El 20 de diciembre de 2016 muere a los 96 años Michèle Morgan, la actriz de los ojos más bellos del cine

Por La Vanguardia (España)
publicado el 21 de diciembre de 2016

La intérprete era conocida como la Greta Garbo francesa y fue la primera opción para protagonizar ‘Casablanca’



La francesa Michèle Morgan, considerada por muchos cinéfilos como la actriz con los ojos más bellos y una de las más populares de Francia, falleció hoy en París a los 96 años, anunció su familia. "Los ojos más bellos del cine se han cerrado definitivamente esta mañana del martes 20 de diciembre", informó en un comunicado su familia.
La actriz Michèle Morgan (i) y el actor Jean Gabin en 'El muelle de las brumas' en 1938. STF AFP


Morgan, que nació el 29 de febrero de 1920 en Neuilly-sur-Seine (afueras de París), participó en decenas de películas entre los años treinta y hasta los ochenta del siglo XX. Entre ellas destacan "Le Quai des brumes" (1938)[1], "La Symphonie pastorale" (1946) -por el que ganó el premio a la mejor interpretación femenina en Cannes-, "La Minute de vérité" (1952) y "Les Vendanges" (1957).




Michele Morgan en una imagen de 2004
Michele Morgan en una imagen de 2004 (Joel Robine / AFP)
Además, fue la primera opción para protagonizar la película Casablanca, aunque finalmente Ilsa Lund fue interpretada por Ingrid Bergman. Durante la segunda guerra mundial (1939-1945) participó en varios filmes de Hollywood, aunque no logró instalarse en la gran meca del cine y regresó a la Francia liberada.

Michèle Morgan, cuyo verdadero nombre era Simone Roussel, encarnó lo mejor del glamour francés y fue diez veces elegida por el público la actriz francesa más popular. Morgan, casada en tres ocasiones, tuvo un hijo con el actor estadounidense William Marshall, Mike, quien falleció en 2005 dejando seis hijos.

Nota:
[1]El muelle de las brumas es una película francesa dirigida por Marcel Carné en 1938. Los protagonistas son Jean Gabin, Michel Simon y Michèle Morgan. El guión fue escrito por Jacques Prévert basado en una novela de Pierre Mac Orlan. Wikipedia

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Muere Michèle Morgan, los ojos del cine francés

Áxel Vicente

a gran actriz francesa Michèle Morgan, emblema del cine francés rodado en el ecuador del siglo pasado, falleció este martes a los 96 años. “Los ojos más bellos del cine se cierran definitivamente”, confirmó su familia en un comunicado. Su legendaria mirada era su principal rasgo distintivo desde que saltó a la fama, a los 18 años, gracias a El muelle de las brumas (1938), a las órdenes del cineasta Marcel Carné. Vestida de Coco Chanel, Morgan protagonizó junto al actor Jean Gabin, un mito de su tiempo, una de las escenas más recordadas del cine francés de todos los tiempos, en la que él elogiaba sus despampanantes ojos mientras ella le ordenaba: “Embrasse-moi” (“Bésame”). La pareja, que también lo fue brevemente en la vida real, se convirtió en uno de los hitos del cine de su tiempo.
Su verdadero nombre era Simone Roussel, que se cambió porque consideraba que no tenía “cara de llamarse Simone”. Nació en 1920 en Neuilly-sur-Seine, privilegiado suburbio adosado a París, antes de mudarse a la ciudad portuaria de Dieppe, en el norte industrial de Francia. A los 14 años, se fugó a París para conseguir un papel de figurante en Mademoiselle Mozart (1936), protagonizada por la que se convertiría en su gran rival, Danielle Darrieux, desde ahora última superviviente de aquella lejana era dorada del cine francés (en 2017 cumplirá 100 años). Tras su revelación junto a Carné, ganó un premio de interpretación en Cannes por La sinfonía pastoral (1946), adaptación de una novela de André Gide.
Hollywood, ya entonces sediento de actrices francesas, llamó a su puerta. Morgan llegó a firmar un contrato con la RKO, una de las cinco grandes majors, que tenía a Katharine Hepburn y Cary Grant en su plantilla. Rodó un par de películas de propaganda sobre la intervención estadounidense en la Segunda Guerra Mundial, pero su carrera anglófona nunca despegó. “La RKO esperaba un estereotipo de la French girl, morena, desvergonzada, sensual y picante, pero vio llegar a una rubia de ojos azules una actriz dramática que hablaba inglés sin acento, lo que me perjudicó”, explicó hace años. Morgan se casó con el actor Bill Marshall e hizo construir una mansión en las colinas de Hollywood, en la que después viviría Roman Polanski. Allí matarían a su esposa Sharon Tate en 1969.
Morgan no siempre tuvo el olfato necesario ni supo renovar su carrera. Rechazó protagonizar Senso de Luchino Visconti y La noche de Michelangelo Antonioni. “Me pareció demasiado osada, fui una idiota”, reconoció una vez. Fue la primera opción para Casablanca, pero cuentan que Ingrid Bergman la sustituyó al aceptar cobrar la mitad que ella. Se tuvo que conformar con aparecer en su secuela, la menos gloriosa Pasaje a Marsella (1944). Más tarde, rodó también frescos históricos como Napoleón (1954), de Sacha Guitry, donde interpretó a Josefina de Beauharnais; o María Antonieta, reina de Francia (1955), donde interpretó el papel protagonista.
Considerada la Greta Garbo francesa, de rictus melancólico y ademán trágico —“la tristeza es lo mío”, solía decir—, Morgan encarnó “una versión sublimada y elegante de la francesa media”, según el semanario Télérama, a veces también algo burguesa y altanera. Cuando irrumpió la iconoclastia de la Nouvelle Vague, Morgan perdió definitivamente su lugar: encarnaba a la perfección ese cine de qualité al que tanto se opusieron Truffaut y Godard. A partir de los sesenta, se apartó progresivamente del cine para dedicarse a su segunda pasión: la pintura. Solo abandonó ese retiro voluntario para rodar con René Clair, Michel Deville o Claude Lelouch, que la supieron observar desde una perspectiva más madura y humana. Al final de su trayectoria como actriz, Morgan recibió un César de Honor en 1992 y un León de Oro por toda su carrera en 1996.