfureció y humilló a Hitler

Por Vicky Peláez
para Sputnik (Rusia)
Publicado el 2 de mayo de 2018

Ese 8 de agosto agosto, la selección peruana compuesta por mestizos quechuas, mulatos y negros le hicieron morder el polvo de la humillación en su propio país al mismísimo Adolfo Hitler quien regó de sangre el mundo propugnando la superioridad de la raza aria.

Gracias al fútbol, un país pequeño puede ser grande (Roger Milla, futbolista camerunés).

El deporte y especialmente el fútbol, considerado el más popular del mundo, tiene un inmenso poder en geopolítica y en realidad constituye otro campo de batalla por el dominio del planeta. Adolf Hitler organizó a instancias de su ministro de Propaganda, Joseph Goebbels los Juegos Olímpicos de Verano 1936 en Berlín para mostrar la superioridad del 'hombre ario' y del sistema nazi, ordenando al mismo tiempo a los medios de comunicación hacer para que "el criterio racial pasara completamente inadvertido en la información". Sin embargo, nunca le pasó por la cabeza que el equipo de fútbol de Alemania fuera eliminado y que la selección del país donde nació, Austria sería derrotada por Perú, un país tan insignificante para Hitler quien planificaba que aquella nación de 'morochos incas' iba a ser absorbida por Chile y Argentina después de que Alemania se apoderase de Suramérica.

La vida da sorpresas y así la selección peruana, que venía de ganarle el día anterior por 7 a 3 a Finlandia, donde se destacaba El Rodillo Negro, apodo de la delantera negra goleadora formada por José María Lavalle, Adolfo 'Bólido' Magallanes, Teodoro 'Lolo' Fernández (el más grande goleador de la historia futbolística peruana), Alejandro 'Manguera' Villanueva y José 'Cholo' Morales, hizo lo que parecía imposible para el régimen nazi, ganarle por  4 a 2 a Austria a pesar de que el árbitro, Thoralf Kristiansen para no disgustar al führer anuló tres goles peruanos.


Los peruanos sueñan con recuperar algún día la filmación de aquel épico encuentro donde Hitler estaba observando el partido desde el palco y acompañado por los tenebrosos Joseph Goebbels, Herman Göring, Rudolf Hess y Martin Borman en un sitial de privilegio del estadio Hertha-BSC-Platz de Berlín y, dicen las crónicas de entonces que se veía su no disimulado descontento y que mostraba su cara contrariada  con los ojos que se le saltaban.

Según los testigos y las declaraciones posteriores de los participantes peruanos, los futbolistas 'incas' tuvieron que asimilar la brutalidad de sus rivales desde el comienzo del encuentro, así como la imparcialidad demasiado evidente del árbitro Kristiansen que apoyó abiertamente al equipo austríaco. Los rivales de los peruanos jugaron recio y brutal usando manos y piernas, de tal manera que Jorge 'Campolo' Alcalde fue privado del conocimiento por un golpe alemán. Al finalizar el segundo tiempo con el marcador 2 a 2, Juanito Delgado quedó tendido en el suelo y 'Lolo' Fernández tenía hemorragia nasal.

Tal fue la situación que antes de iniciarse el tiempo complementario, el presidente de la delegación rojiblanca, Claudio Martínez aconsejó a su equipo "repeler de la misma forma que lo estaban haciendo los jugadores de Austria" y el entrenador peruano Alberto Denegri exhortó a los futbolistas a jugar de tal forma que pronunció: "Si quieren fútbol, fútbol tendrán; si quieren masacre, masacre tendrán; si quieren golpes, golpes tendrán. Los peruanos somos tan hombres como los hombres en cualquier país". Y los rojiblancos respondieron y ganaron por 4 a 2, pero hubo un reclamo de Austria indicando que en el segundo tiempo extra los aficionados peruanos habían invadido el campo de juego e impidieron a jugar a los austríacos.

