La situación económica: otro frente de fisuras en el peronismo. Kirchner está solo y denuncia

 Por Paola Juárez

para Diario La Nación

publicado el 19 de noviembre de 2000

Piensa que De la Sota y Ruckauf llegaron a un "pacto negro" con el Gobierno

EL CALAFATE, Santa Cruz.- Néstor Kirchner está dispuesto a jugar a fondo, pero medirá la oportunidad para dar cada paso. Denunció un "pacto negro" entre algunos gobernadores y el Poder Ejecutivo para firmar el nuevo pacto fiscal. Pero no dijo más. La Nación reconstruyó desde aquí, donde fracasó la cumbre de gobernadores peronistas, la historia que llevó a Kirchner a quedarse solo en un bloque que, hasta hace cinco días, era sólido.

Kirchner confesó a sus íntimos aquí, y además lo conversó con el ex candidato presidencial Eduardo Duhalde, que lo acompañó en la inauguración del aeropuerto de esta ciudad, que Carlos Ruckauf (Buenos Aires) y José Manuel de la Sota (Córdoba) comandaron la negociación con el Gobierno porque el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, les prometió arreglos bilaterales para sus provincias. Para él, "negros".

Para De la Sota, la renovación de los subsidios para la industria automotriz, y para Ruckauf, un blindaje financiero de 1000 millones de pesos para el Banco de la Provincia de Buenos Aires. Esto es lo que sostiene Kirchner, pero no lo dice en público. Por ahora sólo se animó a denunciar "arreglos bilaterales de algunas provincias grandes con el Gobierno".

Ese "pacto negro" explica, según Kirchner, la actitud de Ruckauf: a los funcionarios del Gobierno les decía que iba a firmar y ante las cámaras se ponía serio y advertía que el ministro de Economía, José Luis Machinea, no quería dejarlo abrir escuelas y hospitales.

Un crítico permanente

El gobernador de Santa Cruz siempre jugó en el PJ como un crítico. Lo hizo durante los diez años en que Carlos Menem fue presidente. Se hizo aliado de Duhalde, cuando el ex gobernador era el enemigo público del menemismo, y se separó de él cuando no rompió definitivamente con Menem. Desde que la Alianza llegó al poder, Kirchner siguió con sus críticas.

Pero ahora algo cambió. Jugó fuerte. Dos días antes de ser el anfitrión de una cumbre del PJ al pie del glaciar Moreno, denunció a sus pares de aceptar por debajo de la mesa beneficios a cambio de perjuicios para las provincias, como él considera que es el nuevo pacto fiscal.

La responsabilidad de esa supuesta negociación espuria es, para el gobernador santacruceño, de Colombo. Algunos de sus hombres de confianza sostienen que su jefe presenció una conversación telefónica en la que un gobernador hablaba en términos "poco claros" con el funcionario que comandó hasta el jueves último las negociaciones.

"¿Colombo le ofreció a Santa Cruz un arreglo paralelo?", consultó La Nación a Kirchner. "Eso se lo contesto otro día", dijo, ambiguo. La insistencia de la cronista no sirvió de mucho porque el gobernador no quiere, todavía, ir más lejos.

Sin embargo, dos fuentes confiaron a La Nación que en privado admitió haber tenido el jueves último varias conversaciones telefónicas con Colombo en las que, según dijo, éste le habría ofrecido "solucionar algunos temas económicos" para que firmara el acuerdo, que aún está estancado en la pelea Gobierno-PJ.

"Ni (el ex ministro de Economía Domingo) Cavallo me pudo hacer retroceder en 1993, cuando debíamos 600 millones de pesos", habría respondido.

Kirchner se niega a que el congelamiento del gasto hasta 2005 involucre el "crecimiento vegetativo" (educación, salud, seguridad) y que le rebajen los subsidios al gas y al combustible.

También rechaza el reclamo de "gesto patriótico" que Fernando de la Rúa exigió al PJ anteayer desde Panamá. "Yo se lo pido al Presidente, que en la campaña nos prometió un país distinto y la Argentina así no va más", afirmó.

Kirchner dijo a La Nación que se siente castigado porque dice la verdad: que hubo un acuerdo negro para obtener otro que necesita el Gobierno para que el FMI le otorgue un blindaje financiero millonario. "Lo siento por los que se sintieron aludidos cuando hablé, pero primero acordábamos todos juntos y después algunos empezaron a negociar solos", señaló.

La Nación pudo saber que Kirchner hablaba de De la Sota y de Ruckauf, quienes hasta hace pocas horas lo acompañaban en su postura dura frente a la negociación con el Gobierno. Ahora el santacruceño está solo.

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