6 de septiembre de 1930, la entrega de la riqueza nacional a los ingleses fue total

Por Carlos “Pancho” Gaitán (*)
publicado el 4 de septiembre de 2004

El golpe militar reaccionario del 6 de setiembre de 1930, al servicio de los intereses de grupos conservadores, oligárquicos y “lomos negro”, de concepción fascista -único en su género en este país-, fue el primero y antecesor de los producidos el 16 de setiembre de 1955 y el 24 de marzo de 1976.


Esta trilogía golpista tiene de común que los personeros de los intereses económicos concentrados, ligados a las fortunas forjadas a partir de la apropiación de la tierra por la conquista y el asesinato a sus originarios dueños y de capitales comúnmente ligados a intereses de empresas y capitales extranjeros, expresadas por personajes de alta alcurnia, que no podían tolerar que se nacionalizaran recursos como los del petróleo ni que los sectores populares se vieran favorecidos por políticas de participación más democrática, pues percibían que esas políticas ponían en riesgo la satisfacción de sus intereses egoístas y la capacidad de decisión y de control absoluto de la riqueza y del ingreso nacional.

El Gobierno del Presidente Hipólito Yrigoyen, primer gobierno democrático, producto de la Ley Saenz Peña, con la que por primera vez pudieron votar todos los varones – la mitad de este país: las mujeres lo lograron recién con Perón en un gobierno nacional y popular-, había terminado con la costumbre de designar a los gobiernos, legisladores y jueces en el Jockey Club.

Antes del voto universal, obligatorio y secreto, que produjo un gobierno que favorecía a “la chusma”, según la denominación que le daban los sectores y grupos dominantes, los dueños de la tierra, de los negocios, los ‘amigos’ de las embajadas de Inglaterra y Francia y los de las “roscas políticas” -incluidos los socialistas-, eran los líderes “patrióticos” que gozaban de los bienes del poder y que, cuando lo perdieron, calificaron a las mayorías populares de ‘analfabetas’ y de ser el sustento del poder político de Hipólito Yrigoyen, algo inaceptable para esa concepción oligárquica del primer centenario en 1910, cuando don Ezequiel Paz viajaba a Europa llevando su vaca ‘atada’, para tener un desayuno como se debe…

Los Generales José Félix Uriburu y Agustín P. Justo -con apoyo de sectores civiles-, vinieron a restaurar ese orden, para lo que no faltaron los cómplices de la ‘concordancia’* con Alvear a la cabeza de la UCR – los radicales “galerita” – más los conservadores del Partido Demócrata y los del Partido Socialista, cumpliendo los estudiantes – hijos de la oligarquía y de los sectores medios altos-, el papel de agitadores (como luego en 1955), para derrocar a un gobierno popular como fue el del ‘Peludo’ Yrigoyen.

La crisis de 1929 que impidió que el endeble sistema financiero recibiera apoyo externo y el accionar de las empresas norteamericanas de entonces, fueron parte del cultivo del golpe para posibilitar que luego, con Agustín Pedro Justo, Presidente de la República, producto del ‘fraude patriótico’, profundizaran la corrupción y la entrega de la economía de la nación, con negociados infames como el de las carnes con elpacto Roca – Runciman; la venta de las tierras del Palomar; la entrega de la energía eléctrica a la CHADE y del Banco Central a los ingleses.

Estos eran los que calificaban de corrupto al gobierno de Yrigoyen debido a que ‘los punteros’ políticos de las parroquias, habían crecido en influencia y “tarifaban” en un peso, las gestiones municipales que debían hacer los ciudadanos.

El nacimiento de FORJA en 1935, desde el mismo seno del radicalismo yrigoyenista, orientada por Arturo Jauretche y Homero Manzi entre otros-, fue un aporte sustancial en el surgimiento del nacionalismo revolucionario y popular que luego de derrotada la política de la década infame, impulsó el justicialismo.

Continuidad del gobierno de Justo fue el del radical antipersonalista Roberto Ortiz, – abogado de los ferrocarriles ingleses – y del catamarqueño Ramón Castillo, del conservador partido demócrata que, como miembros de la llamada “concordancia”, junto con los socialistas, mediante el fraude escandaloso en todo el territorio nacional, le pusieron el moño a la entrega del país producida en ese período llamado “década infame”.

Cuando intentaron imponer la continuidad con el oligarca salteño Robustiano Patrón Costas, el Ejército Argentino, donde aun influía el ideario industrialista de Savio y Mosconi terminó con el escarnio nacional, produciendo la Revolución de Junio de 1943, que traía en su seno al GOU -Grupo de Oficiales Unidos- liderado por el entonces Coronel Juan Perón, que puso fin al fraude y la entrega nacional, produjo la incorporación de los trabajadores en el escenario nacional e inauguró la etapa de la justicia social, donde los derechos sociales se convirtieron en constitucionales.

(*) Ex Secretario General de la Federación Latinoamericana de Trabajadores de las Industrias y la Construcción (FLATIC); ex Coordinador de la Acción Sectorial Latinoamericana CLAT-CMT y ex Vicepresidente de la FMTI. Fue Delegado de la CGT de los Argentinos para apoyar en Córdoba el proceso de convocatoria y participación de la CGT Regional en su incorpo-ración a la CGT de los Argentinos. La noche del Plenario de la CGT Re-gional Córdoba para incorporarse a la CGT de los Argentinos, fue secues-trado por elementos civiles miembros de la Policía Federal, en el Bar Akrópolis, frente a la CGT, antes de que comenzara el Plenario. Fue también Delegado reorganizador en la Regional Tucumán. Posteriormente fue, hasta el 24 de marzo de 1976, miembros del Comité Central Confederal de la CGT unificada.