“La Independencia no es soplar y hacer botellas”

 Por Juan Marcelo Calabria*

para Los Andes

publicado el 9 de julio de 2018

La independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, fue un proceso con múltiples y complejos antecedentes previos incluso al hito fundacional que reconocemos como la Revolución de Mayo.



El pensamiento ilustrado dio lugar a la expansión de la cultura y la educación como armas poderosas para terminar con el "Antiguo Régimen".

La ilustración universal impulsó las Revoluciones que cambiaron de manera definitiva el mapa político del mundo y la vida de millones de personas.

La Revolución Inglesa de 1642 -1689, la  Guerra de Independencia de EEUU entre 1775 y 1783, la Revolución Francesa de 1789 y la Guerra de Independencia española de 1808 contra Napoleón, fueron el preludio del germen de libertad que se propagó por toda Hispanoamérica.

A partir de Mayo de 1810, un equipo de hombres con las ideas de libertad, igualdad y fraternidad comenzó a pensar una nueva nación.

Manuel Belgrano, líder esclarecido de ese momento, promoverá el incipiente proceso independentista y no dudará en ponerse al frente de los improvisados ejércitos para sostener con la espada lo que había atizado con su pluma.

En 1812, con la llegada de José Francisco de San Martín y un grupo de oficiales americanos, la guerra y política tomarán un nuevo camino.

Después de Vilcapugio y Ayohuma en 1813, Manuel Belgrano escribía a San Martín: "No siempre puede uno lo que quiere, ni con las mejores medidas se alcanza lo que se desea: he sido completamente batido en las pampas de Ayohuma cuando más creía conseguir la victoria; pero hay constancia y fortaleza para sobrellevar los contrastes y nada me arredrará para servir; aunque sea en la clase de soldado, para la libertad e independencia de la patria (...) lo pedí a usted desde Tucumán, no quisieron enviármelo; algún día sentirán esta negativa".

Luego, enterado que San Martín era designado en su reemplazo el 17/12 le expresaba: "No sé decir a usted lo bastante cuánto me alegro de la disposición del gobierno para que venga de jefe (...) Vuele usted, si es posible; la patria necesita que se hagan esfuerzos singulares y no dudo de que usted los ejecute según mis deseos, para que yo pueda respirar con alguna confianza y salir de los graves cuidados que me agitan (...) Crea usted que no tendré satisfacción mayor que el día que logre tener la satisfacción de estrecharlo entre mis brazos y hacerle ver lo que aprecio el mérito y honradez de los buenos patriotas como usted."

Para 1814 la situación en América y el mundo era muy compleja, el panorama político-militar era adverso a la causa americana: las derrotas sufridas por el ejército del norte, la separación definitiva del Paraguay, la pérdida del Alto Perú, las  luchas internas, la pérdida de Chile, "la Patria Vieja", y la vuelta al trono de Fernando VII ponían a la revolución en su punto más delicado.

El 10/08/1814 San Martín era designado Gobernador Intendente de Cuyo a su "instancia y solicitud"; erigiéndose en la columna institucional que afianzó la convocatoria y acción del Congreso de Tucumán; rápidamente propiciará la elección de los diputados por Cuyo: Tomás Godoy Cruz y Juan Agustín Maza por Mendoza, Francisco Narciso de Laprida y Fray Justo Santa María de Oro por San Juan y Juan Martín de Pueyrredón por San Luis, voceros y ejecutores del plan sanmartiniano.

Impaciente, desde el Plumerillo el 19/01/1816 requería a Tomás Godoy Cruz: "…   ¿Cuándo empiezan Uds. a reunirse? Por lo más sagrado les suplico hagan cuántos esfuerzos quepan en lo humano para asegurar nuestra suerte; todas las provincias están en expectación esperando las decisiones de ese congreso: él solo puede cortar las desavenencias  - que según este correo - existen en las corporaciones de Buenos Aires".

