La brutalidad y la crueldad del Estado de apartheid están poniendo al mundo en contra de Israel

Gideon Levy
Haaretz
Escritor y periodista israelí Gideon Levy ha sido llamado el "el hombre más odiado en Israel". Durante tres décadas ha sido una voz solitaria, afrontando a menudo amenazas de muerte, diciendo a sus lectores la verdad sobre lo que ocurre en los territorios ocupados palestinos.
¿Qué es lo que están defendiendo? ¿Por qué están luchando? ¿En torno a qué se están atrincherando ahora los israelíes, dirigiendo contra el mundo los ataques fulminantes de políticos nacionalistas y medios populistas? Por qué están cubriendo patrióticamente las banderas naranjas de Orange con la bandera nacional azul y blanca? ¿Alguien ha preguntado por qué? ¿Por qué el boicot está comenzando a carcomer a Israel? ¿Será que todo esto vale la pena?

Como de costumbre, hay preguntas que nadie hace siquiera. Después de todo, el examen de conciencia es una clara señal de debilidad. Y por eso se inventa una explicación que nos absuelve de toda responsabilidad: el boicot cayó del cielo, es una fuerza inexorable de odio hacia Israel, y la única manera de enfrentarla es luchar contra ella

Israel siempre tiene una batería de respuestas sionistas adecuadas (y a veces violentas), pero siempre sobre los efectos, nunca sobre las causas. Así fue con el terrorismo y así es ahora con la postura mundial que el presidente de la Unión Sionista, el parlamentario Isaac Herzog -entre todos los ultranacionalistas israelíes- se apresuró a etiquetar con el ridículo término "terror de un nuevo tipo" (en referencia a las declaraciones del Presidente de Orange S.A., Stephane Richard ). Nunca darnos por vencidos. Eso está bien, pero, ¿por qué? Estamos luchando contra el boicot, pero ¿qué es lo que lo originó?

Israel está defendiendo la preservación del statu quo. Está luchando contra el mundo entero para preservar la avanzada escuela de brutalidad y crueldad en la que está enseñando a generaciones de jóvenes a actuar brutalmente con otros seres humanos, ancianas y niños, a tiranizarlos, ladrarlos, aplastarlos y humillarlos, solo porque son palestinos.

Israel está defendiendo la continuación del apartheid en el territorio ocupado donde viven dos pueblos, uno de ellos sin ningún tipo de derechos.

Está defendiendo todo su sistema de justificación: una combinación de relatos bíblicos, mesianismo y victimismo, acompañados de mentiras.

Está defendiendo la "Jerusalén unida", que no es más que un monstruo territorial donde también existe la separación. Está luchando por su derecho a destruir la Franja de Gaza todas las veces que se le antoje, a mantenerla como un gueto y a ser el amo de la prisión más grande del mundo.

Los israelíes están luchando por su derecho a continuar colonizando, explotando y robando la tierra; a continuar violando el derecho internacional que prohíbe la colonización y a continuar burlándose en la cara del mundo entero, que no reconoce ni una sola de sus colonias.

Está defendiendo su derecho a disparar a niños que lanzan piedras y a pescadores indefensos que buscan las migajas de su sustento frente a la costa de Gaza; su derecho a seguir arrancando a la gente de sus camas en medio de la noche en Cisjordania; a detener a cientos de personas sin cargo ni juicio, a mantener presos políticos y a abusar de ellos.

Eso es lo que están protegiendo, eso es por lo que están luchando; por una región a la que la mayoría de ellos no ha ido durante años y no le importa lo que sucede allí y por mantener una conducta que aun para algunos de ellos es vergonzosa.

Esos son los pecados y ese es el castigo. ¿Alguien piensa que Israel puede continuar así sin ser castigado, sin ser condenado al ostracismo? Y a decir verdad, ¿acaso Israel no merece ser castigado? ¿No ha sido el mundo increíblemente tolerante hasta ahora?

Ya sea Orange o Soda Stream, el boicot académico o el boicot cultural, todos son castigos leves. Las sanciones van a agravarse mientras Israel se niegue a sacar las conclusiones necesarias.

Contrariamente a los intentos de Israel y del establishment judío de desviar la discusión, el meollo de ella no es el antisemitismo : es la ocupación. Esa es la fuente de la deslegitimación.

El país puede luchar contra la posición del mundo entero. Puede defender sus derechos (que no son sus derechos) y pensar que está luchando por su supervivencia.

Pero, ¿los israelíes saben lo que están defendiendo, lo que no están dispuestos a ceder? ¿Será que todo eso vale la pena para ellos? Esa discusión ni siquiera ha comenzado por aquí.

Traducción: María Landi (Rebelión)