Los dirigentes de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación) y el COI Comité Olímpico Internacional convocaron esa misma noche a un tribunal de la FIFA integrado exclusivamente por los europeos, los que dictaminaron anular el partido y ordenaron un nuevo encuentro entre Austria y Perú que debía jugarse nuevamente dos días después y sin público. Aquella decisión indudablemente tendía a favorecer al equipo perdedor. Ante esta situación el presidente de la delegación, Claudio Martínez consultó con las autoridades peruanas y con el presidente de la república, general Oscar R. Benavides quien ordenó el retiro inmediato de la delegación de los Juegos Olímpicos para no consagrar una injusticia.

En señal de protesta contra estas acciones de la FIFA y del COI, la delegación colombiana también abandonó Alemania. Las selecciones de Argentina, Chile, Uruguay y México expresaron su solidaridad con Perú. De no haber sido anulado el encuentro con Austria, Perú debía jugar el tercer partido contra Polonia y una victoria le hubiera abierto el camino a las finales y tal vez al triunfo, algo que los europeos miraban con recelo e inquietud debido a la gran impresión que dejó el equipo peruano en su primera actuación con Finlandia.

Aquella hazaña de la selección peruana en Berlín se convirtió con el pasar del tiempo en una leyenda que ha tenido también detractores comenzando con el árbitro noruego Thoralf Kristiansen que "sancionaba a cada rato los 'fauls' peruanos y ninguno de los austríacos. Inclusive cobraba tiros libres a favor de Austria ante las protestas peruanas". Después resultó que el árbitro fue amenazado por uno de los asistentes del ministro de Propaganda, Goebbels quien ya entonces organizó entre los medios que se propagara la versión indicando que una "reducida invasión de los hinchas peruanos con un revólver, palos y bastones de metal que habían maltratado a los austríacos y les habían impedido a jugar".

El escritor peruano, Luis Arias Schreiber también intentó derrumbar el mito de la selección rojiblanca en su libro 'Ese gol existe'. Según Schreiber, la selección austríaca era amateur y de menor calidad que el equipo de Austria Wunderteam. Lo que no tomaba en cuenta este autor fue que los equipos, de acuerdo a las reglas del COI tenían que ser amateurs. La selección peruana tampoco era profesional. También afirmó, utilizando la información del periódico inglés, Daily Sketch que fueron "mil peruanos los que armados de fierros, cuchillos y revólveres invadieron el campo de juego en pleno partido, agredieron a tres jugadores austríacos y dejaron al equipo de Austria con ocho jugadores. La versión oficial alemana, que usó este escritor peruano, afirmaba también que "se produjeron hechos que impidieron el desarrollo normal del partido…Fue imposible impedir que los espectadores entraran al terreno de juego".

Para los estudiosos de la Alemania nazi, es realmente difícil creer que las fuerzas de seguridad como la SS y la Gestapo hubieran permitido entrar libremente al estadio, repleto de espectadores donde se encontraba la cúpula del Gobierno presidida por el mismísimo führer, a mil peruanos 'morochos incas', "armados de revólveres, barras de metal y cuchillos" y que eran vistos despectivamente por los alemanes. Decir que "Hitler era imparcial" en estas olimpiadas es desconocer totalmente la historia y al fascismo y la mentalidad irracional del canciller de Alemania quien también se negó a entregar personalmente ninguna de las cuatro medallas de oro que el afroamericano Jesse Owens había ganado, es más, sin poder ocultar  su disgusto Hitler había abandonado el estadio.

Después de la llegada de Hitler al poder en 1933, se establecieron inmediatamente en Alemania los campos de concentración para los judíos y los rumanos. Más de 800 de los últimos fueron arrestados en vísperas de los Juegos Olímpicos. Precisamente en este período, Alemania empezó a prepararse para la guerra y en marzo de 1936 Hitler ordenó a sus tropas ocupar la Renania, una región colindante con las fronteras orientales francesas.

