Rusia-EE.UU.: ¿Quién se encuentra aislado ahora?

Carlos Santa María
(RT)

La votación en la 71.ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas condenando el bloqueo que ejerce Estados Unidos sobre Cuba ha permitido ver el aislamiento de dicho país, ya que 191 naciones se oponen y solo dos se abstienen (Israel y EE.UU.). Esta situación permite comprender también la histeria antirrusa, en tanto enfermedad delicada, debido a las frustraciones en el campo diplomático y militar, que se expresan en reacciones infantiles y fantasiosas. Un ejemplo es el caso de los medios británicos, siguiendo paso a paso el desplazamiento de un grupo de portaviones rusos que atravesó el canal de la Mancha en su camino a Siria y, lógicamente, no toda la flota del norte y la mayor parte del Báltico, como se dijo.   

En formato de telenovela con valientes 'rebeldes moderados' en oficinas de combate informativo, el 'show' fue revestido de alto dramatismo esperando el momento de un enfrentamiento con los héroes de la Marina Real, el comienzo de la Tercera Guerra Mundial o el intento de cercar la monarquía medieval, lo que obviamente no ocurrió, demostrando que la histeria está en su apogeo y requiere de una urgente propuesta de salud mental para la élite inglesa.

En consecuencia, este nuevo hecho corrobora por enésima vez la campaña integral contra la URSS y luego Rusia (rusofobia), iniciada de forma persistente por Estados Unidos en 1930, que este año alcanzó su clímax cuando se planteó que dicha nación era la amenaza más importante a la paz mundial al generar una escalada nuclear... lo cual convertía a ese país en un ente aislado en el planeta.

Sin embargo parece que, con dicha afirmación, EE.UU. se refería a sí mismo, pues cada hecho ha corroborado lo contrario y ratificado que queda paulatinamente en inferioridad de condiciones comerciales, económicas, políticas, humanas y diplomáticas en el orbe debido a su estrategia esencial, basada en la amenaza y el castigo y, sobre todo, por la falta de autocrítica para reconocer sus errores.

En términos de diplomacia y comercio, los BRICS indican que, prácticamente, más de la mitad de la población mundial se une a un proyecto colectivo, Unasur demuestra que la institucionalidad soberana complementada con la Celac señala caminos más sólidos de integración y los viajes de Irán o China alrededor del mundo indican que su puesto está en cualquier lugar donde lo humano, lo comercial, lo religioso o lo político puedan ser factores de vinculación dialógica. América Latina, por dar como ejemplo un área que era de exclusivo resorte estadounidense, hoy no admite pronunciamientos militares pese a los golpes de Estado parlamentarios, lo que es un avance ante la tradición que marcó la trágica Escuela de Las Américas, conocida como 'Universidad de la represión educada'. La fuerza de Cuba es un límite tan cercano a la frontera imperial que marca sorpresas.

El intento de destruir a Venezuela con una de las mayores campañas mediáticas, políticas y financieras de intervención vista en el mundo, intentando unir al continente americano contra un Gobierno legal, no ha dado resultado. El acercamiento entre Irak, Siria, Irán, Líbano y Yemen constituye una llamada de alerta, pues las tendencias golpistas occidentales para derrocar gobiernos y desintegrar naciones se ven detenidas por la unidad patriótica de esos pueblos. Todo ello confirma el avance de la multilateralidad.

Como prueba contundente, se puede argüir que la alianza Rusia-China, hecha pública como unidad sólida y basada en una justa relación ratifica el mito del 'aislamiento total', corroborada por la reciente negación de nuevas sanciones a Rusia por parte de la Unión Europea, lo que indica que las miradas hacia un espacio multipolar se hacen cada vez más fuertes. Paralelamente, el apoyo a EE.UU. se vuelve más incómodo, tal como Filipinas ha demostrado.

La política basada en la apropiación de las riquezas básicas en los pueblos con gobiernos no soberanos, la intervención u ocupación, la presión con más de 800 bases militares de injerencia foránea, entre otros aspectos, marcan un rechazo que cada vez se hace más extenso. La razón fundamental del repudio es el propósito del Gobierno estadounidense de sostener el axioma de la indispensabilidad y excepcionalidad, lo que niega la visión multifacética y solidaria de los pueblos del mundo, en el cual las relaciones de interdependencia se dan con base en la reciprocidad, la justicia y el equilibrio, criterios éticosociales que deben ser aceptados por toda nación que se considere democrática.

Desde 1990, la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se desintegró y quedó convertida en una división de países que, en su mayoría, fueron cooptados por el sistema capitalista, con EE.UU. como el dirigente indispensable. Las élites creían que el capitalismo había vencido y era el fin de las ideologías... lo que resultó una falacia, pues la dialéctica dio su giro y el mundo comenzó nuevamente a surgir como pueblo y soberanía. Esto es lo que no acepta el país norteamericano y es su gran debilidad, que hoy lo aleja de ser aliado de la democracia real y la libertad plena.

Ante la frustración de los estados vasallos como Francia, Alemania y Reino Unido, que no pueden inventar a su ciudadanía que las medidas tomadas en el campo interno e internacional son de beneficio verdadero para ella, se someten a establecer amenazas ordenadas y obligatorias, con fundamentos cercanos a la fantasía y el absurdo racional. Por ejemplo, pese a que Damasco y Moscú protegen a una población aproximada de 1,4 millones de personas, que viven en Alepo y son bombardeadas permanentemente por los 'terroristas clásicos y los moderados', algunos cancilleres europeos han aseverado que los bombardeos sirios y rusos contra los sectores controlados por los 'rebeldes moderados' (apoyados por ellos mismos en Alepo) podrían constituir crímenes de guerra y abogan por llevar esta situación ante la Corte Penal Internacional (CPI), olvidando el rol que cumplen sus propios órganos —Daesh y Al Qaeda— en el exterminio diario de civiles: las 284 víctimas utilizadas como escudos humanos y masacradas en Mosul son prueba irrefutable.

Lo que no se entiende es si desean llevar a las potencias que asesinan a civiles a la CPI o a quienes eliminan el terrorismo. Si es lo primero, obviamente Francia, Reino Unido, Alemania y EE.UU. son los primeros llamados a entregarse y someterse a un juicio internacional por las masacres en Irak, Libia, Afganistán, Yemen, Siria o Palestina, agravadas por su apoyo visible y directo al terrorismo internacional.

Afortunadamente, el mundo, aunque amenazado por la guerra nuclear que puede desatar la 'corporatocracia', parece encaminarse con dificultades, y también posibilidades, hacia el establecimiento de una paz internacional que destaque la bondad del ser humano sobre la violencia, que estimule la humanización por encima de la domesticación y que convierta a la persona en el centro de la transformación social sobre el consumo y la alienación. Tarea difícil, aunque siempre válida, porque nuestra especie, los niños del mundo, su gente y su supervivencia lo merecen.