Cuatro años después...

> Por Serge Hatimi*

La crisis financiera y económica iniciada en Estados Unidos a mediados de 2007 por las "hipotecas basura" parece no haber servido de lección alguna.
Mientras la izquierda propone remedios timoratos, los banqueros amenazan a los Estados y los tienen de rehenes.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de reconocerlo: "Casi cuatro años después   del comienzo de la crisis financiera, la confianza en la estabilidad del sistema bancario global aún debe reestablecerse completamente"(FMI "Informe sobre la estabilidad financiera en el mundo"). Pero lo que el presidente de la Reserva Federal estadounidense, Ben Bernanke, calificó como la "peor crisis financiera de la historia mundial, incluyendo la Gran Depresión [de 1929] no generó ninguna sanción penal en Estados Unidos. Goldman Sachs, Morgan Stanley, JP Morgan habían apostado al derumbe de las inversiones de riesgo que recomendaban fervientemente a sus clientes...Zafaron, en el peor de los casos con sanciones, la mayoria de las veces con bonificaciones.
A fines de los años 80,  como consecuencia de la quiebra fraudulenta de las cajas de ahorro estadounidenses, ochocientos banqueros fueron puestos tras las las rejas.
En lo sucesivo, la influencia de los bancos, incrementada aun más por reestructuraciones que concentraron su poder, parece garantizarles impunidad ante Estados debilitados por el peso de la deuda pública. Los próximos candidatos a la Casa Blanca, con Barack Obama a la cabeza, ya mendigan los aportes de Golman Sachs a su campaña; el director del BNP-Paribas no dudaba en amenazar a los gobiernos europeos con una suspensión del crédito en caso de que éstos decidan regular seriamente a los bancos; la agencia de calificación Standar & Poor´s, que había otorgado su mejor calificación de riesgo (AAA) a Enron, Lehman Brothers, Bear Stearns así como a toda clase de "bonos basura" (junk bonds), planea retirársela a la superpotencia estadounidense si ésta no reduce más rápidamente su gasto público.
Tres años de reuniones del G20 tendientes a crear una "nueva Sinfonía planetaria" mantuvieron intacto un sistema que mezcla desregulación bancaria, primas faraónicas de los pequeños genios de la innovación financiera" y pago por parte de los contribuyentes y los Estados de todas las catástrofes que ocacionan.  Los socialistas franceses se indignan porque "el año siguiente a la crisis de las subprimes,  los gobiernos destinaron más dinero para sostener los bancos y las instituciones financieras que el gastado por el mundo en medio siglo, para ayudar los paises pobres" (Proyectos socialista 2012. suplemento del L´hebdo des socialistes Nº 610,  París, 16-4-11). Pero los remedios que ofrecen se asemejan tanto a parches (impuesto complementario del 15%  para los bancos), como a expresiones de deseos (eliminación de los paraísos fiscales, creación de una agencia de calificación pública, impuesto a las transacciones financieras), ya que su concresión está sujeta a una muy improbable "acción concertada de los Estados miembros de la Union Europea".
Así, lo que debió haber sido "la crisis final" fue una crisis inútil. Andrew Cheng, principal asdesor de la China Banking Regulatory Commission, sugiere que esta pasividad se debe a un "problema de captura" de los Estados por parte de su sistema financiero (James Saft, "Big Winners in crises: The Banks, Internacional Herald Tribune, París 13-4-11). Lo que equivale a decir  que los responsables políticos se comportan demasiado a menudo como títeres preocupados ante todo por no interrumpir el festin de los banqueros-    

*Director de "Le Monde diplomatique, París
Traduccion: gustavo Recalde