En el deporte alemán se impuso el racismo en 1933 y se prohibió participar en las actividades deportivas a los alemanes que no eran de raza 'aria'. Los líderes del Comité Olímpico y de la FIFA lo sabían perfectamente e inclusive apoyaban el racismo alemán. Entre los casos más resaltantes fue la prohibición de participar a la famosa atleta judía alemana Gretel Bergman. El presidente del COI, Pierre de Coubertin subrayó en uno de sus discursos que "los Juegos Olímpicos fueron iluminados por la fuerza y disciplina de Hitler… que era uno de los más grandes constructores del mundo moderno".

También Pierre de Coubertin apoyó la idea de Hitler de celebrar los próximos Juegos Olímpicos en 1940 en Japón y después designar a Alemania como la sede permanente de los Juegos Olímpicos Internacionales. Según Coubertin, "los alemanes tienen completa comprensión del poder cultural de la idea olímpica y por eso conquistaron mi corazón… siendo Hitler uno de los más creativos espíritus de nuestra época". El führer supo apreciar este gesto y los aportes del barón al fortalecimiento de la imagen positiva de la Alemania nazi y así autorizó el envío de un cheque por 10.000 marcos alemanes que "Coubertin aceptó con gran placer y gratitud". También el Gobierno alemán presionó a los Comités Olímpicos de Noruega y Francia para que aportaran a la Fundación Pierre-de-Coubertin 5.000 reich marks cada uno.

Solamente pensar que el equipo de fútbol de un pequeño país latinoamericano, como Perú tuviera el coraje de enfrentarse con dignidad no solamente a la selección austríaca apoyada por Hitler sino a todo su sistema nazi, produce admiración y al mismo tiempo un escalofrío al enterarse uno de las atrocidades que cometieron los tres millones de tropas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. Los peruanos Juan Valdivieso, Arturo Fernández, Víctor Lavalle, Carlos Tovar, Segundo 'Titina' Castillo, Orestes Jordán, Adelfo Magallanes, Jorge 'Campolo' Alcalde, Teodoro 'Lolo' Fernández, Alejandro 'Manguera' Villanueva y José Morales no se aminoraron y desafiaron no solamente a los austríacos sino al Estado nazi y a su fuhrer. Este atrevimiento convirtió a los  rojiblancos en héroes mitológicos que nadie tiene derecho  a destruir.

El escritor uruguayo Eduardo Galeano, gran amante del fútbol, al conocer esta historia dejó un mensaje que hace pensar mucho: "Puede parecer una pequeña historia pero creo tiene mucho que ver con las diversas dimensiones que tiene el fútbol, que es a veces una fuente de dignidad colectiva. Esto tendría que enseñarse en las escuelas: Saben una cosa, niños, nosotros pertenecemos a un país que humilló a Hitler. ¿No sería lindo empezar una clase así?".


***************

Fútbol: a 80 años del día en que Perú humilló a Hitler

Por Emanuel Caylá
para La Izquierda diario
Publicado el 13 de agosto de 2016

Berlín fue sede de los Juegos Olímpicos de 1936, donde Perú vapuleó nada más ni nada menos que al país natal del Führer, Austria. Después, el Comité Olímpico internacional canceló el partido y los humildes tuvieron que retirarse.

En el torneo participaron 16 equipos nacionales donde se disputó una eliminatoria entre las 16 selecciones, es decir, sin fase de grupo y comenzando desde los octavos de final.

El equipo Italiano se consagró campeón por primera vez tras ganarle la final a Austria 2 a 1. ¿Alemania? Termino sexto y fue una caída mínima para Hitler que ansiaba el poder de Alemania y pensaba que el deporte podía ser uno de los ámbitos donde desarrollare.

Se acercaba la Segunda Guerra Mundial. “Una historia que tiene que ver con la dignidad”, dijo Eduardo Galeano en una entrevista.