Mientras preparaba el Ejército de Los Andes, continuaba su comunicación con Tucumán "apurando" el accionar de los diputados, a tal punto que Godoy Cruz un tanto inquieto responderá: "...que la independencia no es soplar y hacer botellas", a lo que San Martín contestará: "…  Yo respondo a usted que mil veces me parece más fácil hacerla (la independencia) que el que haya un solo americano que haga una sola (botella)."

Desde Mendoza, impartía consejos, sugerencias y hasta órdenes a todos los puntos distantes del país, Güemes, Belgrano, Artigas, Rondeau, Paso, Laprida, Pueyrredón, Maza, pero especialmente Godoy Cruz serán los destinatarios. Era necesaria la Declaración de Independencia y el paso transcendental de la separación definitiva de España: "…   Al cabo mi amigo, nosotros debemos penetrarnos de este axioma: si la guerra continúa dos años más, no tenemos dinero con que hacerla... Y la ruina es segura; para evitarla, pensemos no en pequeño como hasta aquí, y si con elevación, y si así la perdemos será con honor."

Por esos días Manuel Belgrano, recién llegado de Europa, fue citado con urgencia para instruir a los diputados sobre la situación del viejo continente, en sesión secreta del 6/07 sintetizó sus conclusiones exponiendo: "Que aunque la revolución de América, en sus principios, había merecido un alto concepto entre los poderes de Europa, su declinación en el desorden y anarquía había servido de obstáculo a su protección..., debiéndonos en el día contar reducidos a nuestras propias fuerzas (…  ) que había acaecido una mutación completa de ideas en Europa, en lo respectivo a la forma de Gobierno, que como el espíritu general de las naciones en años anteriores, era republicarlo todo, en el día, se trataba de monarquizarlo todo; (…   ) que conforme a este principio en su concepto, la forma de gobierno más consecuente para esta Provincia, sería de una Monarquía Temperada: llamando la Dinastía de los Inca, (…  ).”

Los argumentos de Belgrano y las cartas de San Martín impulsaron la sesión del 09/07. Nuevamente el Gobernador de Cuyo escribía a Godoy Cruz: "…    Ha dado el congreso el golpe magistral con la declaración de la Independencia; solo hubiera deseado que al mismo tiempo hubiera hecho una pequeña exposición de los justos motivos que tenemos los americanos para tal proceder, esto nos conciliaría y ganaría muchos afectos en Europa."

Luego escribía: "…  Al fin estaba reservado a un diputado de Cuyo ser el presidente del Congreso que declaró la independencia; yo doy a la provincia mil parabienes de tal incidencia."

El 16/07/1816 le notificaba a Don Tomás: "El 9 llegamos a esta, nuestro viaje ha sido bien penoso por los fríos excesivos. Es increíble lo mortificado que estoy con la demora del Director, la primavera se aproxima y no alcanza el tiempo para lo que hay que hacer... En el momento que el Director me despache, volaré a mi ínsula cuyana, la maldita suerte no ha querido el que yo me hallare en mi pueblo para el día de la celebración de la independencia, crea usted que hubiera echado la casa por la ventana."

Concluyendo es justo decir que si bien Manuel Belgrano y José Francisco de San Martín no estuvieron presentes en la gloriosa sesión del 09/07/1816 y tampoco sus firmas rubricaron el Acta de la Independencia, cabe recordar que fueron el nervio y espíritu que guio todo el proceso de la independencia. Una vez más esta fecha debe servir para recordar, honrar su legado y trabajar por la patria grande y próspera, que aquellos líderes, Padres Fundadores, soñaron.

* Docente de la UNCuyo. Miembro de la Academia Nacional Sanmartiniana. Ensayista

Fuente

Carta completa de José de San Martín a Tomás Godoy

Señor don Tomás Godoy y Cruz. Mendoza y mayo 24 de 1816.

