Crueldades de la ciencia
Los que todavía ensalzan a los "científicos" como máxima autoridad, recuerden que ustedes también pueden ser tomados como ratas de laboratorio
El Hospital Neuropsiquiátrico de Melchor Romero, lleva el nombre del Dr. Alejandro Korn. Hoy es el Día Internacional de la Salud Mental y viene bien recordar quien fue él.
Esta niña indígena guayakí se llamaba Aché Damiana pero era conocida en su pueblo como «Kryygi» (tatú de monte). Aquí aparece fotografiada por el antropólogo alemán Robert Lehmann-Nitzche, antes de su muerte en 1907.
Intensa, corta y cruel la historia de Kryygi. En 1896 era una criatura de dos o tres años cuando colonos alemanes atacaron la aldea en que vivía, en un bosque al sur de las sierras paraguayas del Ybytyruzú. Después de la matanza, los colonos se la apropiaron y la bautizaron «Damiana», en honor a San Damián, patrono del día.
El antropólogo Herman Ten Kate (quién también recogió los huesos de la mamá para estudiarlos) anotó las medidas antropométricas de la niña y perpetuó su imagen en una fotografía cuando aún era pequeña.
En 1898, Kryygi fue trasladada a la localidad bonaerense de San Vicente, Argentina, donde sería preparada como sirvienta en la casa de la madre del filósofo y psiquiatra Alejandro Korn, ubicada a pasos del Museo de Historia Natural de La Plata. Los intentos por educarla dentro de las reglas morales cristianas de la época no resultaron, y por eso fue declarada insana mental.
Alejandro Korn la internó en el hospital Melchor Romero pero le fue imposible contenerla y la acusó de delincuente, encerrándola en una casa de corrección de Buenos Aires. En 1907, Kryygi falleció de tuberculosis a una edad estimada de 14 o 15 años.
Después de morir su cuerpo fue decapitado. La cabeza fue enviada a Berlín donde fue estudiada por el famoso antropólogo Hans Virchowl. Los estudios fueron publicados en numerosas revistas especializadas. Más de 100 años después, el 10 de junio de 2010, un grupo de antropólogos argentinos del Museo de Ciencias Naturales de La Plata restituyeron los restos mortales de Kryygi y lo enviaron a la comunidad Aché de Ypetimi (departamento de Caazapá).
Ancianos, jóvenes y miembros de otras comunidades vecinas concurrieron a rendirle homenaje, velándola toda la noche y dándole sepultura en el bosque. El cráneo fue devuelto en mayo del 2012 desde el Hospital La Charité de Berlín, Alemania.
Al fin Kryygi descansa en paz después de más de cien años esperando por culpa del colonialismo blanco.