Galeano, el amante del balón pie, se sorprendió al enterarse de esta historia tan particular y decidió colocarla en su libro Espejos, una historia casi universal. Lo anuncio así en un programa periodístico de la TV Uruguaya, mientras la selección Charrúa daba catedra en el mundial de futbol 2010 disputado en Sudáfrica: “En los Juegos Olímpicos del 36, que fueron organizados por Hitler en Berlín para demostrar la superioridad de la raza aria, él estaba frente al palco, en un sitial de privilegio en el Estadio de Múnich, asistiendo al partido entre Perú y Austria, su tierra natal [...] Perú ganó 4 a 2, a pesar de que el árbitro -para evitarle disgustos al "Führer"- anuló tres goles peruanos. Imagínate cómo le cayó a Hitler eso [...] Esa misma noche los dirigentes se reunieron y anularon el partido. Entonces, la delegación peruana, en un ejemplo de dignidad, se retiró de los Juegos Olímpicos.”.

En la década del treinta la selección peruana participó del primer Mundial disputado en Uruguay, y ganó una Copa América como local en Lima en 1939. Para Galeano en ese plantel se destacaba “El Rodillo Negro”, apodo de la delantera negra goleadora integrada por José María Lavalle, Adelfo Magallanes, Lolo Fernández, Alejandro Villanueva y José Cholo Morales. Sumada esta hazaña descripta por Eduardo Galeano, el pueblo peruano se conmocionó e hizo valer su orgullo por esa gran generación del 30.

Luego surgiría una polémica ya que en una indagación realizada por Luis Carlos Arias Schreiber (Periodista de la revista Don Balón Perú), se destaca que el partido fue anulado por una entrada de hinchas peruanos al terreno de juego, que golpearon a jugadores austríacos y, para colmo, los dirigentes peruanos llegaron tarde a una reunión a la cual habían sido citados para ofrecer su descargo. Se decidió anular el partido jugado y que se repitiera a puertas cerradas, ya que supuestamente se había impedido su desarrollo normal. En fin, la defensa peruana nunca fue escuchada, y el Comité Olímpico con la FIFA jugaron a favor de los europeos.

Lo más extraño de esta investigación, donde el primer mundo goza de documentación escrita (periódicos londinenses), es que los simpatizantes peruanos hayan podido rebelarse tan libremente en un lugar donde los consideraban inferiores y donde se ve complicada la rebelión frente a todo ese aparato que ya sabemos cómo puede reaccionar. Por otro lado, la denuncia austríaca indica que las provocaciones por parte de los sudamericanos se produjeron entre el final del partido y el inicio del suplementario, en éste Perú hizo los dos goles de la victoria… ¿Por qué Austria no se quejó en el momento de las agresiones?

El Comité Olímpico Internacional dio lugar a las broncas austríacas. Se acordó una reunión para las 9 de la mañana del día siguiente y según el documento oficial de los vencedores, los dirigentes peruanos llegaron recién a las 11 hs, cuando la función ya se había levantado. Sin escuchar la versión de los peruanos, se decretó la repetición del encuentro para el lunes 10 de agosto. Para evitar ese atropello, Perú se retiró de la competición, a pedido de su gobierno militar, a cargo del general Oscar Benavides. Y Austria accedió a las semifinales.

A pesar de la humillación que habían sufrido en el campo de juego el país natal de Hitler ya en Semifinales venció 3-1 a Polonia. En la final por el primer puesto, Italia le ganó 2-1 en tiempo suplementario y se consagró campeón. Benito Mussolini y Hitler, sin ninguna duda, se colgaron la medalla.

Como señal de protesta contra estas acciones, que los peruanos consideraron como insultantes y marginales, las delegaciones Olímpicas de Perú y Colombia dejaron Alemania. Las delegaciones de Argentina, Chile, Uruguay y México expresaron su solidaridad con el Perú.

“Puede parecer una pequeña historia, pero creo que tiene mucho que ver con las diversas dimensiones que tiene el fútbol, que es a veces una fuente de dignidad colectiva. Esto tendría que enseñarse en las escuelas: Saben una cosa, niños, nosotros pertenecemos a un país que humilló a Hitler. ¿No sería lindo empezar una clase así?” Eduardo Galeano.

Tras esta situación vivida por el equipo Inca en tierras germanas, Michael Dasso, miembro del Comité Olímpico Peruano manifesto:

“No tenemos fe en el atletismo europeo. Hemos venido aquí y hemos encontrado un puñado de comerciantes.”