Bancos internacionales, pero independientes del imperio

Antonio Gershenson
La Jornada [x]

El pasado 24 de octubre se firmó el Banco de Inversión e Infraestructura de Asia, según la prensa internacional con la dirección de China. Ya se han formado recientemente bancos con varios países. Ya hablamos aquí, sobre todo en julio, del banco de los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en la reunión de éstos y otros países en Brasil. También hay bancos similares en América Latina. Pero ahora hay una gran diferencia: ninguno de aquéllos llegaba a 10 países. En este caso, se trata de 21 países asiáticos. Los principales que quedaron fuera son Japón (que es del primer mundo), Indonesia, Corea del Sur, Arabia Saudita y Australia, ésta también del primer mundo.


India y Pakistán son países importantes que ya participaron en reuniones anteriores con China, Rusia y otros países, con los bancos entre sus objetivos. La lista completa es: Bangladesh, Brunei, Camboya, China, India; Kazajstán, Kuwait, Laos, Malasia, Mongolia, Myanmar, Nepal, Omán, Pakistán, Filipinas, Qatar, Singapur, Sri Lanka, Tailandia, Uzbekistán y Vietnam.

Los jefes de Estado de los países firmaron un primer documento para constituir el banco con su participación. Funcionarios de Estados Unidos mostraron molestia, se invade el campo del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, como lo hicieron los otros bancos multinacionales mencionados.

No debemos ignorar a ninguna parte importante del cambio mundial. Ya hemos hablado de otras. Desde principios de 2012 hablamos del cambio mundial, cuyos elementos se han venido cumpliendo, como el estancamiento de la Unión Europea y el mayor crecimiento de países como China e India, a los que ahora se suma Mongolia.

En julio fue la reunión del BRICS en Brasil, con numerosos eventos alrededor. En septiembre se reúne en Asia central la Organización para la Cooperación de Shanghai, sin seis países incluyendo a Rusia y China, pero con más participantes, algunos en proceso de ingreso al organismo como India, Mongolia y Pakistán, que también representaron un avance.

Estos conjuntos, incluyendo el banco del que hablamos desde el principio, son pasos en un proceso de mayor independencia en relación con los países en los que tienen su centro la mayoría de las trasnacionales. Es evidente que la política mexicana va en un sentido contrario, el de aumentar esa dependencia, en varios lados pero sobre todo en el sector energético y la minería.

Este movimiento internacional tiene expresiones incluso en Estados Unidos. Con las pasadas elecciones se aprobó la prohibición del fracking en Denton, en el estado petrolero de Texas, en el que esta perforación por trasnacionales se hace desperdiciando agua a costa de la población en busca de gas o de petróleo. Esta conquista ya se había logrado en tres estados del noreste, y hay pugna en varios otros.

El gobierno mexicano, no sólo por la oposición a las matanzas en los niveles nacional e internacional, sino el problema económico que, entre otros, tiene la continuidad de la baja de los precios del petróleo en exportación, está en una posición difícil, y sin embargo continúa con las entregas a las grandes empresas, sobre todo extranjeras.

El precio ya anda por los 74 dólares cuando hace unos meses estaba arriba de los 100 dólares. Como el gobierno ya tiene demasiadas cosas hipotecadas y dinero prestado, pues le resulta difícil cubrir todo eso con discursos.

Por si fuera poco, sigue bajando la producción de crudo. Ya lo hemos mencionado. Los movimientos populares siguen adelante. Es común que se queden sin solución y hay casos en los que las autoridades recurren a la violencia, por si la actual fuera poca.

Está por verse cómo van a desarrollarse las cosas, pero debemos estar atentos y tener presentes los hechos importantes como el que mencionamos al principio.

antonio.gershenson@gmail.com