Los paraísos fiscales, un asunto estratégico

>Poe Juan Hernandez Vigueras*

Cualquier estudio o informe con datos sobre los llamados paraísos fiscales tiene que ser siempre bienvenido y mucho más si procede de una fuente solvente, como es el Centre d’analyse stratégique que es un organismo del Gobierno francés dependiente directamente del Primer Ministro; y que presta asesoramiento al Gobierno para sus orientaciones estratégicas en materia económica, social, medioambiental o cultural. Más aún, según leemos en la web oficial, su Director General participa en las reuniones de las principales instituciones interministeriales en el campo económico y social. De ahí que sea relevante la publicación por este Centro a principios de mayo de 2010 de una Nota de análisis sobre Centres financiers offshore et système bancaire “fantôme” (traducción francesa de la expresión shadow banking que en castellano traducimos por “sistema bancario en la sombra” porque este sistema paralelo no es nada fantasmagórico sino muy real, aunque se sitúa en la sombra y no lo ven los bancos centrales).
El sumario comprende estos tres puntos:
-Du concept de “paradis fiscal” au centre financier offshore
-Forte imbrication et complémentarité des circuits offshore et conventionnels
-Intégration financière des CFO et propagation du risque systémique
Como síntesis del contenido, ofrecemos la traducción de la presentación:
“La crisis financiera ha puesto de relieve el papel decisivo desempeñado por el sistema bancario “fantasma” -expresión que cubre la mayoría de los actores financieros no regulados– en la propagación del riesgo sistémico. Algunas de esas entidades se han aprovechado de los posibles rodeos de la regulación domiciliándose en los centros financieros offshore. De hecho, el concepto usual en Francia de “paradis fiscal” se ha convertido en demasiado limitado para calificar a territorios que son también fuente de evasión reglamentaria y jurisprudencial. Los CFO o “paraísos prudenciales” representan “fallas geológicas” de la supervisión macroprudencial necesaria para la estabilidad del sistema financiero. ¿Cómo evitar que no constituyan ángulos muertos de la regulación financiera?
A pesar de los indicios que subrayan su papel en las estrategias financieras opacas, la falta de datos y de análisis operacionales impide a menudo ir más allá de la denuncia de ciertos Estados. Esta NOTA intenta delimitar ese concepto de “CFO”, impreciso desde el punto de vista jurídico, explorando los datos que revelan su papel en la producción de ingeniería financiera para el resto del mundo. Proporciona un compendio del grado de imbricación de los centros offshore en las plazas financieras clásicas, elemento importante durante la crisis y que condujo a varias preconizaciones de regulación financiera.
Con el fin de erosionar su atracción, una solución para el regulador consiste en sobrepasar el coste de exposición de las entidades bancarias convencionales a esos circuitos “excepcionales”. De entrada se trata de organizar una vigilancia fiscal, jurídica y prudencial de los centros y de las innovaciones financieras que se desarrollan allí. El control de las transacciones de las entidades reguladas con las menos reguladas impone igualmente poder medir su grado de exposición según la residencia de las contrapartes, con el fin de asegurar que estas disponen de una cobertura suficiente en relación con las tomas de posición consideradas arriesgadas.”
De ahí las propuestas que incluye la Nota:
- “Elaborar una calificación multicriterio de los centros financieros offshore (fiscalidad, ratios prudenciales, peso del sistema bancario “fantasma” con el fin de mejorar la transparencia de la regulación fiscal y prudencial”. Curiosamente con esta propuesta está reconociendo que la definición oficial internacionalmente de la OCDE de “paraíso fiscal” ha quedado vacía de contenido, como he escrito en otro lugar.
- “Imponer a las entidades bancarias territoriales (onshore) que revelen la localización efectiva de su exposición última a los riesgos offshore”. Desde luego es una idea muy loable que podría aplicar ya el gobierno francés dando ejemplo a los demás socios europeos y llevándola al Consejo europeo.
- “Instaurar en el seno del Banco Mundial y del FMI una división encargada del riesgo sistémico, de la regulación financiera, incluida la que se crea en offshore”. Lamentablemente olvida la Nota que el FMI dio por cancelado el concepto de centro financiero offshore y el programa específico que tenía con los mismos fines que se mencionan quedó subsumido en el programa general de información macrofinanciera de todos los países grandes y pequeños. Además, esa función sobre el riesgo sistemático la tiene asignada el llamado Consejo de Estabilidad Financiera radicado en el BIS, el Banco de Pagos Internacionales de Basilea, un auténtico poder bancario en la sombra.
- “Constreñir a la entidades bancarias a disponer de un capital de reserva adecuado en relación con su contribución al riesgo sistémico, tomando en consideración sus redes de interdependencias”. Un tema excluido de los acuerdos conocidos como Basilea III con las nuevas normas bancarias internacionales y que sigue debatiéndose entre bastidores.
En realidad este análisis se inserta más bien en el plano especulativo (con algunos datos de interés) que en el estratégico como plan de acción para un gobierno que pretenda combatir en serio la existencia de estos centros privilegiados para las finanzas opacas en perjuicio de los Estados democráticos. Pese a sus lagunas e incluso errores, resulta interesante que se reavive el concepto de paraíso fiscal y centro financiero offshore desde un centro de asesoramiento gubernamental europeo. Y desde luego, resulta gratificante comprobar que esta Nota asocia la idea de paraíso fiscal con la desregulación financiera, tal y como hemos venido sosteniendo críticamente en nuestros libros y artículos desde hace bastantes años.
Un punto importante a destacar es que la autora de esta NOTA se olvida del cambio político en el combate contra los paraísos fiscales introducido en 2009 por el G-20 en Londres con el apoyo “técnico” de la OCDE y la aprobación sin reservas del Presidente francés y de la Unión Europea, como analizamos en el libro Al rescate de los paraísos fiscales. Desde esa fecha, la famosa lista negra delhttp://www.blogger.com/img/blank.gif año 2000 se redujo rápidamente; y en mayo de 2010 la OCDE reserva la calificación internacional de paraíso fiscal únicamente a Panamá, la isla caribeña de Montserrat y las islas del Pacífico Nauru, Niue, Vanuatu; clasificadas como “jurisdicciones que se han comprometido con los estándares fiscales internacionales pero no los han cumplido sustancialmente” porque aún no han suscrito los 12 convenios de intercambio de información fiscal a petición de parte que es el contenido real y simplón de la rimbombante expresión de “estándares fiscales internacionales”. -

*Para Altereconomia.org