Ciberespionaje financiero por Prisma/NSA/Israel/Grupo Carlyle

Alfredo Jalife-Rahme
La Jornada


    El superescándalo or­we­lliano Prisma –hurto de datos privados sin el obvio consentimiento de los inermes ciudadanos globales mediante la colusión cibernética entre EU e Israel– ha ultrajado a muchos países afectados, como India, China y la Unión Europea (UE).
Hasta ahora no ha salido ninguna protesta informal, menos formal, del México neoliberal itamita cooptado con la presunta presencia de un topo en Cofetel bajo la ignominiosa ley Telecom que entrega la ciberseguridad nacional al cibercomando de EU, cuyo director es el mismo de la NSA: encargada del desciframiento criptológico de datos sensibles, que incluyen la base de datos funancieros susceptibles de alterar el curso de las cotizaciones bursátiles. El ultraje global hace bola de nieve y el nuevo ciberhéroe Edward Snowden vuelve a atizar el superfuego de Prisma al revelar el ciberespionaje de Estados Unidos (EU) a varios sitios estratégicos de China ( Foreign Policy: 10/6/13; SCMP: 12/6/13, y Global TimesPeople’s Daily: 13/6/13), en colusión con la mafia china Tríada, lo cual profundiza las acusaciones mutuas que se han desencadenado entre Washington y Pekín.

Mientras el gran periodista Glenn Greenwald, de The Guardian (que desató la tormenta perfecta), promete mayores revelaciones estrujantes, una parte del escándalo orwelliano de Prisma que versa sobre la captura de los secretos financieros, ha sido poco abordada debido a su carácter especializado y que ya había adelantado con la instrumentación del SOPA/CISPA (“Ciberseguridad: ‘Momento Pre-11/9’, según el Pentágono”) y el manejo oligopólico de las supercomputadoras y sus cotizaciones en nanosegundos mediante el llamado high frecuency trade (HFT: mercado de alta frecuencia) del que dependen 60 por ciento los intercambios accionarios en EU y la UE: hoy instantáneamente preprogramados con algoritmos.
En mi ponencia premonitoria La Internet: el control geopolítico de EU en la UAM-X (Ba­jo la Lupa, 21/10/12) advertí que “el senador demócrata Ron Wyden condenó a CISPA por crear un ‘complejo ciberindustrial’ que permitirá al gobierno y al big business lucrar con la información personal (sic) de cualquier ciudadano con conexión a Internet”. Wyden afirmó que la industria de ciberseguridad se beneficia del miedo y secuestra los datos privados de los ciudadanos. Snowden, tras haber laborado para la CIA, acaba de ser despedido de la sede en Hong Kong de la misteriosa consultora Booz Allen Hamilton, asentada en Virginia (no muy lejos de la matriz de la central de espionaje) –que no pocos señalamos como excrecencia de la legendaria CIA– queasesoró a los gobiernos panistas de la entreguista dupla Fox/Calderón.
Ahora resulta que el polémico Grupo Carlyle –firma de inversiones (equity firm) que maneja 176 mil millones de dólares (¡uf!) a mayoría texana controlada por el nepotismo dinástico de los Bush con el ex premier británico John Mayor, a quien se le deben muchos favores militares globales–, es el principal tenedor de las acciones (69 por ciento) de la misteriosa consultora Booz Allen Hamilton (Dealbook/NYT, 10/6/13; The Washington Post, 11/6/13 y The New American, 13/6/13).
Llama la atención que el polémico Luis Téllez Kuenzler, presidente de la Bolsa Mexicana de Valores –donde han ocurrido varias interrupciones extrañas del sistema operativo que naturalemente benefician a alguien y perjudican a otros en sus cotizaciones volátiles– haya pertenecido al siniestro Grupo Carlyle. ¿Forman parte del operativo Prisma tanto Téllez como Cofetel con su presunto topomuy expuesto y entrenado en Israel?
The Washington Post señala que las revelaciones de NSA colocan a Booz Allen Hamilton y al Grupo Carlyle bajo una inconfortable luz pública. Grupo Carlyle se nutre del sector militar y se consagra a comprar y vender de todo: desde refinerías hasta ferroviarias. La principal característica de la dupla Booz Allen Hamilton/Grupo Carlyle:convierten los secretos del gobierno en ganancias. ¡Así cualquiera!


