La muerte de Benito Musolini

Revista Time
Publicado el 28 de abril de 2017


Hoy se cumplen 72 años de la muerte de Benito Mussolini, el líder fascista que gobernó Italia desde 1922 hasta 1943. Su fallecimiento se produjo el 28 de abril de 1945, luego de ser capturado por la resistencia italiana. Su cadáver fue sometido a todo tipo de ultrajes.



Algunos historiadores, de hecho, indican que lo que pasó con el cuerpo de Mussolini influyó en la decisión de Hitler de hacer desaparecer su propio cuerpo.
La caza de Mussolini

El arresto de Mussolini se produjo en 1943, con la invasión Aliada de Sicilia. Pero ese mismo año, el Duce fue rescatado de la prisión de Gran Sasso por fuerzas especiales alemanas. Hitler le dio el liderazgo de la República Social Italiana, instalada en el norte de Italia, en la ciudad de Salo. La República Social Italiana, sin embargo, estaba amenazada no solo por los Aliados, que avanzaban desde el sur de Italia, sino también por grupos de ciudadanos italianos anti-fascistas.

Los Aliados tomaron Roma y después Florencia. Para el verano de 1944, la República Social Italiana ya no podía sostenerse. Mussolini se refugió en Milán.

En abril, el "Comitato di Liberazione Nazionale Alta Italia" (CLNAI) declaró un levantamiento general en las ciudades del norte. Las fuerzas nazis se retiraban. El CLNAI tomó el control de Milán y Mussolini intento escapar, el 25 de abril, a Suiza. Sin embargo, el 27 de abril su convoy fue interceptado por los antifascistas italianos.


Mussolini viajaba con su amante Claretta Petacci y otros líderes fascistas. Los agentes del CLNAI arrestaron a todos y los llevaron a Dongo, en Lombardía. Sandro Pertini, líder socialista del norte de Italia, anunció la captura por radio.

No hay certeza sobre quién dio la orden de ejecutar a Mussolini. Lo cierto es que la mañana del 28 de abril, los cuerpos del Duce y de Petacci fueron cargados en un camión y transportados nuevamente a Milán. Llegaron el 29 de abril. Los agentes del CLNAI los tiraron en el piso de la Piazzale Loreto. Ya a las 9 de la mañana, un considerable grupo de gente se acercó al lugar.

El cuerpo de Mussolini fue brutalmente apedreado, orinado, y pateado. También le dispararon. Su cara quedó totalmente desfigurada.

Después de un rato de golpiza, Mussolini fue colgado de los pies, con un gancho de metal, del techo de una estación de servicio cerca de la plaza.

El hecho fue registrado fílmica y fotográficamente. El comandante de la Luftwaffe Hermann Göring afirmó luego, durante los juicios de Núremberg, que Hitler vio con él una foto de cómo quedó el cadáver de Mussolini. Algunos historiadores piensan que la imagen impactó al Führer, que luego tomó la decisión de hacer desaparecer su propio cuerpo.