El ‘largo viaje’ hacia Palestina

 Ghada Karmi*
Al Jazeera [x]

Diciembre de 2013 será recordado como el mes de la muerte de Nelson Mandela, un hito que culminó con la épica vida del hombre que dejó un legado de compasión hacia todos los pueblos que sufren injusticias, en especial el palestino. Mandela habló de “la injusticia y las graves violaciones de derechos humanos que se cometen en Palestina”, y acuñó la famosa sentencia: “Sabemos muy bien que nuestra libertad es incompleta sin la libertad de los palestinos“. Es una coincidencia oportuna que ese mismo mes marque también el aniversario del intento internacional de revertir la más notoria y persistente de todas las injusticias cometidas con los palestinos: su desplazamiento y despojo en 1948.

El 11 de diciembre hizo 65 años que la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Resolución 194, que exhortó al recién creado Estado de Israel a repatriar a las y los desplazados palestinos “que deseen vivir en paz con sus vecinos (…) en la fecha más pronta posible”, y a compensarlos por sus pérdidas. Y se creó una Comisión de Conciliación con el propósito de supervisar la reparación.
A pesar de que nunca fue implementada, la Resolución 194 es el fundamento jurídico del “derecho al retorno” al que los palestinos se han aferrado durante 65 años. En las décadas siguientes, las y los refugiados palestinos, lejos de regresar a sus hogares, pasaron a convertirse en una característica semi-permanente del paisaje árabe, habitando en los campamentos, lejos de la vista y a menudo olvidados. Ahora que la atención mundial se centra en la crisis de los y las refugiadas en Siria, los palestinos se han vuelto aún más invisibles.
Palestinas alzando símbolos de las llaves de los hogares de los que fueron expulsadas en 1948 (AFP)
Palestinas alzando símbolos de las llaves de los hogares de los que fueron expulsadas en 1948 (AFP)
De nuevo olvidados
La crisis de Siria es realmente trágica, pero es bueno recordar que no afecta sólo al pueblo sirio. Entre los dos millones de personas que se estima han sido desplazadas por el conflicto desde 2011, hay unas 270.000 palestinas, aproximadamente la mitad de las 540.000 personas que vivían en campamentos de la ONU sirios, convertidas ahora en refugiadas por segunda vez. Ellas han atraído mucha menos atención, aunque su destino es mucho peor. Las que huyeron a Líbano o Jordania han encontrado muy poco apoyo allí y no pueden regresar a Siria, ya que dos tercios de sus campamentos han sido destruidos o se han convertido en zonas de guerra.
Mientras para las y los refugiados sirios existe la posibilidad de que en algún momento puedan regresar a su país, esa posibilidad no es ni remota para los palestinos. Si la Resolución 194 se hubiera implementado, esta situación no existiría.
La obstinación de Israel
Lo que ha llevado a esta situación es el permanente rechazo de Israel a la Resolución 194, y a la justicia más elemental. Desde el comienzo, Israel rechazó las exigencias de la ONU sobre la repatriación palestina, a pesar de que los términos de su admisión como miembro de las Naciones Unidas exigían el cumplimiento de las resoluciones de la ONU, incluyendo la 194. Cuando el Mediador de la ONU para Palestina, el diplomático sueco Conde de Bernadotte, consternado por la situación de los refugiados, trató de impulsar su repatriación en conformidad con la Resolución 194, disidentes de la milicia israelí Irgún al mando de Menachem Begin (más tarde Primer Ministro de Israel) lo asesinaron en septiembre de 1948.
Nada ha logrado cambiar la oposición de Israel. En 65 años, no ha repatriado a un solo refugiado, no reconoció nunca su responsabilidad en la creación del problema de los refugiados, ni se disculpó por sus acciones de 1948, exigiendo en cambio que las y los refugiados se asienten en otros estados y busquen compensación a través de fondos internacionales.
Esta política de la negación le ha sido redituable a Israel. Cuando otro cuarto de millón de personas palestinas fueron desplazadas en la guerra de 1967, tampoco se les permitió volver nunca, pero esta vez hubo menos condena internacional. Con el paso de los años, la expulsión de la población palestina de las tierras ocupadas por Israel  -más lenta pero continua- también ha pasado desapercibida. Actualmente el gobierno israelí se propone despojar a otras 40.000 personas beduinas del Negev y apoderarse de sus tierras, mediante el llamado Plan Prawer, creando así más desplazados internos. Ninguna acción internacional parece dispuesta a impedir que Israel continúe con este plan despiadado.
Al ignorar el derecho palestino al retorno, Israel se ha guiado por el pensamiento de su primer Primer Ministro David Ben-Gurion, quien el 18 de julio de 1948 escribió en su diario: “Tenemos que hacer todo lo posible para garantizar que [los refugiados palestinos]nunca regresen. Los viejos morirán y los jóvenes olvidarán.”
Pero a pesar de los esfuerzos de Israel y de la traición de las potencias mundiales y de los dirigentes árabes, el pueblo palestino no ha olvidado.
Documentar el sufrimiento
En esta lucha solitaria contra el olvido, llega la noticia de una iniciativa importante de UNRWA, la agencia de la ONU creada en 1949 para atender a las y los refugiados palestinos, que les apoyará en ese esfuerzo. Es poco sabido que el archivo de UNRWA ha mantenido un rico registro de la experiencia de los refugiados palestinos en fotografías, videos y películas, desde los primeros días hasta la actualidad. Consiste en imágenes vívidas del pueblo palestino en varias etapas del proceso de convertirse en refugiado: cuando fueron obligados a abandonar sus hogares en 1948; el establecimiento de los campamentos de refugiados en la década de 1950; el segundo éxodo de refugiados en 1967; la población refugiada en Líbano; y la vida de las comunidades refugiadas desde la década de 1980 hasta el siglo XXI.
Gran parte de esta valiosa colección de medio millón de imágenes que relata la historia y desarrollo de la tragedia de los refugiados va a ser digitalizada y así preservada para la posteridad. Es un proyecto enorme y costoso, ya anotado en el Registro “Memoria del Mundo” de la UNESCO. Estará disponible a escritores, académicas, investigadores y periodistas, pero sobre todo a las generaciones de palestinos y palestinas que aprenderán acerca de su historia y sabrán que va a estar a salvo de la destrucción futura por parte de aquellos que, como Israel, están ansiosos por borrar el pasado.
Algo de eso ya sucedió. En la invasión israelí al Líbano en 1982, y durante el ataque contra Gaza en 2008, Israel confiscó o destruyó una cantidad desconocida de documentos de UNRWA. Aunque por seguridad gran parte del archivo ha sido trasladado de un lugar a otro, el proyecto de digitalización lo protegerá para siempre.
El proyecto de UNRWA se inauguró en Jerusalén a finales de noviembre con una exposición magnífica: “El largo viaje“, con fotografías nunca antes vistas del éxodo de los refugiados en sus primeros días, que datan de finales de los años 1940 y 1950. Está previsto que la exposición salga de gira por varios países árabes, y posiblemente a Europa. Pero dondequiera que vaya merece la mayor audiencia posible, para traer de nuevo a la conciencia pública un tema deliberadamente marginado, negado y calumniado durante 65 años.

* Ghada Karmi (Jerusalén, 1939), refugiada palestina residente en Londres, es médica, académica, activista y escritora. Es autora de “Casada con otro hombre: el dilema de Israel en Palestina” y de numerosos artículos de análisis publicados, entre otros, en The GuardianThe Nation, y Journal of Palestine Studies.
Traducción: María Landi