Booz Allen Hamilton, con 24 mil 500 empleados (¡supersic!), que acaba de abrir una oficina en Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos) para la lucrativa venta de armas en el Golfo Pérsico, fue adquirida en 2 mil 540 millones de dólares por Grupo Carlyle en medio de la crisis de 2008 y obtuvo ingresos por 5 mil 800 millones de dólares al cierre del reciente año fiscal. Son evidentes los nexos del ciberespionaje Prisma con los complejos militares de EU e Israel.
Ya repasamos el control de Ve­rint por el complejo cibermilitar de Israel, mientras Narus, otra trasnacional israelí implicada en Prisma, fue cofundada por Ori Cohen –anterior vicepresidente de VDONet–, cuenta con una supercomputadora instalada en el gigante de telecomunicaciones AT&T y tuvo como su director a William Crowell, anterior vicedirector de NSA, lo cual exhibe la ciberbidireccionalidad de EU/Israel. Narus fue comprada por Boeing, firma mayúscula del complejo militar-industrial de EU.
En forma perturbadora, Business Insider (12/6/13) expone cómo la elite de mercaderes de acciones tienen acceso a los datos antes que nadie. La agencia británica Thomson Reuters, en connivencia con la Universidad de Michigan, suple varios parámetros a sus selectos suscriptores mediante su latencia ultrabaja de información privilegiada de cinco minutos (sic) antes de que llegue al público cuando dos segundos (sic) en el tiempo de HFT es una eternidad. Moraleja: la divulgación selectiva de datos secretos privados/públicos capturados ilegalmente por el ciberespionaje dual de EU/Israel Prisma (Googgle, Face­­book, Yahoo, Microsoft, Skype, AOL, Apple) gracias a las hazañas y sañas de la CIA/NSA/Mossad ostentan además un valor descomunal agregado y multiplicado por la azorante tecnología de las supercomputadoras que cotizan mediante su imbatible HFT con sus fulminantes dados y dedos cargados.
Dedefensa.org (11/6/13), think tank europeo que ha consagrado mucho espacio al superescándalo Prisma –quizá el mayor de la historia de la humanidad por sus alcances totalitarios de orwelliana ciberpolicía global– expone el singular punto de vista de Max Keiser, anterior mercader de Wall Street que brinda su célebre Reporte Keiser para Russia Today (que tiene una audiencia excepcional en Youtube).
Dedefensa presenta a Keiser como “especialista de tecnologías virtualistas y del dinero virtual del circuito financiero (nota: el inescrutable bitcoin) y asesor de la prospectiva de los mercados bursátiles”. Keiser juzga que el asunto Prisma/Snowden es el momento Cronkite de la guerra contra el terror con sus consecuencias”. Cronkite fue el célebre comentarista de CBS quien definió en la primavera de 1968 que EU no podía ganar la guerra en Vietnam, lo que obligó al presidente Johnson a una graciosa fuga en do mayor.
En forma similar, a juicio de Keiser, la develación de Prisma socava la confianza en la capacidad de Obama para conducir su política interna/externa con la afectación concomitante del volátil mercado de Bonos del Tesoro.
Keiser devela el desprendimiento de buena parte de sus bonos por Bill Gross, director de Pimco (mayor tenedor de bonos del mundo), quien confesó haber participado en la ingeniería de una puerta trasera para la base de datos y la información sensible (sic)de 50 empresas de EU para los manipuladores del mercado y el uso de HFT con el fin de alterar las cotizaciones a conveniencia. ¡Demoledor!
El crimen muy bien organizado de la plutocracia global, apuntalado por el ciberespionaje dual de EU/Israel, gobierna las bolsas mundiales: otro totalitarismo financierista.