Mi amigo y paisano: Tengo a la vista la de V. del 12, y en consecuencia he prevenido a Vargas el desarreglo en que se hallan los Correos a ésa. Este ha quedado en remediarlo, pero para esto es necesario se entable la Posta desde La Rioja a Catamarca y de ésta a Tucumán que no la hay.

Veo lo que me dice sobre el punto de la independencia no es soplar y hacer botellas.

Yo respondo a V., que mil veces me parece más fácil hacerla que el que haya un solo americano que haga una sola.

Ya sabe V. que de muy poco entiendo, pero de política menos que de nada; pero como escribo a un amigo de toda mi confianza, me aventuraré a esparcir un poco de erudición gabinetiva: cuidado, que yo no escribe más que para mi amigo.

Si yo fuese diputado, me aventuraría a hacer al congreso las siguientes observaciones. Para el efecto haría mi introducción de este modo, propio de mis verdaderos sentimientos:

Soberano Señor: un americano republicano por principios e inclinación, pero que sacrifica estos mismos por el bien de su suelo, hace al congreso presente:

1º Los americanos o provincias unidas no han tenido otro objeto en su revolución que la emancipación del mando de fierro español, y pertenecer a una nación.

2º ¿Podremos constituírnos república sin una oposición formal del Brasil (pues a la verdad no es muy buena vecina para un país monárquico) sin Artes, Ciencias, Agricultura, Población, y con una extensión de territorios que con más propiedad pueden llamarse desiertos?

3º ¿Si por la maldita educación recibida, no repugna a mucha parte de los patriotas, un sistema de gobierno puramente popular, persuadiéndose tiene éste una tendencia a destruir nuestra religión?

4º ¿Si en el fermento horrendo de pasiones existentes, choque de partidos indestructibles, y mezquinas rivalidades, no solamente provinciales, sino de pueblo a pueblo, podemos constituirnos nación?

5º ¿Si los medios violentos a que es preciso recurrir para salvarnos, tendrán o no los resultados que se proponen los buenos americanos y si podrán o no realizar, contrastando el egoísmo de los pudientes?

Seis años de revolución, y los enemigos victoriosos por todas partes nos oprimen: falta de jefes militares y nuestra desunión son los causales ¡y se podrán remediar!

Puede demostrarse que no podemos hacer la guerra de orden por más tiempo que el de dos años, por falta de numerario. Y si sigue la contienda, no nos resta otro arbitrio que recurrir a la guerra de montanera, y en este caso sería hacémosla a nosotros mismos.

Ya está decidido el problema de la Inglaterra: nada hay que esperar de ella.

Ahora bien ¿cuál es el medio de salvarnos? Yo los sé; pero el congreso los aplicará como tan interesado en el bien de estos pueblos. Resta saber, que si los tales medios no se toman en todo este año, no encuentro (según mi tosca política) remedio alguno. Se abacó.

Mucho me ha tranquilizado lo que V. me dice acerca de la probabilidad de la unión del Paraguay y Banda Oriental. Dios lo haga; pero yo apostaría un brazo a que no se verifica, y aseguro a V. por mi honor que me alegraría perderlo. El tiempo por testigo.

Ya no creo necesaria mi ida a ésa, en razón de que Pueyrredón me escribe me entienda con el director interino en un todo, en el entretanto él regresa. Yo lo celebro mucho, pues mi mala salud hubiera padecido mucho con tal viaje.

He vuelto a emprender la construcción del campo de instrucción, y voy a extenderlo para tres tantos más que el ya construído. Sin este arbitrio no habrá soldados.

Sigue la tranquilidad por ésta, pero el numerario me apura mucho. Su señor padre está completamente bueno y más robusto que nunca. Lo mismo le sucede a Molina.

Muchas cosas a los compañeros, quedando como siempre su amigo. Q.B.S.M.

José de San Martín

Fuente: José de San Martín "Epistolario Selecto Otros Documentos" Editorial Jackson de Ediciones Selectas BUENOS AIRES 16 de Enero de  1947. Pág. 20 propiedad del responsable del blog, herencia de su señor madre