Las intenciones del FMI detrás del informe en Nuestra América

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En la víspera de la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), el primero de estos organismos internacionales presentó su informe semestral donde pronostica una perspectiva negativa de crecimiento en Nuestra América. Sin embargo destaca los casos de naciones como México, Colombia y Perú, caracterizadas por una gran apertura a los capitales privados y una creciente retirada del Estado. Asimismo, presenta un panorama de “alta incertidumbre” para Venezuela y Argentina que adjudica principalmente a las dificultades de financiamiento externo y una marcada presencia del Estado en la economía. Dichas apreciaciones en verdad, obedecen a los intereses que los organismos internacionales como el FMI poseen en la región; a partir de la aplicación de distintas operaciones – que conforman un “Golpe de Estado Blando”-, buscan la sumisión de los Estados al capital extranjero para el control y saqueo de los bienes comunes naturales estratégicos.

En la víspera de la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), el primero de estos organismos internacionales presentó su informe semestral “Perspectivas Económicas Globales” en el que pronostica una perspectiva negativa de crecimiento en Nuestra América.

De acuerdo al informe, el crecimiento para el 2014 será de un 2,5 por ciento para la región y apenas un 3 por ciento para el 2015. Por el contrario, destaca que la mejor situación en los países avanzados y emergentes provocará un crecimiento mundial del 3,6 por ciento para el 2014 y del 3,9 por ciento para el 2015.

Asimismo, el organismo advierte que el escenario nuestroamericano podría verse aún más afectado “por precios de las materias primas más bajos, condiciones financieras más ajustadas y cuellos de botella por el lado de la oferta en algunos países”.

En un análisis más detallado por país, el FMI subraya “las considerables diferencias” que existen en la región, donde las naciones con una mayor apertura a los capitales extranjeros y los préstamos internacionales son las que se destacan por el resto de las economías regionales. De acuerdo al informe, México superará el “crecimiento inesperadamente débil” del 1,1 por ciento de 2013 con un 3 por ciento este año y un 3,5 por ciento el próximo. Colombia sobresaldrá con un 4,5 por ciento en los dos próximos años y Perú alcanzará un 5,5 y 5,8 por ciento respectivamente.

En cuanto a Chile, el organismo predice que verá reducido su crecimiento de un 4,2 por ciento el año pasado y un 3,6 por ciento este año debido a la desaceleración de la inversión privada. Brasil, también enfrentará una “marcha lenta” en su crecimiento, con un 1,8 por ciento este año y un 2,7 por ciento el próximo año producto de la debilidad de la demanda privada.

Respecto a Argentina y Venezuela, el informe asegura que las perspectivas económicas de ambos países “se han deteriorado aún más” debido a dificultades de financiamiento externo y a los nuevos controles cambiarios y administrativos en la producción. Por estos motivos, el FMI no realiza auditorias en ambas naciones y predice que sus economías se frenarán “de forma marcada” en un escenario de “alta incertidumbre”. El organismo pronostica un crecimiento para la Argentina que apenas supera el estancamiento, arroja un 0,5 por ciento este año y un 1 por ciento para el 2015, mientras que para Venezuela, augura apenas otro 0,5 por ciento de crecimiento y una contracción de -1 por ciento para el año próximo.

“Las políticas macroeconómicas que han sido continuamente expansivas han dado lugar a un alto nivel de inflación y a una disminución de las reservas oficiales de divisas. La brecha entre los tipos de cambio oficial y de mercado sigue siendo amplia en ambos países, y ha seguido creciendo en Venezuela”, advierte el informe. Además señala que, “las medidas adoptadas para gestionar los desequilibrios internos y externos, incluidos los controles de precios, tipos de cambio y comercio, están dañando todavía más la confianza y la actividad económica”.

Las “fórmulas salvadoras” del FMI
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Para dar con un análisis más acertado de la realidad, cabe preguntarse los resultados obtenidos en la región tras el llamado “Consenso de Washington” de la década de los ’90, a partir del cual el FMI, junto al BM y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), impuso al resto de los países -especialmente a los del “Tercer Mundo”- un paquete de medidas económico-financieras de características neoliberales como requisito para su desarrollo que en la actualidad busca desesperadamente profundizar.

Un reciente informe presentado por el Centro de Militares para la Democracia en Argentina (CEMIDA) -organismo asesor de la UNASUR que lleva adelante, entre otras cosas, distintas investigaciones sobre bienes comunes naturales estratégicos en el país y en la región-, señala las consecuencias que dichas “recomendaciones” trajeron a la región al tiempo que advierte sobre las nuevas presiones que los organismos internacionales generan en Nuestra América con énfasis en la desregulación de la economía y el avance de los capitales internacionales.

Para acceder a los “Préstamos para el Ajuste Estructural”, los países debieron implementar: disciplina fiscal, reorientación del gasto público, reforma fiscal, liberación financiera con libre movimiento de capitales, política cambiaria con tipo de cambio competitivo, liberación comercial, inversiones extranjeras directas, privatizaciones, desregulaciones, intangibilidad del derecho de propiedad. En síntesis “un gran esfuerzo para instalar mundialmente un capitalismo liberal fundamentalista e integrista aplicado a las personas, a los países y a las sociedades en provecho de unos pocos”, precisa el centro de estudios.

Tal como entonces y ahora, los organismos internacionales financieros, exigen abrir los mercados mientras los llamados “países líderes” que sustentan dichos requisitos generan todo tipo de perjuicios a los países menores con subsidios a sus propias producciones, mayormente primarias, bajo el objetivo de alcanzar el dominio mundial para un mejor nivel de vida de unos pocos, destaca el CEMIDA.

El informe señala que se trata de la “globalización” como instrumento de poder de los grandes emporios político-económicos en desmedro de la independencia y poder efectivo del resto de los Estados. La entrega del poder desmesurado a las organizaciones privadas, especialmente a las financieras -destaca-, ha originado perniciosos resultados a la sociedad. Asimismo, la lucha de los intereses privados se caracteriza en la pugna por los mercados globales, por el control de los alimentos, la energía, el petróleo, los ecosistemas, la minería y en especial por el agua potable.

En dicho marco advierte, ante las limitaciones que ofrece el poder militar -por sus características letales y la asimetría de sus participantes-, los intereses privados buscan operar desde nuevas formas de agresión como: la manipulación psicológica, los operativos de prensa, las operaciones de desinformación por parte de las agencias de inteligencia, la corrupción de dirigentes, las agresiones económicas, el control por parte de los organismos internacionales, la creación y operación de guerrillas, los ataques por medios de prensa globalizados, la disociación de estados -especialmente aquellos cuyos territorios posean espacios vitales estratégicos-, el desarme de las fuerzas armadas o su empleo como fuerzas externas mercenarias internacionales y la militarización interna bajo argumentos como el de combatir la “creciente desigualdad”.

El CEMIDA asegura que la aplicación de todas estas estrategias constituye el llamado “Golpe de Estado Blando”, aplicado por los organismos internacionales para disciplinar cuando lo crean necesario para poder concretar sus intereses de saqueo de la región. Así lo demuestran los últimos acontecimientos en Venezuela y así se intenta hacer en Argentina, advierte.