Justicia fuera de su justo espacio: Las leguas largas

Agencia Periodistica del Mercosur

  • En los últimos días siguió la embestida mediática y política contra el vicepresidente argentino. En conferencia de prensa, Amado Boudou denunció las patrañas del monopolio y sus cómplices en la justicia.
"No se está discutiendo el fondo de la cuestión, esta es una novela mediática de la mafia de Magnetto y de la agencia de noticias de (el juez Daniel) Rafecas", expresó el vicepresidente de Argentina, Amado Boudou. Se dirigió a la sociedad a través de una presentación ante la prensa en la cual no recibió preguntas de los y las periodistas y aseguró en en esa “novela” tiene un papel preponderante el CEO del grupo multimediático Clarin, Héctor Magnetto, a quien se refirió bajo el mote de "El Padrino" para resaltar sus características mafiosas.
Minutos después de la comparecencia de Boudou, la Agencia Periodística de Buenos Aires (AgePeBA) informó acerca de la admisión tácita por parte del periodista Gustavo Sylvestre. Pasadas las horas, Rafecas admitió sus contactos con el periodista de América 24 en declaraciones que publicó el diario de alcance nacional, Página 12.
“El juez admitió el envío de sendos mensajes de texto al abogado de José Núñez Carmona, Nachito Danuzzo Iturraspe; y al periodista Gustavo Sylvestre. A ambos les sugirió que difundieran una nota de Boudou a la AFIP, en la que el entonces ministro de Economía opinó que el ente recaudador debía responder a la solicitud de un plan de pagos de Ciccone en el marco de sus competencias y sin merma de la recaudación fiscal. ‘Como enseña Zaffaroni, a los lobbystas hay que recibirlos y escucharlos, pero luego el juez toma las decisiones que le parecen correctas. Respecto de Sylvestre, tenemos una relación cordial y con frecuencia nos comunicamos’, dijo Rafecas”, según la nota “Un juez comunicativo” en la edición del 8 de abril del diario Página 12.
El 5 de abril, apenas finalizada la comparecencia del vicepresidente Amado Boudou en el Senado de la Nación, AgePeBA publicó la nota “El periodista Gustavo Silvestre admitió su participación en una operación mediática con el juez Rafecas”, que afirmaba lo siguiente:
“El periodista Gustavo Silvestre había sido señalado por el vicepresidente Amado Bouodou como quien, mientras lo entrevistaba, recibió un mensaje de texto del juez federal Daniel Rafecas, orientándolo acerca de los pasos a dar con su entrevistado. Ante las cámaras del canal de noticias América 24, donde trabaja Silvestre, éste reconoció tener diversas fuentes, entre ellas jueces y funcionarios del gobierno, lo que, dijo, ‘es normal’, y que no piensa revelarlas; una clara admisión de lo señalado por Boudou”.
“Lo que Silvestre, durante muchos años integrante destacado del plantel de periodistas del Grupo Clarín, no dijo -continuaba la información de AgePeBa- es que el filtrado de noticias por parte de un magistrado atenta contra el normal funcionamiento del Poder Judicial y de las instituciones de la Constitución Nacional, y podría configurar delito o conducta de un juez sancionable por la ley; y que el propio Silvestre sería cómplice de esa ilegalidad. Después de explicar por enésima vez su actitud, completamente legal, en el llamado caso Ciccone, el vicepresidente de la Nación denunció una campaña de ‘la mafia’ mediático-judicial, comandada por Héctor Magnetto, ‘el padrino’, contra él, pero sobre todo contra las instituciones de la República”.
El mismo texto añade: “Consideró (Boudou) que los medios y los periodistas que se prestan a ello son verdaderos ‘sicarios’. Luego dio fechas y nombres de quienes están involucrados en esa campaña contra la Constitución, entre ellos periodistas, miembros de los tribunales, fiscales- como el caso de Carlos Rívolo, que entiende en la llamada causa Ciccone; empresarios y directivos de la Bolsa de Comercio, como su presidente, Adelmo Gabbi. Apuntó también el vicepresidente, que esa mafia cuenta con “la agencia de noticias del juez Rafecas”.
En su artículo de hoy, Verbitsky escribe: “los modos de la conferencia de prensa de Boudou levantaron ronchas corporativas en todos los gremios aludidos. Sin embargo, las genéricas declaraciones de respaldo a magistrados y periodistas no refutaron ninguno de los graves señalamientos del vicepresidente”.
Luego desliza un cuestionamiento o crítica a los dichos de Boudou y recuerda los antecedentes prestigiosos del juez Rafecas: “más allá del lenguaje anacrónico sobre mafias y esbirros, la idea de que Rafecas forme parte de una conspiración dirigida por Magnetto no es congruente con la solicitud de juicio político en su contra que el CEO del Grupo Clarín presentó en el Consejo de la Magistratura, cuando Rafecas consideró que la transferencia de las acciones de Papel Prensa era inescindible de los crímenes de lesa humanidad contra los miembros del Grupo Graiver. Su desempeño ha sido encomiado en causas tan diversas como la investigación por las coimas del ex presidente Fernando de la Rúa a numerosos senadores, los crímenes cometidos en los campos clandestinos de Concentración de la Zona I de Seguridad o la ocupación del Club Albariños. Es además autor de un estimable libro sobre el entramado institucional que condujo al Holocausto durante el régimen nazi”.
Sin embargo, luego Verbitsky escribe: “consultado para esta nota, Rafecas negó haber filtrado información a la prensa pero no mencionó ningún posible correctivo al fiscal, en su carácter de juez de garantías, violadas en forma tan flagrante. El juez admitió el envío de sendos mensajes de texto al abogado de José Núñez Carmona, Nachito Danuzzo Iturraspe, y al periodista Gustavo Sylvestre”.
“Boudou entiende que esa nota demuestra que no hizo gestiones indebidas, pero Clarín tituló que probaba lo contrario. El Grupo Clarín negó todas las acusaciones de Boudou en un comunicado. El Procurador General Esteban Righi regresará mañana al país luego de pasar el fin de semana largo en Nueva York, no se propone hacer ninguna declaración sobre el tema porque ‘no soy Redrado ni Alberto Fernández’. Adelmo Gabbi también regresará mañana de Punta del Este para analizar una respuesta. Cuando la polvareda de palabras se asiente tal vez puedan considerarse las serias implicancias institucionales de las palabras de Boudou, que fueron aprobadas por CFK antes y después de la conferencia de prensa”.